Cuatro semanas. El tiempo que tarda la luna en dar una vuelta a la Tierra. Todo ese período se va a tomar el COI para decidir si mantiene los Juegos Olímpicos de Tokio en las fechas previstas o los pospone a 2021.
Una tremenda incertidumbre. El propio presidente del COI, el alemán Thomas Bach, admitió el sentimiento que debe embargar a las decenas de miles de deportistas que preparan los Juegos en plena pandemia, sin saber cómo y en dónde entrenarse y cuándo podrán volver a hacerlo con normalidad.
Pero aplazar la decisión cuatro semanas genera, como manifestó ayer el presidente de la Federación Española de Atletismo, Raúl Chapado, una mayor «ambigüedad».
Durante ese mes, mientras llega el veredicto del COI, los atletas, casi todos, lo pasarán confinados en casa o entrenando a baja intensidad, viendo cómo desaparece su mejor momento de forma.
«Esta incertidumbre», les manifestó Bach a los deportistas en una carta pública, «nos sacude los nervios y refuerza las dudas sobre un futuro positivo; destruye la esperanza. Algunos incluso t temerá por su propia existencia». «Nadie puede hacer afirmaciones totalmente fiables sobre la duración de esta lucha contra el virus. Por lo tanto, el COI no puede responder a todas sus preguntas», añadió, en una implícita apelación a la paciencia.
Pero no ha convencido a todos
El ciclista británico Callum Skinner, subcampeón olímpico de velocidad, tachó ayer de «terco y arrogante» a Bach. «Esta decisión es inaceptable, irresponsable e ignora nuevamente los derechos de los atletas», comentó.
Un dato ofrecido por el propio COI revela la magnitud del número de deportistas que desconocen su futuro profesional a medio plazo: se han clasificado ya para los Juegos el 57 por ciento de los 11.000 participantes previstos. Es decir que un 43 por ciento, unos 4.700 atletas, siguen pendientes de su proceso de selección.
Si estas cuatro semanas serán de incertidumbre y de descanso competitivo para los deportistas, los equipos legales del COI afrontan por su parte un reto mayúsculo, más difícil que batir un récord mundial de Usain Bolt.
Las televisiones, con la estadounidense NBC a la cabeza y 14 empresas de alto renombre tendrán mucho que decir sobre un posible aplazamiento. Lo mismo que las decenas de compañías que han firmado acuerdos locales con Tokio 2020.
Los Juegos de Tokio tienen un presupuesto de 12.600 millones de dólares. El COI se financia enteramente con fondos privados. Queda mucho qué negociar. Los deportistas y las empresas, por lo que ya han manifestado, agradecerían que la decisión llegase cuanto antes. Si es posible, antes de que la luna dé otra vuelta completa a la Tierra.