«Si fuera viable un pacto PSOE-Podemos, habría que gobernar»

Javier D. Bazaga (SPC)
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Ione Belarra, portavoz adjunta de Podemos en el Congreso, se muestra optimista de cara a las elecciones del 28 de abril y orgullosa de todo lo que su formación ha logrado en esta legislatura

«Si fuera viable un pacto PSOE-Podemos, habría que gobernar» - Foto: JUAN LAZARO

En los últimos meses, Ione Belarra ha destacado en la primera línea parlamentaria como portavoz adjunta de Unidos Podemos en el Congreso, aunque su proyección ya se perfiló cuando accedió a la Cámara Baja como experta en asuntos de migración, género o movimientos sociales.

¿Qué balance hace Podemos de esta legislatura tan corta e inédita?

A pesar de que ha sido muy intensa, con muchos cambios y muchos vaivenes, hemos visto con la moción de censura lo que siempre habíamos dicho: que sí que había números suficientes para echar a Mariano Rajoy de la Moncloa. Es el dato más relevante de la legislatura.

Demostramos que con el apoyo de las mareas de pensionistas, del 8-M y de una primavera de movilizaciones caliente se generó el caldo de cultivo que obligó al PSOE a presentar una moción de censura que no quería presentar.

Los números dieron para la moción de censura, pero no para aprobar los Presupuestos Generales del Estado, lo que limitó la acción de Gobierno. ¿Cree que el adelanto electoral era la única salida?

El adelanto electoral era la decisión más sensata teniendo en cuenta que no podían sacar los Presupuestos adelante. Pero yo, que formé parte de la negociación del acuerdo presupuestario, puedo decir que el Gobierno se podría haber esforzado más. Eran unas Cuentas muy buenas para la gente. De haberse aprobado habrían actualizado las pensiones al IPC, se habrían ampliado los permisos de paternidad y maternidad, habría una subida de becas de más de 500 millones...  Todo eso se podría haber hecho si el Ejecutivo hubiera puesto algo más de voluntad. Creo que dejaron caer los Presupuestos.

¿Cree que fue falta de voluntad o de valentía?

Tiene que ver con que el PSOE no tiene proyecto para nuestro país. Puede gestionar el Gobierno durante algún tiempo, pero nada más. Y eso se traduce en que del acuerdo presupuestario, el 90 por ciento eran medidas que le planteó Podemos. De hecho, hay cosas de las que sacan pecho, pero que son propuestas que les exigimos nosotros, como el salario mínimo interprofesional. Si Pablo Iglesias no le hubiera arrancado esa subida a 900 euros no se hubiera hecho. No hay más que compararlo con el acuerdo al que llegaron con Ciudadanos en el que este parámetro se subía un uno por ciento. En nuestro caso, fue un 23. La diferencia está en que quien estaba al otro lado de la mesa era Iglesias.

A pesar de todas las medidas sociales lo que terminó por tumbar los Presupuestos fue la falta de acuerdo con los independentistas. ¿Creen que el Gobierno debería haber permitido el referéndum de autodeterminación que le exigían?

El PSOE tiene muchas dificultades para entender la plurinacionalidad del país, para dialogar con lugares y formas de entender nuestro país diferentes. La situación en Cataluña se ha complicado tanto que el primer paso tiene que ser el diálogo, pero no puede ser una palabra vacía, sino un camino y un proceso que recorramos juntos, con fuerzas y personas que piensan diferente para poder llegar a una solución.

Ahora nos encontramos en una situación de quiebra total. Nos encontramos con personas, como los líderes del procés, que por hacer política están en la cárcel, y con un PP amarrado a las propuestas de Ciudadanos y de VOX que prácticamente están planteando la recentralización, lo que ha provocado una quiebra de los consensos territoriales que no tiene que ver solo con Cataluña. Han vaciado España vaciando sus pueblos, recortando los servicios públicos que hacen que no haya un centro de salud en muchas localidades, que se cierren escuelas rurales, que los transportes públicos sean insuficientes...

Tenemos una crisis territorial que no es solo la de Cataluña, lo que está por debajo es la reversión de las competencias de los Ayuntamientos o haber vaciado nuestro país. Es una crisis territorial de primer nivel en la que ya no vale volver atrás, ya no vale volver a lo de 1978. Necesitamos un nuevo acuerdo de país y un nuevo diálogo. Creo honestamente que quien puede reconstruir ese acuerdo territorial es Unidas Podemos, que puede tener una política de impulso sostenible al entorno rural y puede abrir un espacio de diálogo para Cataluña.

Se acerca el 28 de abril primero, y el 26 de mayo después, ¿cómo llega Podemos a estas elecciones?

Llegamos en muy buenas condiciones. Estos meses han servido para demostrar que podemos ser muy útiles, gobernar muy bien y gestionar económicamente mejor las instituciones bajando la deuda e invirtiendo más en políticas sociales, como ha ocurrido en Barcelona, donde se ha hecho una empresa eléctrica pública para miles de familias en situación de vulnerabilidad.

Llegamos en muy buenas condiciones porque tenemos las manos tan libres como al principio, porque no le debemos ni un euro a los bancos, seguimos tomando las decisiones de acuerdo a lo que votan los inscritos, hacemos primarias que son de verdad, no como las de Ciudadanos, y además tenemos acumulada la experiencia de este tiempo en el Congreso. Eso nos coloca en una situación privilegiada para afrontar estas elecciones. Y eso se demuestra en las encuestas que, a pesar de decir que el escenario está completamente abierto, nos hunden.

El resto de partidos acaban de configurar sus listas con un mayor o menor acuerdo interno. ¿Podemos llega unido a estas elecciones?

Estamos terminando de cerrar todos los acuerdos con las fuerzas hermanas. No es un proceso sencillo porque cuando dialogas y construyes un espacio plural entre diferentes no siempre es un trayecto de rosas, pero estamos siendo capaces de articular un espacio de cambio político que no existía en España y que no tiene comparación, marcándole incluso el camino a otras fuerzas que están teniendo que hacer, mal que bien, sus primarias.

Creo que es justo decir que somos el grupo parlamentario más completo que ha presentado además las leyes más ambiciosas, como una norma de cambio climático que no es comparable en Europa; o una ley de reforma del sistema de pensiones no solo para actualizarlas al IPC, sino para hacer que no haya ninguna pensión mínima en España por debajo de 600 euros, que es lo mínimo para no estar en la pobreza.

Y si es un partido tan completo, ¿por qué se fue Íñigo Errejón?

Lo de Íñigo tiene que ver con que hemos dejado demasiadas veces que los medios de comunicación nos marcasen la agenda. Es uno de los errores, y no pasa nada por reconocerlo, que hemos cometido. Permitir que nos marcasen los tiempos y la agenda de la vida interna. Hemos hablado demasiado de nuestra organización, y hemos tomado la decisión de no darle más importancia de la que tiene. Íñigo Errejón ha decidido iniciar otro proyecto político de la mano de Manuela Carmena y eso es respetable y legítimo, y creo que el día de mañana estaremos colaborando para echar al PP de la Comunidad de Madrid.

¿Cuánto daño le ha hecho ese desacuerdo interno?

Se han magnificado mucho las diferencias que hemos podido tener. Eso es una evidencia frente a otros partidos. Las noticias en torno a Podemos y cómo se nos trata tiene que ver con que tengamos un proyecto que va a restarles privilegios a las élites. Aceptamos las reglas del juego, ya sabemos que va a ser así, pero ha sido una exageración el trato que se le ha dado a Podemos mientras negociábamos cuestiones clave como la actualización de las pensiones o que podamos regular los precios del alquiler cuando hay personas en nuestro país a las que se les sube un 20 por ciento de un año para otro. No ha sido un trato justo.

Irene Montero ha asegurado que el próximo dirigente del partido sería una mujer, y muchas miradas se volvieron hacia usted.

Yo estoy concentrada en ganar las próximas elecciones generales y soy excepcionalmente optimista con nuestros resultados en Navarra. Estoy convencida de que podemos ganar los comicios allí teniendo en cuenta que la última vez nos quedamos a unos cientos de votos de la victoria, y es en lo que estoy más concentrada. Creo que se magnificó una declaración que Irene ha hecho en muchas ocasiones, y es que es el tiempo de las mujeres. Es una buena noticia que las mujeres puedan llegar a los máximos órganos de representación de los partidos.

Entonces no se ve de momento dirigiendo el partido.

Yo no tengo intención de dirigir Podemos. Sería una buena noticia que fuera una compañera quien dirigiera el partido, pero no estamos en ese debate ahora.

Y si, como usted señala, estamos en el tiempo de las mujeres, ¿por qué se le ha dado tanto bombo al regreso de Pablo Iglesias?

Estamos muy contentos con que vuelva Pablo, pero no le hemos dado más bombo que el que tiene que vuelva la persona que dirige Podemos y que es nuestro candidato a la Presidencia del Gobierno. 

Pablo tiene una relación muy cercana con la gente y con los militantes, y todo lo que tiene que ver con él genera mucha expectación. Pero se magnificó un cartel -que era un error y yo lo reconocí y defendí que había que retirarlo cuando lo vi-, por parte de los medios de comunicación que están interesados en hacerle aparecer como un líder a la antigua usanza. Sin embargo, él está dando un ejemplo que ya me gustaría que otros líderes políticos dieran. Incluso teniendo unas elecciones a la vuelta de la esquina le ha dado prioridad a corresponsabilizarse del cuidado de sus hijos. Eso es una lección de cómo los hombres pueden ser copartícipes del feminismo, y a eso no se le ha dado ninguna importancia.

¿Cree que Podemos ha cumplido las expectativas de los ciudadanos en este tiempo en el que han estado en las instituciones?

Confío en que sí, pero quiero que le hagamos esa pregunta a la gente el 28 de abril, porque esa será la mejor validación de para qué ha servido nuestro trabajo. Nadie como nosotros le ha hecho oposición al PP. De alguna manera competíamos con Ciudadanos en regeneración democrática, y han sido muleta en Castilla y León del PP; han sido muleta del peor PP en la Comunidad de Madrid; han sido muleta del peor PSOE en Andalucía... Nosotros hemos sido los únicos que hemos podido representar una alternativa.

Su optimismo con la respuesta ciudadana en estas elecciones contrasta con el auge de VOX, ¿les preocupa que se pueda replicar el pacto a la andaluza en el resto del país?

Nos preocupa muchísimo, pero somos la única alternativa a las dos propuestas que hay ahora encima de la mesa que son el miedo que generan el PP, Ciudadanos y VOX, que tienen propuestas que nos retrotraerían a tiempos predemocráticos; o el PSOE que nos propone la resignación, un «virgencita, virgencita, que me quede como estoy».

Pero es que la gente no está bien, hay precariedad, los jóvenes no encuentran trabajo, en los pueblos no se puede vivir... Frente a eso hay otra España que está empujando con otras propuestas como estamos viendo en el 8-M, con las mareas de los pensionistas, o las movilizaciones que más gente han movido en Castilla y León, Castilla-La Mancha o Aragón como las de la defensa de la sanidad y los servicios públicos. Hay otra España que quiere otras cosas y nosotros somos los que mejor representamos a esa España del cambio que se puede abrir paso de una manera inesperada el 28 de abril. Por eso soy optimista. 

Justo antes del 20-D se decía que Podemos era flor de un día. Pero la primera vez que entramos en el Congreso lo hicimos pisándole los talones nada menos que al PSOE, que ha sido el pilar fundamental del régimen del ‘78. Creo que podemos volver a hacer Historia.

Si los números situaran la alianza entre PSOE y Podemos en el Gobierno tras estas elecciones, ¿volverían a exigir a Pedro Sánchez asientos en el Consejo de Ministros?

En ese escenario, el PSOE tendría que aceptar de una vez por todas que Podemos es una fuerza con un peso específico tan grande que no se puede obviar. Y eso tendría que traducirse en el futuro Gobierno. Pero, sobre todo, en las políticas que se van a aplicar. Ya no valdría un acuerdo presupuestario en el que firmo 80 y cumplo 40. Con toda una legislatura por delante habría muchas exigencias que poner encima de la mesa. Cuantos más votos saque Unidos Podemos más posibilidades hay de que las políticas se parezcan a lo que está pidiendo la gente.