"Un profesor no me dejaba jugar al fútbol"

Nacho Sáez
-

Elena Gutiérrez, que se ha convertido en la primera presidenta de la historia de la Asociación Segoviana de la Prensa Deportiva, quiere lograr una mayor implicación en la sociedad.

"Un profesor no me dejaba jugar al fútbol" - Foto: Rosa Blanco

El deporte es la piedra rosetta de Elena Gutiérrez (Segovia, 6 de junio de 1983). Las claves de su vida se pueden descifrar a través de la actividad física: creció pegada a un balón, se convirtió en periodista deportiva, contribuyó como jugadora a que el fútbol sala femenino segoviano alcanzara las mayores cotas de su historia y está casada y tiene dos hijos con el exfutbolista Chema. Ahora ha escrito otra página en este idilio al convertirse en la primera presidenta de la Asociación Segoviana de la Prensa Deportiva (ASPD), aunque no siempre todo fue vino y rosas.

«Mi profesor de Educación Física no me dejaba jugar al fútbol. Nos daba un balón de baloncesto», cuenta sentada en La Colonial, aunque ella no necesita café para activarse. Sobrada de ímpetu, desprende una fuerza arrolladora para liderar aquello en lo que se embarca. En el colegio fue la formación de un equipo de fútbol con 11 años pero ya antes se unía en la calle a su hermano y a otros niños. «A mí el deporte me ha dado todos los valores que tengo como persona: el trabajo en equipo, la capacidad de sacrificio, el intentar ser perfeccionista y no fallar a la gente que ha confiado en mí y que espera algo... También el periodismo ha influido mucho en mi personalidad. A esta profesión tienes que echarle muchas horas», remarca.

Fuera antes el huevo o la gallina, el deporte o el periodismo, tiene claro que en ambas cosas ha estado y está buena parte de su felicidad. En el fútbol sala encontró numerosos cómplices para quemar todas las etapas hasta convertirse en la líder de un Unami que acarició el ascenso a Primera División. «Tuvimos la suerte de que César Arcones [el expreparador de porteros de la selección española] fuera nuestro entrenador en el deporte escolar. Luego una de mis obsesiones fue siempre que las chicas de Segovia nos pusiéramos de acuerdo para formar un único gran equipo e intentar subir a Primera, pero a día de hoy todavía no se ha conseguido». Y han pasado 10 años desde que colgó las zapatillas. Tiempo en el que considera que el deporte femenino en Segovia «se ha conseguido poner al mismo nivel que el masculino». «Cuando yo jugaba, éramos nosotras las que hacíamos las crónicas de nuestros partidos», subraya.

Para ella supuso una suerte de prácticas en sus comienzos en el mundo del periodismo deportivo. Con solo 22 años ya se puso delante de los micrófonos de Cope en Segovia. «Ahora lo escucho y me da vergüenza porque lo leía todo». Sin embargo, su nombre empezó a ser reconocido. «En ese momento cambió mucho la forma de hacer periodismo deportivo en Segovia. Teníamos referentes como Antonio García Rivilla, Javier Martín, José María Martín o Javier de Andrés, pero creo que nos pusimos más a la altura del deportista y rompimos algunos tabúes. Yo tenía una forma de hacer periodismo un poco como soy yo, espontánea y sin medir las consecuencias, y tuve la suerte de rodearme de gente buena que me hizo sentir una más desde el principio. Incluso gente  ajena al periodismo», recuerda.

Era la época del Caja Segovia convertido ya en icono del fútbol sala mundial y de la Gimnástica Segoviana que intentaba hacerse un hueco en Segunda División B mientras salpicaba sus temporadas con eliminatorias de Copa del Rey frente al Athletic de Bilbao y el Sevilla. «Recuerdo con muchísima nostalgia el primer partido del Caja que retransmití. Fue uno del 'play off' en Murcia. Tenía mucho miedo de hacer el ridículo». Pero pronto se sacudió los nervios: «Me llegué a enfrentar con personajes que en aquel momento eran intocables, quizás por mi juventud».

Víctima quizás también de ese temperamento, salió de la Cope, donde aún vivió una segunda etapa antes de incorporarse a la Diputación Provincial de Segovia, de la que actualmente es la jefa de prensa. «Que no esté ahora en ningún medio no quiere decir que no esté capacitada y que no sienta esta profesión como si estuviera dentro. En mis labores en la Diputación tengo mucho contacto con los deportistas y los propios periodistas», apunta sobre su nueva responsabilidad como presidenta de la ASPD. Un puesto en el que pretende que esta asociación tenga una mayor implicación y protagonismo en la sociedad.

«Creo que la asociación debe darse a conocer mucho más y estar más presente en el deporte de la provincia. La prensa no consigue penetrar en el tejido asociativo deportivo de la ciudad. Una idea que tengo es que, más allá de organizar nosotros eventos, estar en los que se organicen. Tenemos que estar con los deportistas, los directivos, los clubes, los patrocinadores... Intentando hacer encuentros con clubes y asociaciones, con los patrocinadores más importantes del deporte para que nos pongan cara... Que demos como asociación un plus de calidad y ponernos al servicio de la sociedad», reflexiona sin olvidarse de las amenazas que acechan a su profesión: «No entiendo al periodista que sale con la camiseta de su equipo». Tampoco pasa por alto las debilidades que arrastra el deporte segoviano. «Van saliendo deportistas de forma esporádica pero no hay un caldo de cultivo para que haya una generación destacada. El ejemplo sería Nava, pero falta un centro de tecnificación, un módulo de atletismo cubierto y  mayor implicación de los patrocinadores privados más allá de las instituciones. Este sí que es el talón de Aquiles del deporte segoviano», remacha.