Su impresionante racha en Liga (nueve victorias en otros tantos partidos) se reflejó en los primeros compases de esta eliminatoria sin red contra el Girona, que se encontró con un rival respondón y tuvo que protegerse la espalda durante la primera media hora. En ese tramo, la Segoviana cumplió con el plan preestablecido y se rebeló frente a la teórica superioridad del conjunto catalán.

Javi Borrego y Álex Conde amenazaron la portería de Muric, aunque sin acierto, y dieron pie a que se cumplieran todos los tópicos. El Girona exhibió su mayor pegada y la Segoviana pagó haber perdonado cuando, a siete minutos para el descanso, Nahuel Bustos se coló entre Javi Marcos y Viti -la pareja de centrales elegida en esta ocasión por Manu González, que dejó por sorpresa a Rui en el banquillo- y anotó el 0-1.

Con casi una hora por jugarse, la eliminatoria no debería haberse acabado ahí pero casi acto seguido llegó el otro punto de inflexión del choque. Dani Arribas no enfocó de manera adecuada el nervio que caracteriza a su juego y atizó sin opción de jugar el balón a Ibrahima. El colegiado no titubeó: roja directa.

La misión que hasta ese momento parecía una heroicidad se convirtió entonces en una quimera a pesar de la raza y el orgullo demostrado por los jugadores gimnásticos. Borao, Dani Calleja y Diego Gómez sustituyeron a Javi Borrego, Álex Conde y Fran Adeva en busca del milagro y no anduvo tan lejos debido a la pereza del Girona, que racaneó esfuerzos. Nada sin embargo que no le impidiera sentenciar a trece minutos para el final por medio de nuevo de Nahuel Bustos. Tampoco este año la Segoviana jugará contra un Primera en la Copa del Rey.