«La tauromaquia ha soportado la mayor censura en democracia"

Jorge Cancho - SPC
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El periodista donostiarra amante de los sanfermines Chapu Apaolaza, analista en 'La Brújula' de Onda Cero y desde 2017 portavoz de la Fundación del Toro de Lidia, plataforma cuyo objetivo es aunar a todos los estamentos taurinos defiende la fiesta

«La tauromaquia ha soportado la mayor censura en democracia - Foto: Eva Garrido

Con su ajetreada vida, se tiene que amar mucho a los toros para incorporarse como portavoz a la Fundación del Toro de Lidia...
La defensa del toro siempre tiene un precio para todo el mundo, la haga a la escala que sea. Para mí ha supuesto dar el paso a un terreno complejo en el que no todo el mundo está de acuerdo. Yo tengo la necesidad y el deber de hacerlo, pues el toro ha sido sagrado en mi vida, de ahí que no me echara atrás.

 

¿Cuál es la auténtica razón de ser de este colectivo?
Es una plataforma que defiende la fiesta de los toros de un ataque injusto y terrible. No queremos convencer a nadie para que le gusten los toros, sino que pedimos que respeten esta tradición para conseguir así vivir en una sociedad más rica por todo lo que representa la tauromaquia y, sobre todo, más diversa. En definitiva, que nos respeten y que exista libertad. 

 

La defensa ante los ataques de odio que se dieron en diferentes redes sociales tras las muertes de Víctor Barrio e Iván Fandiño marcaron una línea de inflexión dentro de la Fundación.
Es terrible llegar a ver lo que vimos a través de estos dos maestros y se reaccionó. La Fundación lleva el espíritu de ambos porque con el precio que pagaron demostraron todo lo que estaba sucediendo. A partir de ahí se ganaron muchísimas batallas, lo que viene a confirmar aquello de que no todo vale. Y es que creemos que sobre la gente del toro se ha llevado a cabo el mayor ejercicio de censura que ha vivido España en toda la democracia. Vamos, que esto no se trata solo de toros sí o toros no, sino de la supervivencia frente al holocausto cultural contra la tauromaquia que algunos propugnan.

 

¿Tener a Victorino Martín de presidente da una mayor seguridad?  
Victorino es un ejemplo, por él, por su familia y por todo lo que representa. Reúne todo: voluntad, fuerza, inteligencia y liderazgo. Representa a una casa ganadera insigne y tiene la autoridad moral del toro, de ahí que sea un honor tenerlo y también una inspiración.

 

¿Cómo es exactamente el funcionamiento interno en la Fundación del Toro de Lidia? 
En esta plataforma están representados todos los sectores de la tauromaquia como patronos, que son las personas que confirman las decisiones tomadas por el equipo de gobierno. Por su parte, la Fundación se financia en dos grandes bolsas económicas: una es la donación de los profesionales de parte de sus beneficios y la otra, a través de los mecenas, que van desde empresas benefactoras a los denominados amigos. Estos, si son menores de 26 años pueden poner a partir de 20 euros al año y los mayores de esa edad, a partir de 50 euros, que con las exenciones fiscales (75%) se queda en unos 12 euros, es decir un euro al mes.

 

El colectivo siempre ha huido del enfrentamiento, pues la mejor defensa es dar a conocer la fiesta.
Así es, de ahí que una de las iniciativas que tenemos es llevar a la gente a los toros, a las ganaderías. Se les ponen los ojos como platos, lo más parecido a cuando uno ve el mar por primera vez. Está claro que no buscamos el enfrentamiento, porque no pensamos que alguien al que no le gusten los toros sea peor que nosotros. Es sencillamente una elección más en libertad, en la que el gusto tiene que estar ausente. Y es que nadie se plantea que este elemento, el gusto, condicione otras libertades como pueden ser la religiosa, política, la de conciencia o la libertad sexual.
 

Enganchar a los jóvenes, fundamental, de ahí que se esté entrando en el mundo universitario. ¿Cómo está siendo la acogida?
Extraordinaria. Lo hemos denominado las Redes de Asociaciones Culturales Taurinas Universitarias (Ractu) y es un volver al terreno del conocimiento, donde siempre estuvimos y se dejó de estar por esa censura a la que nos sometieron. Se está dando un fenómeno muy grato para la Fundación al ver como algunos jóvenes que salen de los chiqueros de la vergüenza taurina se encuentran con otros muchos que se encontraban en su misma situación de censura y silencio. Es decir, se está dando una rebelión cultural, una revolución en torno al toro, un mayo del 68 taurino que estamos viviendo y que está siendo bellísimo.

 

La tauromaquia no entiende de ideologías, pero aún hay gente empeñada en lo contrario.
Es absurdo. Si actúan así es por intereses, porque quieren crear un mundo de plantilla donde el aficionado a los toros ha de ser viejo, facha, etc. Los toros interesan más o menos a  la mitad de la sociedad española, y dentro de esa mitad hay gente de todas las ideologías. Por ello, aprovecho para hacer mía una frase de un joven socialista guipuzcoano doloresaguirrista acérrimo: los toros no es que no sean de izquierdas o derechas, sino que son de izquierdas y son de derechas también.