"El turismo rural quiere trabajar, no paguitas ni ayuditas"

A.M.
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Presidente de la Asociación de Turismo Rural y Activo de Segovia, desde marzo, sustituyendo a Domingo Asenjo, gestiona varias casas rurales y es un apasionado de los deportes al aire libre, de la naturaleza y del patrimonio cultural.

"El turismo rural quiere trabajar no paguitas ni ayuditas" - Foto: Rosa Blanco

El diez de marzo, Gerardo Otero Sanz era elegido presidente de la Asociación de Turismo Rural yActivo de Segovia, mayoritaria en la provincia, en momentos de grandes dificultades para el sector, debido a los cierres perimetrales, que le han tenido con las reservas a cero, durante siete meses.  A punto de arrancar la actividad, levantado el estado de alarma, lamenta en esta entrevista que se están encontrando con más dificultades de las previstas, debido a las limitaciones de aforos a ocho personas, como máximo de dos grupos distintos. 

¿Cómo se encuentra el sector en la actualidad en Segovia? 

Sin duda es un momento difícil, sobre todo cuando asumí la presidencia que estábamos totalmente parados, y ahora parece que llega la hora de empezar a arrancar, pero con más dificultades de las que esperábamos, porque una vez que ha decaído el estado de alarma nos están restringido de tal manera que muchos no podemos reiniciar la actividad como nos gustaría. No obstante, estoy ilusionado, creo que se pueden hacer cosas y vamos a una situación mejor...  

Parece que en estos meses la ocupación ha sido muy baja...

Cero prácticamente, ha habido una cantidad mínima de clientes en alojamientos muy pequeños, para familias de nuestra Comunidad que se pudieran mover, pero ha sido anecdótico. En siete meses hemos estado parados todos, prácticamente.  

¿Cuál es el perfil de los alojamientos de turismo rural en Segovia? 

Es muy dependiente de la Comunidad de Madrid, según las zonas, la parte que limita más con el sur tiene mayor desarrollo y luego merma si nos acercamos a las del interior de la provincia, La Campiña o las periféricas. Está bastante generalizado, es una opción que se ha desarrollado bien, muy vinculados al turismo de fin de semana, pero, en temporada de vacaciones y verano, tenemos visitantes del resto de España, incluso del extranjero.

Con asociados con negocios de turismo activo, ¿cómo les va a ellos? 

Igualmente se han visto afectados por las restricciones de movilidad, lo que limita la afluencia de visitantes, también es cierto que es un tipo de turismo más estacional y, cuando realmente tienen su temporada más fuerte es a partir de la primavera, hasta final del otoño. Salvo el turismo de estaciones de esquí o el senderismo, en invierno se para mucho.  En estos momentos el turismo activo está más ilusionado porque se ha abierto y tienen más posibilidad de que haya más clientes, pero también es verdad que tienen limitando unmáximo de 14 personas por guía, desde ayer, lo que reduce mucho la viabilidad económica de las actividades.  

¿Qué representatividad tiene la asociación en un momento de un gran movimiento de organizaciones en Castilla y León? 

Ahora ha surgido una asociación liderada por Ángel Carreras, que era miembro de la nuestra, que la forman tres o cuatro personas más, con la idea de constituir una federación de empresarios de turismo rural de Castilla y León, aspirando a ser el interlocutor del sector con el Gobierno regional. Nosotros representamos a más de 150 profesionales, hasta ahora era la única que existía en Segovia, mayoritaria y de las más numerosas de la Comunidad.  

¿Esta crisis ha provocado división entre miembros de asociaciones por criterios diferentes en cuanto a las reivindicaciones?  

Más bien creo que el problema surge por personalismos, muchas veces, porque en el fondo estamos de acuerdo con lo que reivindicamos, que básicamente se resume en que nos dejen trabajar con normalidad, ganarnos nuestro sustento con ello, que es lo que quiere la mayoría, no deseamos paguitas ni ayuditas.  Es verdad que hay asociaciones que se enmarcan solo en el decreto de turismo rural: las posadas reales, los hoteles y casas rurales, y nosotros que, como asociación hemos englobado tradicionalmente también al turismo activo, desde el origen, entendemos que turismo rural es todo aquello que tenía que ver con la actividad turística en los núcleos rurales, entonces también admitíamos a los apartamentos turísticos en este medio y a viviendas de uso turístico (VuT).  Muchas veces el problema viene porque unos entendemos que defendemos al sector turístico en general y otros piensan que solo deben estar con una parte de ese sector.  

¿También conviven aquellos que han habilitado una vivienda en el medio rural, pero no se trata de su principal actividad económica?

Hay personas que entienden que ellos solo deben representar a los que se llaman 'profesionales', que se supone que son aquellos que lo tienen como actividad principal, autónomos o empresas, pero no podemos olvidar que el turismo rural surgió como una actividad complementaria a la agrícola y ganadera, incluso las primeras casas rurales, de alquiler compartido, se planteaban como una manera de convivir con los habitantes de los pueblos, conocer su medio.  Con los años, la evolución nos ha llevado a que se alquilen casas completas, tengan unas comodidades más propias de alojamientos urbanos que rurales, lo que viene dado por la demanda del público y la legislación. Creo que todo el mundo que tiene una actividad en el medio, sea a través de alquiler de una casa o de turismo activo, incluso un pequeño restaurante o una tienda donde venden productos típicos de la zona, son también turismo rural, y todo ello hace que haya actividad turística en estos núcleos que es lo que debemos defender.

¿Les han llegado algún tipo de ayudas por estos meses que no han podido trabajar? 

Es verdad que en estos siete meses sin actividad aquellos autónomos o empresas podían percibir unas compensaciones económicas por la Seguridad Social, equivalente a un paro. Luego las que ha sacado la Junta de Castilla y León para cubrir gastos corrientes, si no te dejan tener ingresos, de alguna manera te tendrán que ayudar a compensarlo, pero es que no llegan al 100% del sector, a otra parte ni le dejan trabajar ni recibe ayudas, es una solución a corto plazo, pero no se puede mantener la situación así, meses y meses. También las ayudas de la Diputación se limitan a subvencionar gastos corrientes de los alojamientos, dejando fuera al turismo activo, pero dijeron que les iban a compensar con bonos. 

Antes de la pandemia ya elevaban a las administraciones quejas como el problema de los olores debido al vertido de purines o la ausencia de fibra óptica para un servicio adecuado de Internet, ¿cómo se encuentran estas cuestiones? 

Continúan, también, por ejemplo, con lo que está ocurriendo con el camino de San Frutos, que no se acaban de poner de acuerdo la Consejería de Medio Ambiente con los ayuntamientos de la zona, para ponerlo en condiciones como principal recurso turístico de la provincia. El tema de los purines es muy grave, siempre hemos dicho que no queremos poner ningún impedimento a otras actividades económicas que se desarrollan en el medio rural, pero hay que convivir em armonía y buscar soluciones. En estos últimos meses ha habido un importante avance en la llegada de la fibra óptica a muchos municipios, que está haciendo muy viables actividades que hasta ahora eran complicadas, y animamos a las administraciones a que sigan por esa vía, aunque seguiremos reclamando que mejore.

Ahora solo pueden admitir a doce clientes de dos unidades familiares diferentes, ¿están conformes con la medida? 

Perjudica mucho, sobre todo en el tema de unidades de convivencia porque, en el momento en que haya dos parejas, ya se ha limitado el aforo a cuatro personas, lo que en una casa de cuatro a ocho personas puede ser aceptable, pero en otra de más, que la normativa permite hasta 16, puede hacer inviable poder tener una mínima actividad en esos alojamientos, eso deben eliminarlo.   

¿Cuál es su propuesta?

Cuando a los alojamientos completos se nos ha considerado como un espacio de uso privado, con las mismas limitaciones que cualquier vivienda particular, que en Semana Santa se limitó a convivientes, pensamos que, una vez que ha decaído el estado de alarma, lo lógico es que nos hubieran tratado como un espacio de uso privado y hubieran decaído las limitaciones de aforo en los espacios privados, aunque se podía recomendar que no se juntaran grupos convivientes o que no se superara determinado aforo, lo que pasa es que éste siempre va vinculado a las características del inmueble, no se puede plantear uno general.

¿De alguna manera tienen conocimiento de que los alojamientos rurales hayan sido sitios propicios para la transmisión del virus? 

Está muy claro que, desde el mes de octubre del año pasado, en la segunda y tercera ola, nosotros no hemos sido transmisores de la pandemia porque nos cerraron totalmente la actividad con los cierres perimetrales. En la primera ola que hubo en marzo, en el momento en que se hizo el cierre de los domicilios, también se cerraron los alojamientos, la única experiencia entremedias, que fue el verano, de julio a septiembre, no hemos tenido la sensación de que haya habido algún problema más allá de los que se hayan registrado en cualquier otra actividad. 

¿Hay asociaciones que critican, por ejemplo, las medidas en torno a los campings, se consideran agraviadas... ? 

Cuando varias asociaciones nos han invitado a sumarnos a un escrito donde también hablan de esto les indicamos que nosotros, para reivindicar lo que consideramos que es justo para nuestro sector, no tenemos por qué hablar de lo que hacen con otros.  Los campings son una situación muy singular porque, en su mayoría, va una familia con su tienda o su caravana, y es un núcleo conviviente que está en su parcela y no tiene relación con los demás. 

Es verdad que también suele haber bungalows, cabañas de madera, que alquilan para clientes que no llevan tienda o roulotte, que es dudoso que no estén incluidos con los alojamientos no hoteleros, como casas rurales y VuT, pero, en cualquier caso, para hablar de lo mío no necesito hablar de los demás. 

¿Son partidarios de que se tenga en cuenta a la hora de marcar el aforo a los clientes que ya estén vacunados? 

El problema es que no todo el mundo ha tenido aún acceso a la vacuna, no se puede exigir algo que la gente no puede tener libremente, lo lógico es que aquellos inmunizados por la vacuna o porque han pasado la enfermedad no tuvieran ningún tipo de restricción, incluso ni llevar mascarilla por la calle. El problema es que ahora sería discriminatorio.  

¿Ustedes forman parte de la Mesa de Turismo que ha creado la Asociación de Alojamiento, Hostelería y Turismo de Segovia (Hotuse), pero también mantienen contactos con la Federación Empresarial Segoviana (FES), ¿no se alinean en con una sola parte?  

Trabajamos con todo el que quiera colaborar, no ponemos vetos a nadie, estamos abiertos a tratar con todo el mundo, Los problemas que tenga Hotuse con la FES son internos que tendrán que ver cómo lo resuelven, hemos tenido contactos con ambos. En la Mesa de Turismo estamos trabajando activamente, se hizo un escrito que hemos remitido a varias consejerías, estamos pendientes de un encuentro con el delegado territorial de la Junta, José Mazarías, que parece que se resiste; y con la FES igual, tienen nuestras demandas y se las trasladaron al vicepresidente francisco Igea el día que mantuvieron una reunión. 

¿Confían en que sus reivindicaciones sean escuchadas, principalmente lo que afecta al aforo?  

Creo que nos están escuchando, el tema de que lo atiendan o no es otra cosa porque este Gobierno autonómico es muy complicado de entender, todavía no nos han facilitado ningún criterio científico que avale las medidas que están tomando, si están seguros de lo que hacen tendrán algo que lo avale, si lo hacen porque sí, eso aguanta lo que aguanta... 

¿Llega el verano, se levanta el cierre perimetral, probablemente continúe la desescalada, aún con estas limitaciones de momento, ¿qué futuro le ve al sector?  

La experiencia del verano pasado fue buena y en eso somos ligeramente optimistas, es verdad que entonces no tuvimos ningún tipo de restricción de aforos como ahora. Si hubiera sido solo mayo o ahora junio nos sirve de periodo de adaptación, pero el problema es que las reservas se están haciendo ahora y si no podemos garantizar al cliente que va a tener unos aforos a lo que ellos demandan va a ir a buscar otras alternativas, como Extremadura o Castilla-La Mancha, por ejemplo. Se mantiene una incertidumbre, es verdad que, al levantarse los cierres perimetrales empezaron a llegar consultas, pero si me piden doce plazas para el mes de  julio, ¿qué les digo, que sí, que no o sí, pero...?