En esta exposición nos recibe nada más entrar en La Alhóndiga  el caballete de Antonio Román, que le sirvió para salir a pintar a las calles y campos segovianos en la segunda mitad del siglo XX.

Su hija Marta nos cuenta emocionada que el caballete conserva las acuarelas y la paleta de color que en su día su padre se construyó para hacer más cómodo su trabajo con el color. Y añade, como podéis ver conservamos también las brochas 'porque en su mayoría eran pinceles gruesos y brochas' los que utilizaba para crear.

Entre lágrimas señala también el gorro que acompañaba a su padre en su pasión: retratar su Segovia y también las diferentes estampas de color derivadas de las estaciones del año. En este sentido recuerda que han querido que esta exposición sirva para descubrir algunas de las acuarelas que no le dió tiempo a enseñar.

Acuarelas inéditas de Román 20 años después de su muerte

'Le hubiera gustado estar aquí enseñándolas', añade. Por eso Marta, junto a sus dos hermanos han hecho una selección de estas obras que en su mayoría son fiel reflejo de su estilo 'trazos enérgicos, ágiles y llenos de color'.

'Era un artista de calle al que no le gustaba repetir obras'. Por eso en este recorrido encontramos la Plaza de San Martín desde muy diversos puntos de vista, o el quiosco de la Plaza Mayor, también desde miradas diferentes.

Le gustaba pintar árboles, añade, y entre la serie que les dedica no pasan desapercibidas las acuarelas de la alameda del parral o de los almendros en flor;  tampoco 'su Segovia nevada'.

Acuarelas inéditas de Román 20 años después de su muerte

Obras que demuestran el porqué, cuando la muerte le sorprendió, estaba considerado uno de los 25 mejores acuarelistas de nuestro país.

Raíces

Junto a la obra de Antonio, sus hijos llevan a esta exposición seis obras; dos de su abuelo (de finales del siglo XIX), dos de su padre y dos de su tío, que dejan claro el talento creativo y artístico de 'los Román'.

Acuarelas inéditas de Román 20 años después de su muerte

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