A contrarreloj. Así tiene que preparar la Gimnástica Segoviana el partido que le enfrenta este domingo contra el Bupolsa (17:00 horas, Estadio Municipal de La Albuera). Saltará al césped con solo dos entrenamientos en sus piernas tras haber vivido la semana más convulsa de la temporada. Los tres positivos detectados en su plantilla entre el jueves y el sábado pasados obligaron a los de Manu González a suspender toda su actividad, incluidos los choques que deberían haber disputado el domingo y el miércoles contra la Cebrereña y el Mirandés B, respectivamente. Por precaución no volvieron a encontrarse hasta este jueves. Ese día todos volvieron a someterse a test de antígenos con la incertidumbre por si afloraban nuevos positivos. No fue así. Todos arrojaron resultado negativo y, acto seguido, el equipo se vistió de corto para volver a entrenar. Excepto los tres positivos, que se encuentran asintomáticos pero que aún deben guardar cuarentena, y otros dos jugadores a los que se les ha considerado contacto estrecho de los contagiados y que también están confinados.
Manu González dispone de 15 futbolistas, aunque uno de ellos, Nogueira, se encuentra en la recta final de su recuperación de la lesión que sufrió. «Tiraremos del juvenil si hace falta», señaló en declaraciones a esta redacción el técnico madrileño, tranquilo a pesar del severo contratiempo sufrido por los suyos. La de este jueves y la prevista para este sábado serán las dos únicas sesiones que complete antes de recibir al Bupolsa, su primer partido además desde el 20 de diciembre. «No tengo ninguna duda del equipo, pero hay incertidumbre. Cuando estás un mes sin competir se nota. Aparte dimos más vacaciones que el resto de equipos porque creímos que los jugadores se lo merecían», explica González, que ordenó un trabajo específico para paliar la falta de entrenamientos durante esta semana.
En medio de este extraño contexto, la Segoviana defiende este domingo su impecable trayectoria en la liga. Líder invicto con diez victorias en otros tantos partidos, no ha querido ni oír hablar de un posible aplazamiento del duelo ante el Bupolsa pese a su escasez de efectivos. «El sentimiento que hay en la plantilla es de querer competir. Cuanto antes pudiéramos competir, mejor. Si no, se nos acumularían muchos partidos pendientes», argumenta el técnico madrileño.
El derbi contra La Granja en La Albuera ya está fijado para el 10 de febrero, mientras que el compromiso frente a la Cebrereña –también en casa– ha solicitado que se celebre el día 3 de ese mismo mes. Faltaría encajar el partido contra el Mirandés B –este a domicilio– para terminar de recomponer un calendario que no le ofrecerá respiro hasta finales de marzo. «A todo esto se suma que ahora las condiciones del terreno de juego no ayudan», subraya el preparador gimnástico, feliz en cualquier caso de que a su equipo solo le haya hecho tropezar la Covid-19.