"Muchos clientes me han escrito que ojalá nos veamos pronto"

Nacho Sáez
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Juan Manuel Gómez, camarero, reflexiona sobre el presente y futuro de su actividad, dentro de la serie de 20 entrevistas realizadas por El Día a otros tantos profesionales segovianos.

"Muchos clientes me han escrito que ojalá nos veamos pronto"

Para quien se ha criado detrás de una barra y ha hecho del oficio de camarero su modo de vida, el escenario futuro que se plantea para su sector se clava como un puñal en el corazón. Juan Manuel Gómez creció en el Flor, uno de los bares emblemáticos de San Millán, y desde hace 22 años trabaja en el Atrio, en este mismo barrio, tras haber pasado por otros establecimientos con historia y con solera como la discoteca Ladreda o el Sueños. Ahora observa con incertidumbre la situación creada por el coronavirus, pero sin perder el tono de voz amable, cercano y alegre dentro de la corrección que ha caracterizado su desempeño a lo largo de toda su trayectoria.

«Mi jefe, Miguel, nos ha dicho a los trabajadores que no nos preocupemos porque no cree que vaya a haber problemas para que se mantengan los puestos de trabajo», cuenta desde su casa, donde aprovecha estos días para hacer un curso online de barman. Lo más estresante son, sin embargo, las noticias que llegan desde los medios de comunicación, donde se asigna a la hostelería el rol de uno de los principales sectores perjudicados por la lenta desescalada que se prevé. «Hay mucha incertidumbre. No sabemos fechas, ni cómo van a ser las cosas cuando volvamos al trabajo», se lamenta este camarero segoviano.

Aunque ya se comienza a hablar de que la desescalada tampoco será homogénea entre comercios, bares, restaurantes y lugares de ocio, hay muchas incógnitas y escasas certezas. Casi la única previsión es que tendrán que aplicar las medidas de protección que han puesto en práctica durante estas semanas en los supermercados y en el resto de establecimientos esenciales: higiene, mámparas y limitaciones en los aforos.

¿Pero entrarán los ciudadanos en los bares cuando estos empiecen a abrir a pesar de que no se haya encontrado una vacuna y el riesgo de contagio siga existiendo? «A mí me han escrito muchos clientes para preguntarme cómo nos encontramos mi familia y yo y que esperan que nos veamos pronto. Eso quiere decir que piensan seguir viniendo», destaca este también directivo de la Asociación de Castilla y León de Barman. Las mayores repercusiones, cree, se van a reflejar en los establecimientos enfocados a los visitantes («Aunque quizás aumente el turismo nacional») y en las salas de fiesta, que quizás no sean rentables con las restricciones de aforo.

Desde el sector, Juan Manuel promete máximo compromiso con la higiene, pero pide test «para quienes trabajamos de cara al público» y reconoce que las pérdidas van a resultar inevitables. «Ojalá que todos podamos abrir, pero calculo que el veinte por ciento no lo van a poder hacer o van a cerrar, lo cual sería un palo muy grande».