Con el seleccionador nacional, Jordi Ribera, en la grada y el ambiente de las grandes citas, el equipo navero se ha regalado una victoria en su estreno en la máxima categoría del balonmano español. Y lo ha hecho en un derbi regional en el que ha mostrado las señas de identidad de siempre: pasión, fe y juego.

Los primeros compases han sido un intercambio de golpes, pero el Atlético Valladolid ha acabado imponiendo su dominio y se ha marchado al descanso con una ventaja de tres goles (13-16). Muy acertado en defensa y en ataque, se ha colado de lleno durante más de treinta minutos en la fiesta de un Nava que, no obstante, no perdía la cara al choque.

El paso por los vestuarios ha supuesto un cambio de guión. El equipo que entrena Daniel Gordo se ha sacudido definitivamente los nervios y ha dado la vuelta al resultado de la mano de una grada enfervorecida. Su carta de presentación en la Asobal ya está aquí: un triunfo para seguir alimentando la leyenda.