El cultivo de moda que luce en el campo segoviano (fotos)

Nacho Sáez
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Los agricultores auguran una gran campaña de colza, que trata de dejar atrás la mala fama aunque la mayor parte de su producción se exporta.

Belleza contra la mala fama - Foto: Rosa Blanco

La foto casi le cuesta sus gafas de sol favoritas, pero el resultado mereció la pena. Elena García Bernal comparte en su perfil de Instagram (@curlyzada) que la primavera es una de sus estaciones preferidas presumiendo de una imagen en la que se la ve en medio de un gran campo de colza, el cultivo de moda este año en Segovia. En la Campiña, por ejemplo, luce estas semanas como hacía mucho que no se recordaba. «Es un buen año para la colza porque el tiempo ha venido bastante aceptable», resume el secretario general de la organización agraria UPA, Pedro Matarranz.

Y todo cuando se cumplen justo cuatro décadas del síndrome provocado por el consumo de aceite de colza desnaturalizado e importado de Francia que mató a unas 5.000 personas y afectó a 30.000, decenas de las cuales siguen luchando contra el olvido y sus graves consecuencias. El cultivo de colza no ha desaparecido en España y tampoco en Segovia, pero no ha conseguido sacudirse su mala fama a pesar de que su rentabilidad puede llegar a ser mayor que la del cereal. «Naciendo bien e implantándose el cultivo tienes la mitad de la cosecha asegurada al menos», destaca Marial Barrio.

Este agricultor de Fuentepiñel lleva cerca de una década sembrando colza. Este año más de cien hectáreas, casi tanto como de cebada y trigo. «Mejora la estructura del suelo y permite controlar muy bien ciertas hierbas, algo que en el cereal es más difícil», explica mientras circula con el coche. Aliado con la cooperativa Acor, tiene la salida asegurada en el mercado para toda su producción. «Por las últimas lluvias pinta bastante bien», señala sobre la próxima cosecha, que empezará a recoger ya dentro de pocas semanas. «El hielo de marzo y de primeros de abril ha hecho mucho daño. Se han helado los capullos de las flores y las flores. Y si se hielan no salen vainas. Pero es una planta que con las lluvias y al hacer bueno vuelve a rebrotar. Aunque se hielen esos capullos te echa otros nuevos. Ya no tanta cantidad, ya vas a tener unas pérdidas pero no es la pérdida del cien por cien».

Elena García Bernal (@curlyzada en Instagram)  publicó esta foto el miércoles 5 de mayo. La fotografía está tomada en un campo de colza en las proximidades de Turégano.Elena García Bernal (@curlyzada en Instagram) publicó esta foto el miércoles 5 de mayo. La fotografía está tomada en un campo de colza en las proximidades de Turégano. - Foto: @curlyzada

El último avance publicado por la Junta de Castilla y León en su página web, el pasado 31 de diciembre, cifra en 1.500 hectáreas la superficie sembrada de colza en Segovia esta temporada. Una cantidad que sería similar a las de 2019 (1.723) y 2020 (1.508), años en los que la provincia obtuvo una producción de 2.246 y 3.984 toneladas, respectivamente. En el primero de esos ejercicios, el rendimiento fue de 1.304 kilos por hectárea, pero Segovia ha caído a la última posición en Castilla y León en producción de colza, según los datos más recientes publicados.

«Yo oía a mi padre que se empezó implantar en Castilla en los años 70 y se tuvo que abandonar», cuenta el presidente de Asaja Segovia, Guzmán Bayón. Como en casi todos los cultivos, la meteorología desempeña un factor determinante. «Tiene que estar desarrollado antes de los hielos, en septiembre, y aquí el agua no lo tenemos a disposición», indica el propio Bayón. El nacimiento determina con bastante exactitud el resultado posterior de la campaña. «El gran problema que tiene la colza es la nascencia porque, una vez que está bien nacido, es un cultivo muy seguro para tener una rentabilidad mejor que con el cereal. Si está bien nacido y no hay una helada que lo estropee, es bastante rentable».

Pero también hay otras circunstancias que influyen en la limitada popularidad del cultivo de colza. Marcial Barrio no pierde de vista sus campos ni un instante para que ahora no les entre el pulgón o que en febrero no les pique el gorgojo. En su zona es el único que tiene colza. «Por aquí la gente es más de girasol que de colza. No se acaban de atrever a probar. Al final la colza es un cultivo más delicado que el girasol. Le atacan más los insectos, las plagas y hay que estar más pendiente. Con el girasol echan el herbicida y no te voy a decir que se olvidan pero casi», desvela.

Belleza contra la mala famaBelleza contra la mala fama - Foto: Rosa Blanco

Con la colza cada uno tiene sus trucos para alcanzar el éxito. Marcial revisa de manera periódica las aplicaciones meteorológicas. «Aguanto para sembrarla hasta que pone que va a llover. Cuando te pone unos días fijos de lluvia, aprovecho para sembrar para que el agua lo pille sembrado. Es como si las regaras para nacer. Es lo más complicado. Si las siembras al norte de Burgos que llueve más, es más sencillo». «Es un cultivo sobre el que hay que tener un poco de seguimiento, porque hay que tratarle ya que suele dar plaga de insectos», abunda el secretario general de UPA, Pedro Matarranz. «Ahora hay mejor maquinaria, mejores técnicas y se adapta agronómicamente», completa el presidente de Asaja Segovia, Guzmán Bayón.

Después su destino suele ser la exportación para consumo humano –principalmente a Portugal y Francia– o la producción de pienso para animales e incluso biodiésel. Acor diversificó su actividad con la construcción de una planta de aceites que procesa girasol y colza, y el producto extraído de esta última lo destina sobre todo a Portugal, donde colabora con la aceitera Sovena. Otra parte se dirige a alimentación animal, un ámbito en el que es un complemento muy valorado, según informa Efe. «Tiene buena salida en el mercado. Es un cultivo que sí que está valorado. Este ha sido un año un poco raro porque el invierno fue muy lluvioso y hubo muchas heladas, en marzo sufrió la planta porque no llovía y hacía mucho calor, pero luego ha venido abril y ha cambiado mucho el panorama. Ha mejorado bastante», asevera Matarranz. Para Marcial, «aquí en España la fama no se ha quitado, va a costar, pero como aceite es de los mejores que hay». «Junto con el de girasol es el que menos grasas saturadas tiene y es muy bueno para hacer conservas. Es insípido y guarda muy bien los alimentos», añade.

A la espera de que llegue la cosecha, las publicaciones en Instagram contribuyen a reivindicar también este cultivo. Desde un campo de colza en Villovela de Pirón al atardecer, @javilamar escribía recientemente: «Un poema verde con estrofas amarillas escrito en hojas de tierra. Camino por renglones de barro de pies de dioses de pacotilla. Un punto rojo y aparte silencia la tarde. De negro y diamantes, la pizarra de la noche donde se escriben los sueños».