Reto frente al lipedema

Agencias
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De la faja antiestética al 'legging glam' compresivo, lograr una ropa cómoda y bonita se ha convertido en todo un desafío para que las pacientes no tiren la toalla en sus tratamientos

Dejar atrás las antiguas y antiestéticas fajas usadas en el tratamiento de determinadas patologías -como el lifedema o el lipedema- para llegar a un legging glam utilizable como prenda exterior, más confortable y económica, es el objetivo de la investigación desarrollada por el Instituto Tecnológico del Textil de la Comunitat Valenciana (Aitex)

En concreto, el proyecto TPTEX 2.0 pretende crear prendas compresivas de tallaje estandarizado, de uso exterior, que pueden llevarse como ropa de calle, lo que reduciría la elevada tasa de abandono de estos tratamientos precisamente por su incomodidad y su naturaleza antiestética.

El proyecto de este centro, integrado en la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (Redit), busca mejorar el uso de las prendas médicas utilizadas para el tratamiento de patologías como el lipedema -retención de grasas-, una enfermedad que afecta mayoritariamente a mujeres y que provoca el engrosamiento de las extremidades inferiores, patología para las que se recetan habitualmente prendas compresivas que permiten reducir el dolor, limitar la progresión de los síntomas y evitar el desarrollo de complicaciones.

Como explica la responsable del proyecto TPTEX 2.0, María José Gisbert, las prendas compresivas clásicas «se ponen debajo la ropa, en el caso de las piernas, bajo el pantalón o la falda, y suelen ser de tonos beige o caramelo para que las pacientes puedan disimular que las llevan puestas». Se trata normalmente de prendas «feas», cuyo grosor y compresión «da mucho calor en verano» y puede «generar molestias por el roce y el uso continuado», ya que las pacientes deben llevarlas durante períodos de incluso más de ocho horas al día.

Además, son artículos médicos que se hacen a medida, lo cual «encarece el producto», explica Gisbert, quien detalla que «la Seguridad Social solo cubre una prenda al año y, como son prendas caras, las pacientes no suelen comprarlas por su cuenta. El hecho de que tengan solo una y tengan que llevarla puesta durante casi todo el día deja muy poco tiempo para lavarla, porque no hay recambio posible por otra igual. Eso hace que, en general, las usuarias utilicen como recambio otras prendas similares que la Seguridad Social ya le haya suministrado en años anteriores pero, como advierte la responsable del proyecto, «la ropa compresiva antigua ya ha perdido propiedades con el uso», lo que merma su capacidad terapéutica.

En Aitex, han conseguido un amplio rango de tallas y logrado que el estilo y la imagen de las prendas haya sido «muy importante, especialmente si tenemos en cuenta que el rango de edad de las pacientes empieza en la adolescencia», explica María José Gisbert, y por eso la principal innovación de TPTEX 2.0 es que sus mallas diseñadas son de uso exterior y parecen una prenda de uso normal.