La jornada ha arrancado con el recorrido por las casas de los mayordomos y la degustación de un refresco. Después, todos se han dirigido a la iglesia de Santo Tomás de Canterbury. Allí descansaba desde ayer la Virgen de Matute después de su traslado desde las ermita.
La patrona ha sido la protagonista de una procesión en la que no han faltado la música y los bailes. Ambiente de fiesta en un municipio que en verano supera el millar de vecinos y que continúa fiel a sus tradiciones.