Asegurados el perímetro y taludes del socavón, por fin se han podido sacar los vehículos, un turismo y una furgoneta, que en la noche del lunes cayeron a diez metros de profundidad.

No se ha detectado daño estructural en el edificio, que está sometido a un seguimiento continuo. Los vecinos han vuelto a sus casas, algo más tranquilos, pero de momento y al menos durante un mes sólo podrán estar por tiempo limitado, de 13:30 a 15:00, para comer, y de 20:00 a 08:00. El resto del tiempo, sólo podrán permanecer en las viviendas si no se está trabajando en el exterior con maquinaria pesada porque, según explica el concejal de Obras, Servicios e Infraestructuras de Segovia, Miguel Merino, "alguna máquina por accidente puede tocar el pilote o puede surgir alguna incidencia a evaluar y estamos mucho más tranquilos si el edificio está vacío".

La intervención más inmediata será el gutinado (refuerzo con hormigón) de los taludes del socavón, después se analizará si se puede realizar la misma operación en los pilotes del edificio. Luego vendrá la revisión completa de los cuatro kilómetros de canalización por los que el río Clamores atraviesa la ciudad por el subsuelo, convertido en colector, que rebosa con grandes avenidas como la provocada por la tormenta del lunes.