La Casa Buitrago entra en la Lista Roja del Patrimonio

D. A.
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La Asociación Hispania Nostra aprueba incorporarla a propuesta de la Asociación de Amigos del Patrimonio, y también ingresa a la vez la iglesia de San Medel de Valseca

La Casa Buitrago entra en la Lista Roja del Patrimonio - Foto: Rosa Blanco

La Casa Buitrago, valorada por las administraciones públicas como un «ejemplo de la arquitectura noble del siglo XV», pero emblema a la vista de cualquiera de la degradación del entorno de la plaza de Santa Eulalia, suma otro episodio de agonía urbanística con su entrada en la denominada Lista Roja del Patrimonio. Ha ingresado con fecha 15 de junio, a la vez que la iglesia de San Medel de Valseca (s. XII), elevándose así a 23 los bienes culturales segovianos que figuran en esta triste relación. 

La Lista Roja del Patrimonio es una iniciativa impulsada en 2007 por la Asociación Hispania Nostra (constituida a su vez en 1976 en sintonía con Europa Nostra, de la que forma parte) para «dar a conocer y proteger» elementos del patrimonio histórico español, cultural y natural, «sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores». Actúa «bajo supervisión de una comisión científica integrada por especialistas en la materia», partiendo para elaborar cada ficha de «fuentes propias», «terceras personas» o «entidades independientes».

En el caso de la Casa Buitrago, la «fuente» ha sido la Asociación de Amigos del Patrimonio de Segovia, autora de la propuesta y la ficha explicativa. «Presenta un avanzado estado de deterioro, acelerado en los últimos años por el abandono total del edificio», con el consecuente «peligro de derrumbe» y una «seria amenaza de desaparición», reseña.

La Casa Buitrago entra en la Lista Roja del PatrimonioLa Casa Buitrago entra en la Lista Roja del PatrimonioEn la misma ficha se recuerda que el entorno de la Casa Buitrago «fue núcleo del arrabal de la ciudad antigua de Segovia». «La plaza de Santa Eulalia era fundamentalmente el barrio de los tejedores de paños y aquí se encontraba el conjunto más homogéneo de arquitectura civil del siglo XVI de la ciudad, caracterizado por casas construidas con ladrillo y armazón de madera, con frentes de fachadas con soportales», añade. No era habitual que la nobleza construyera allí sus viviendas.

Se trata además de una zona «muy vinculada a la historia de la revuelta comunera» y Amigos del Patrimonio destaca que los hermanos Antonio y Pedro Buitrago, regidores de la ciudad, «fueron capitanes de la gente de Segovia a las órdenes de Juan Bravo». El presidente de la asociación, Pedro Montarelo, ya en declaraciones a El Día, resalta por ello «lo contradictorio que resulta que, mientras se conmemora con distintos actos el V Centenario de la revuelta comunera, se esté echando a perder algo que materialmente recuerda lo que fue». No obstante, confía en que «este SOS contribuya de alguna manera a evitar la destrucción total de lo que queda, aunque haya elementos imposibles de recuperar» por demoliciones que ya se llevaron a cabo años atrás.

«Hemos recurrido a este reclamo cuando la pérdida de determinados elementos es irreversible, pero aún vemos la posibilidad de evitar su total destrucción, que es lo que parece que buscaban los especuladores inmobiliarios», prosigue Montarelo. «Las dos administraciones públicas competentes han actuado, la autonómica y la local, y aunque puede que lo hayan hecho de manera poco eficaz, hemos de reconocer que la propiedad (Construcciones Gliazar) tampoco ha facilitado las cosas y ha jugado sus bazas con resultados a veces poco comprensibles en el ámbito judicial». El Ayuntamiento llegó a iniciar la vía penal por la demolición de elementos considerados de valor y la causa no prosperó, mientras la Junta tuvo que reiniciar el proceso de declaración del entorno de Santa Eulalia como conjunto histórico BIC por caducidad del expediente al haber dejado pasar 40 años sin completarlo, y aún hoy está pendiente de que el TSJ resuelva otro recurso de los titulares de la Casa Buitrago.

Por otro lado, precisamente a finales del mes pasado iniciaba el Ayuntamiento una intervención de consolidación de fachadas por «riesgo de derrumbe». Asume los costes de manera subsidiaria, con cargo a las arcas públicas, con idea de cargárselos posteriormente a la parte privada, que sin embargo ya acumula más de 340.000 euros de impagos; con sanciones incluidas pero sin contar los 160.000 de las obras en curso, o los casi 300.000 que supondría la ejecución del proyecto completo, cuya redacción también tuvo que asumir la parte pública.

Las obras se llevan a cabo por indicación de los técnicos municipales que en varias inspecciones comprobaron el estado de pudrición de las vigas de madera que sirven de sujeción a la esquina de la fachada principal. Tienen por ello la consideración de obras de emergencia, «teniendo en cuenta el riesgo inmediato de derrumbes». La propiedad presentó recurso contra la ejecución de estas obras, pero el Ayuntamiento lo desestimó.

Poco antes, entre marzo y abril de este mismo año, un juzgado de Valladolid sacaba a subasta este inmueble y otros embargados por una deuda que supera los 17 millones. La Casa Buitrago se tasó en 1.074.094,93 euros, pero nadie pujó por ella. «Igual de ahí pudiera surgir una oportunidad de que la Administración pública se hiciera con el edificio», sugiere Montarelo, por considerar que «puede terminar compensando, teniendo en cuenta todo el dinero que ya se está dedicando ahora».

SAN MEDEL. En cuanto a la iglesia de San Medel, como recoge la ficha publicada por Hispania Nostra, actualmente se encuentra «en estado total de abandono y expoliación». «La espadaña amenaza con caerse», «las paredes están perdiendo piedras de la mampostería» y «hay enormes grietas entre las uniones de los muros». 

Ya en 1945 fue desmantelada y buena parte de sus elementos trasladados a la iglesia de la Veracruz, el Alcázar y sobre todo la Cárcel Real (ahora biblioteca), donde también acabó su portada. «En la actualidad quedan los cimientos del ábside con sillerías» y «pueden verse los restos de la estructura que sujetaba los pórticos». «El suelo es de tierra y en su recinto se amontonan las piedras extraídas en las labores del campo, que protegen de un mayor deterioro al edificio», aunque ya es evidente el «estado de abandono» que ha motivado su inclusión en la Lista Roja pese a no tener ningún grado de protección legal. «Si no se actúa para consolidar» sus restos, «es probable que en pocos años sufra un deterioro irreversible», igual que los otros 22 bienes segovianos que figuran actualmente en la Lista Roja.

Desde 2007 se encuentran ya la iglesia de San Millán (s. X) y el castillo de Fernández González (s. X), ambos de Sepúlveda;  así como la iglesia del monasterio de San Martín del Casuar, localizada en Montejo de la Vega de la Serrezuela (siglo XII y antes). En 2008 se sumaron el convento de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz de Sebúlcor (s. XII), los palacios del Marqués de Revilla de Navares de las Cuevas (s. XVII) y de los Marqueses de Aguilafuente (s. XVI); las ermitas medievales de Bernuy, la ermita de San Isidro de Domingo García (s. XII-XVII) y la de San Benito de Adrados (s. XIII). 

En 2009 entraron en la Lista Roja la ermita de San Lorenzo de El Olmillo (datada en el siglo XIII), el convento de la Santísima Trinidad de Cuéllar (s. XVI-XVIII) y el palacio de los Contreras de Laguna de Contreras (s. XII, con reformas en el XVII). Cinco años después, en 2014, el palacio de Valsaín (s. XVI); en 2018, el castillo de Fuentidueña (s. XII-XIII) y el hospital de la Magdalena de Fuentidueña (s. XVII); en 2019, la ermita de San Vicente de Hinojosas del Cerro (s. XII) y la iglesia de San Juan Bautista de Fuentes de Cuéllar (s. XIII); en 2020, el palacio del Esquileo o del Marqués de Perales de El Espinar (s. XVIII) y la ermita de San Julián de Castrillo de Sepúlveda (s. XI); el pasado mes de mayo, la ermita de la Virgen de Pinillos de Armuña (s. XVI); y con fecha del pasado 15 de junio, la iglesia de San Medel y la Casa Buitrago, dos nuevas incorporaciones de una lista que, además, amenaza con seguir creciendo a corto plazo.