Veinte años después, Francia vuelve a ser campeona del mundo, con una fórmula muy parecida a la que le coronó en París, con un seleccionador que entonces era su capitán y un grupo de estrellas que han sabido dejar de lado los egos.

Deschamps ya tiene su título como técnico. Hace dos años se le negó la Eurocopa, quizá por un exceso de confianza de unos jugadores que se sentían superiores a Portugal, pero ahora ha dado con la tecla, y se une a Mario Lobo Zagallo y Franz Beckenbauer en el grupo de los elegidos que han levantado el trofeo como futbolista y como entrenador.

Pero, ¿hay cambio de ciclo en el fútbol internacional? A juzgar por la debilidad mostrada por las ‘grandes’ parece que sí. España, Alemania, Argentina y, quizá en menor medida, Brasil andan buscándose tras el descalabro de Rusia. Pero si lo que se quiere son indicios de quiénes marcarán la pauta entre los finalistas, difícilmente pueden encontrarse.