Más de 3.000 segovianos faltan a sus puestos de trabajo cada día

David Aso
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Las bajas laborales repuntan a cifras anteriores a la crisis · La tasa de absentismo se acerca al 5% en Segovia, en la media nacional · Montoro quiere publicar las cifras de absentismo de los funcionarios

Más de 3.000 empleados faltan a sus puestos de trabajo de media cada día en Segovia, en torno al 5% del total, según la tasa que estima la compañía de gestión de recursos humanos Adecco a partir de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Absentismo entendido en el sentido más amplio del término, que es el que suelen recoger las estadísticas: cualquier tipo de ausencia en el puesto de trabajo, justificada o no, sin contar las debidas a vacaciones, festivos u horas perdidas por expedientes de regulación temporal de empleo. Ahí se incluye hasta la maternidad, pero Adecco señala que el «factor determinante» son las bajas por incapacidad temporal derivada de contingencias comunes, que bajaron en los primeros años de crisis y no han dejado de subir desde el cuarto trimestre de 2013, coincidiendo con «los primeros síntomas de mejora de la economía».Cuando uno escucha la palabra absentismo, el primer significado que le suele venir a la cabeza es el de la ausencia fraudulenta, que es mucho más difícil de medir por motivos obvios, aunque Adecco y Randstad llegan a apuntar que representa entre un 25 y un 35% de las bajas por incapacidad temporal, que a su vez suponen en torno al 70% del absentismo que recoge la estadística. Si se extrapolan semejantes porcentajes a esta provincia, equivaldrían a que entre 600 y 800 de esos más de 3.000 empleados que faltan a sus puestos de media por jornada lo hacen por causas que las citadas compañías de gestión de recursos humanos cuestionan; básicamente, por considerarlas debidas a patologías leves ante las que, en caso de duda, el empleado decide no trabajar, por ejemplo. ¿Pero cuál es la apreciación subjetiva de cada empleado? ¿Hay mucho absentismo fraudulento? ¿Realmente uno de cada cuatro o cinco compañeros que falta lo hace por 'exceso de inteligencia' más que por defecto de salud? Los sindicatos, como representantes de los trabajadores, a diferencia de lo que apuntan Randstad o Adecco, no creen que así sea.Volviendo al concepto general de absentismo, el que tiene en cuenta cualquier ausencia que no se deba a vacaciones, festivos u horas perdidas por regulación temporal de empleo, Segovia, con una tasa del 5%, se situaría «al nivel de la nacional y ligeramente por debajo de la autonómica», tal y como precisa a El Día el director jurídico del Grupo Adecco, Javier Blasco. «Existe una geografía del absentismo que rompe moldes porque siempre hemos pensado que las mayores tasas se dan en Andalucía o Extremadura y luego no es verdad, están en Navarra y la cornisa cantábrica», añade. Una circunstancia que asocia al peso de la industria en esos territorios, al tratarse de un sector con convenios potentes y, en consecuencia, con complementos beneficiosos para los trabajadores en cuanto a la cobertura social de las bajas por contingencias comunes, la variable principal de la tasa de absentismo. Y también por el peso de la negociación colectiva en general en estos mismos territorios.«Cuando en un convenio se recoge que un trabajador cobre desde el primer día de baja el 100% aunque se deba a una gripe o a que se ha torcido un tobillo jugando un partido un domingo... En esos casos no debería dar igual trabajar que no hacerlo, y si no existen incentivos para trabajar, los responsables irán a sus puestos y los que no lo son, pues no», resume el director jurídico de Adecco. El informe sobre 2017 que esta compañía hará público en próximos días revelará además un nuevo aumento de la tasa nacional por cuarto año consecutivo, y aunque en sus estudios no pone cifra de forma expresa al absentismo fraudulento, Blasco no tiene reparos en hablar de éste: «En España sigue siendo políticamente incorrecto decir que hay fraude pero no nos engañemos, lo hay y mucho», sostiene. De hecho, cuando Adecco destaca en sus estudios el crecimiento constante de la tasa de absentismo a partir del cuarto trimestre de 2013, incluso a un ritmo «más pronunciado incluso que la recuperación de la economía», ya está sugiriendo entre líneas la influencia de la pérdida del miedo a perder el trabajo como supuesto desencadenante del aumento del fraude. Claro que también los sindicatos denunciaban el efecto contrario durante los años de crisis, al reseñar que ese miedo no es que llevara a los empleados a no defraudar a sus empresas, sino a cogerse menos bajas de las que su salud o situación familiar les demandaban.