Una España de novela

J. Villahizán (SPC)
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Pepo Paz Saz se sumerge en lo más granado de la literatura nacional e internacional para animar al lector a viajar en el tiempo a la Pamplona de Ernest Hemingway, al Madrid de Emilia Pardo Bazán o a la Barcelona de Juan Marsé

Una España de novela - Foto: GEORGE APOSTOLIDIS

Viaje y literatura. ¿Qué más se puede pedir a un recorrido por alguno de los muchos destinos que proporciona la geografía nacional? 
Son numerosos los lectores y viajeros que antes de iniciar una nueva escapada o justo cuando se encuentran inmersos en ella deciden rememorar los paisajes y los personajes de las tierras que visitan con textos que hablan de esas latitudes. Así, no es difícil descubrir a Miguel de Cervantes en La Mancha, a Juan Marsé en Barcelona, a Ernest Hemingway en Pamplona, a Emilia Pardo Bazán en Madrid o a Edurne Portela en Bilbao.
En ocasiones, el destino o la ruta se escoge al azar tras leer una novela ambientada en una pequeña ciudad de provincias, en un antiguo comercio tradicional de un soleado pueblo costero o en el personaje idílico que residía en un amplio y lúgubre castillo en lo más alto del cerro.
Son historias difíciles de olvidar, aquellas que dejan tal poso en el lector que al final es obligada su visita.
Ese es precisamente el objetivo que busca el escritor y fotoperiodista Pepo Paz Saz en su libro Un país de novela (Anaya Touring). Ha mezclado lo más granado de la literatura española y universal con algunas de las ciudades y territorios más emblemáticos de esas novelas. El autor propone así 15 destinos, repartidos por todo el país, con el propósito de animar a viajar por España a través de las páginas de otros tantos libros.
Desde la Barcelona de los cines de reestreno y las salas de baile del Pijoaparte y Teresa Serrat, en la inolvidable Últimas tardes con Teresa, a los parajes de las riberas del Tajo y el Tajuña que vagabundeó el joven Camilo José Cela en su Viaje a la Alcarria. Sin olvidar el Madrid aristocrático y arrabalero, entre dos siglos, que relata en Insolación Emilia Pardo Bazán, o el Bilbao obrero de la margen izquierda, más pegado al siglo XX, que emula Edurne Portela en Mejor la ausencia.
Quince localidades y rutas literarias que descubren un auténtico país de novela y que esperan al lector al otro lado de las páginas. Porque leyendo también se viaja.

 

Barcelona

Últimas tardes con Teresa

El autor catalán cartografía como ningún otro escritor  una Barcelona hoy casi extinta que deambula por los barrios de dos alturas, por los arquetipos suburbiales y por las élites burguesas desde la posguerra de los años 40 hasta los tiempos finales de la autarquía, en los 60. En Últimas tardes con Teresa, Marsé recuerda con nostalgia los barrios barceloneses, aquellos en los que los universitarios anhelaban una vida mejor más allá de los arrabales, además de soñar con un ansiado cambio político.

 

Granada

Impresiones y paisajes
Son las huellas de los primeros viajes narrativos del poeta, aquellos que realiza con un estilo recargado, aún torpe pero de una gran complejidad. Impresiones y paisajes es la primera obra de García Lorca, allá por 1918, cuando el escritor lleva a cabo sus excursiones universitarias con los profesores de la Universidad de Granada a través de Andalucía, León, Castilla y Galicia, textos a los que añade sus propias sensaciones sobre Granada, ciudad en la que vivía desde hacía siete años.

 

Bilbao

Mejor la ausencia
La primera obra de ficción de Edurne Portela atrapa al lector en un Gran Bilbao que se desarrolla en dos tiempos: uno, el de los duros años 80 y 90, y otro en el nuevo siglo, en 2002. Los personajes transitan por lugares reconocidos como Santurce, Getxo, Portugalete o Ziérbana, recorridos sonoros que retratan los últimos 20 años de un convulso siglo XX marcado por la crisis económica y el desmantelamiento industrial de la margen izquierda, así como por la profunda herida de la droga en la generación del baby boom.  

 

La Alcarria 

Mejor la ausencia
La primera obra de ficción de Edurne Portela atrapa al lector en un Gran Bilbao que se desarrolla en dos tiempos: uno, el de los duros años 80 y 90, y otro en el nuevo siglo, en 2002. Los personajes transitan por lugares reconocidos como Santurce, Getxo, Portugalete o Ziérbana, recorridos sonoros que retratan los últimos 20 años de un convulso siglo XX marcado por la crisis económica y el desmantelamiento industrial de la margen izquierda, así como por la profunda herida de la droga en la generación del baby boom.  

 

Pamplona

Fiesta
Fiesta ha adquirido con el tiempo un valor histórico y documental relevante sobre la ciudad de Pamplona, sus costumbres y fiestas y su paisanaje. Hemingway revela la idiosincrasia de un pueblo, así como los rituales íntimos de un festejo gracias a la descripción certeza, fresca y ágil de los acontecimientos. El estadounidense realiza una mirada costumbrista de la ciudad, sus alrededores y su patrimonio cultural para conocer y mostrar, desde la mirada del extranjero, el latido vital pamplonés.

 

Madrid

Insolación
Como era de esperar en Pardo Bazán, la autora reivindica en la novela, escrita a finales del siglo XIX, el empoderamiento de la mujer en una sociedad patriarcal y dominada por las normas sociales masculinas. Para lograr su propósito la escritora pone el énfasis en los derechos femeninos y en alcanzar sus proyectos, como ser la primera mujer del Ateneo de Madrid. Insolación recorre el Madrid del crecimiento demográfico, de la llegada del abastecimiento de aguas y del ferrocarril.

 

Córdoba

La feria de los discretos
En 1905, Pío Baroja acompañó al pintor impresionista asturiano Darío de Regoyos a uno de sus viajes a Córdoba y de aquella estancia inolvidable surgió La feria de los discretos, el primer volumen de la trilogía novelesca El pasado. El libro es una bajada a los infiernos barojianos, es decir, una estancia donde el autor vasco describe los males de la sociedad española de principios del siglo pasado. Un tiempo lastrado por la incertidumbre en lo político y económico, además del pesimismo existente por la pérdida de las colonias. 

 

Ruta del Quijote

Don Quijote de La Mancha
Son muchos los nombres y localidades manchegas nombradas en el libro más excelso y universal de las letras hispanas, aunque son también muchos los estudiosos que se siguen preguntando cuál es el lugar exacto donde Miguel de Cervantes ubicó la hacienda del hidalgo con el que da comienzo la narración de sus andanzas. Sea como fuere, el autor de las Novelas Ejemplares cita un sinfín de lugares, desde venteros a molinos, pasando por humedales manchegos y singulares personajes, cuales Dulcineas del Toboso o leones de Belmonte.