¿Hace aguas la CHD con la gestión del Pontón y las riadas?

D. A.
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Las autoridades locales cuestionan si se pudo sacar agua del embalse días antes de la crecida para retenerla y escalonarla, ya que llevaba mes y medio lleno, mientras la CHD responde que es demasiado pequeño

La presa del Pontón Alto, en una foto tomada el 13 de diciembre. El embalse ya estaba al 100% mucho antes de la riada, desde el 28 de octubre.

La línea que separa el sentido común del desconocimiento resulta a veces muy fina y en el caso del manejo del Pontón Alto, el criterio de gestión del agua y sus resultados empañan la opción de ver con claridad a qué lado se sitúa cada cual. Que un embalse lleno no ayuda a retener y escalonar una crecida es obvio, ¿y no habría ayudado que se hubiera dejado al menos al 90% días antes, o en el porcentaje que fuera, en lugar de tenerlo al 100% desde octubre? Las autoridades locales, como poco, dudan; pero según la Confederación Hidrográfica del Duero, el Pontón es tan pequeño que «ni vacío» habría sido eficaz porque, para eso, debería tener el triple de capacidad. Como ejemplo citan que en las primeras seis horas de riada se habría vuelto a llenar un 10%; pasadas las primeras 12, casi un 30%; y según crece el porcentaje de vaciado preventivo, crece el riesgo de comprometer el abastecimiento, que es su uso principal. Sin embargo, frente al criterio de este organismo de cuenca adscrito al Ministerio para la Transición Ecológica emerge el de otro adscrito al Ministerio de Ciencia e Innovación, el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), que ya en 2016 sugería utilizar el Pontón para la «laminación de avenidas y crecidas». Y repreguntada por ello la CHD, matiza que trabaja en la mejora de los modelos predictivos y sistemas de alerta, sin descartar que llegue a un nivel de perfeccionamiento en el futuro que realmente permita utilizar el Pontón para controlar las avenidas.

La alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, anunció el jueves pasado que ha solicitado una reunión a la CHD para hablar de la posibilidad de que las descargas desde el Pontón Alto al Eresma «se escalen en el tiempo y con más antelación» para prevenir crecidas como la que inundó la Casa de Moneda y su entorno el fin de semana del 11 al 13 de diciembre. Matizó que la comunicación entre ambas instituciones «ha mejorado», pero lo cierto es que las consecuencias han sido parecidas a las de 2014. Y aunque los daños no se han cuantificado aún, costarán como mínimo varias decenas de miles de euros tanto la reposición de la cafetería y otras zonas de la Ceca como el arreglo del puente y la recuperación de riberas.

Izquierda Unida también emitía un comunicado el 14 de diciembre para pedir, una vez más (lo hizo en 2014 y en 2018), que se aproveche el Pontón para «laminar posibles avenidas» con descargas previas, ya que además estaba lleno desde hacía «varios días», advertía. En realidad mes y medio, desde el 28 de octubre, según datos de la propia CHD. ¿No era por tanto razonable rebajarlo días antes para paliar la riada? El Día derivó la pregunta el 15 de diciembre a la CHD, que ya respondió el 16 por escrito que no habría servido de nada, si bien fue este martes cuando completó la contestación por repreguntas aclaratorias pendientes.

«La presa del Pontón Alto se construyó para solucionar el abastecimiento (...) y no para laminación de avenidas», señala. Es la más pequeña de todas las que gestiona con 7,4 hm3 de capacidad, volumen que «se calculó para garantizar el abastecimiento con una garantía superior al 98% y un consumo anual de 16 hm3». ¿Pero no puede ayudar al menos en parte? Según la CHD, «es imposible teniendo en cuenta su capacidad total y las aportaciones de la cuenca vertiente», argumento que trata de avalar con las cifras reseñadas y las que vienen. «La aportación media anual es, según el proyecto, de 113 hm3, y según los datos de regulación, de 81,28; mientras que, por ejemplo la avenida con periodo de retorno de 5 años (caudal máximo en 5 años) es de 91,50 m3 por segundo». «Con estos datos, para poder atribuir al embalse la función de laminación de avenidas sería necesario un resguardo de al menos 15 o 20 hm3». De ahí que crea que «no resulta posible la laminación de avenidas» con el Pontón «ni siquiera en el caso de que estuviera completamente vacío». 

DUDAS. Por otro lado, sorprende tal respuesta cuando, según el portavoz municipal de IU, Ángel Galindo, en enero de 2018, «cuando se produjo la gran nevada y el deshielo amenazaba con provocar otra crecida, sí se rebajó el embalse». «Entonces también pedimos que se hiciera, pero desconozco si la CHD nos escuchó o ya lo tenía previsto», matiza. «Luego la crecida no fue para tanto, pero actuó con previsión». La de 2014 sí fue seria, así como los daños; y dos años después, como reseña Galindo, el IGME emitía el informe donde aconseja, entre otras medidas, controlar riadas con descargas previas del Pontón. Aunque señalaba que para ello eran necesarios ciertos trámites administrativos y, previsiblemente, dinero. «Lo primero que habría que solicitar sería un cambio de uso de la presa y embalse para que, manteniendo el uso consuntivo de abastecimiento a Segovia (...), admita otros usos, entre ellos la laminación de avenidas y crecidas», decía textualmente. Para ello, para aplicar esos dos usos que describía como «perfectamente compatibles», detallaba que «sería fundamental articular unos protocolos entre los responsables de explotación de la presa en la sede de la CHD en Valladolid y el operador de presa; reemplazando al responsable de explotación la sala de emergencias del SAIH (sistema automático de información hidrológica), donde los sistemas de apoyo a la decisión y sistemas expertos pueden ayudar».

Luquero también citó el informe del IGME el jueves. Dijo que se habían implantado sus indicaciones y efectivamente el Ayuntamiento, por ejemplo, se lo aplicó al comprar un grupo autógeno para la Casa de Moneda que asegure el achique de agua aunque una inundación corte el suministro general. Pero otras recomendaciones se han quedado en el limbo, como el drenaje del río a la altura de la Ceca, dragando su lecho «y/o» ensanchando sus márgenes. 

Lo que sí está claro, en cualquier caso, es que las inundaciones volverán. La Historia ha demostrado que son tan periódicas como inevitables, pero la cuestión es si se tomarán medidas extra para la próxima o se reabrirá el debate de siempre.