Una de cada diez gasolineras de la región ya es automática

SPC
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La pandemia ha aumentado en la Comunidad un 31% este tipo de estaciones, que tienen su mayor implantación en Segovia (17%) y la menor en León (6%)

Una de cada diez gasolineras de la región ya es automática - Foto: TOMÁS FERNÁNDEZ DE MOYA

Una de cada diez estaciones de servicio de Castilla y León operan ya en régimen automático las 24 horas del día. La pandemia ha provocado que la implantación de este tipo de gasolineras haya crecido un 31 por ciento en 2020, alcanzado el 11 por ciento de la cuota de mercado de venta al por menor de carburante. A esta conclusión llega la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae), tras analizar el estudio anual tomando datos del Geoportal del Ministerio para la Transición Ecológica.

En concreto, en términos absolutos, este tipo de gasolineras roza la barrera de los 100 puntos de distribución en todo Castilla y León. A pesar del impacto económico de la crisis provocada por la pandemia, los socios de Aesae han continuado desarrollando sus planes de expansión. “La pandemia ha dejado patente que las gasolineras automáticas en Castilla y León son necesarias, ahora más que nunca, para garantizar el suministro, lo que nos hace vaticinar que irán a más. Este tipo de estaciones se han constituido como la evolución natural de las gasolineras tradicionales, ya que están preparadas para operar en situaciones de crisis como pandemias, al contar con un sistema automatizado las 24 horas del día que evita el contacto con otras personas”, explica a Ical el presidente de Aesae, Manuel Jiménez Perona.

Reparto heterogéneo

No obstante, el modelo se abre paso de manera heterogénea en la Comunidad según dicho estudio, que no contabiliza ni las estaciones de los hipermercados ni las cooperativas agrarias. Así, Segovia con un 17 por ciento es la provincia que presenta una mayor penetración de este modelo, ya que en un año casi ha duplicado el número de puntos de distribución. Le siguen Burgos (16 por ciento), Soria (16 por ciento) y Valladolid (14 por ciento), que están por encima de la media nacional (12,5 por ciento). El resto de provincias castellanas y leonesas se encuentran por debajo de la media nacional: Ávila (10 por ciento), Palencia (9 por ciento), Salamanca (8 por ciento), Zamora (8 por ciento) y León (6 por ciento).

“Pese al avance, muchas provincias están por debajo de la media nacional, lo que perjudica directamente al consumidor ya que no tiene acceso a un modelo que ayuda a bajar el precio del carburante y les proporciona un ahorro real”, denuncia Jiménez Perona.

Desde la Asociación consideran que el crecimiento registrado en líneas generales en 2020 se debe en buena medida a la progresiva supresión de barreras contrarias a la libre competencia en distintas la Comunidad, en línea con los requerimientos de la Unión Europea, los pronunciamientos de la Comisión Nacional de Mercados y de la Competencia (CNMC) y la labor de los servicios jurídicos de Aesae, que consiguió sentencias judiciales favorables en este sentido.

Además, apuntan que la aceptación del modelo por parte de los conductores españoles ha sido otro factor fundamental para la consolidación del sector como alternativa a las gasolineras tradicionales gracias al servicio que ofrecen, el precio y la calidad de los carburantes.

Sin embargo, lamentan que “este crecimiento, que no solo beneficia al consumidor sino también al entorno de la estación que se ve obligado a bajar sus precios, se puede ver truncado por las nuevas trabas que preparan algunas administraciones locales”. “Estamos viendo que las trabas que ponía antes la Junta han a ponerlas algunos consistorios, que únicamente quieren preservar el oligopolio de algunos empresarios, y que no haya un auténtico mercado libre”, señala Jiménez Perona.

Según la OCU, este tipo de instalaciones llega a ahorrar a familias y pymes hasta 320 euros anuales en combustible. Desde Aesae, recuerdan que “las gasolineras automáticas permiten suministrar combustible a menor precio, con la misma calidad gracias a su estructura de costes que es menor que las tradicionales”.

Informes de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) muestran que la competencia en el sector ayuda a bajar los precios unos 10 céntimos el precio del litro gracias a la presión competitiva que generan las gasolineras automáticas. En momentos de subida de precios de los carburantes, como el actual, se acrecientan las diferencias por el ‘efecto pluma y cohete’, esto es cohete en las subidas de precios y pluma en las bajadas de estos.

Desde Aesae, instan a las autoridades competentes a vigilar posibles burbujas oligopolísticas para crear un auténtico mercado libre, donde el consumidor pueda elegir libremente dónde y cómo repostar.