Este tuvo la oportunidad de cambiar el signo del duelo en los primeros instantes. El árbitro señaló un penalti en el área de la Segoviana que el conjunto burgalés no supo materializar. Un alivio para los de Manu González, que sin embargo tuvieron que remar sobre un terreno de juego en muy malas condiciones.

Aun así convirtieron al portero local en el mejor del partido. Las bajas del lesionado Dani Abad, de Dani Arribas, sancionado, y de Dani Calleja, con permiso del club, obligaron a la Segoviana a viajar con sólo 16 jugadores, incluidos el canterano Arévalo y Balta, cuya participación hasta ahora ha sido testimonial.

En medio de ese erial, Iván Sales se erigió en el líder ofensivo de un equipo que, a falta de poder disfrutar de las condiciones necesarias para intentar el fútbol de asociación que acostumbra, se remangó en busca de tres puntos clave. La visita a Zamora de su principal rival en la lucha por la segunda plaza, el Burgos Promesas, le abría la puerta para hacer brecha.

Sin embargo, el gol se hizo de rogar. No llegó hasta el minuto 75 gracias a un penalti forzado por Javi Borrego y convertido por Iván Sales, que ponía de esta manera la guinda a su buen partido a nivel individual. Un balón de oxígeno tras unos meses en un rol secundario a pesar de que las expectativas en torno a él eran altas a su llegada desde Castellón.

Otro que necesitaba una inyección de confianza, Diego Gómez, redondeó el definitivo 0-2 en los instantes finales de un encuentro que permitió a la Segoviana derrotar al Mirandés B y al pesimismo que se había instalado en su entorno.