El timo de la estampita versión 2.0

Nacho Sáez
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'Hackers' que suplantan la identidad de grandes marcas para robar nuestros datos personales, ciudadanos a los que piratean su 'mail' para pedir dinero en su nombre... Los ciberdelitos ya son los que más denuncias generan en la Comisaría de Segovia.

El delegado provincial de Ciclismo, Antonio Barrio, no para quieto. Cuando no se encuentra preparando la organización de la Vuelta a Segovia, está liado con la Marcha Cicloturista Pedro Delgado o gestionando los permisos para alguna de las carreras para escuelas que celebran. Está jubilado en su trabajo, pero tiene poco tiempo libre. Su vorágine de tareas se ha visto acentuada en los últimos meses, además, debido a que ha sido víctima de un delito a través de la red.

Conocidos comenzaron a preguntar a Barrio este pasado verano si tenía algún problema debido a que habían recibido un correo electrónico desde su cuenta cuyo contenido era un mensaje de ayuda: «Hola, tengo un gran problema ahora, necesito sinceramente tu ayuda. Si me puedes apoyar en esto te lo devolveré lo más pronto posible. No me puedes llamar ya que perdí mi teléfono móvil. Escríbame a este correo así nos comunicaremos. Un saludo, Antonio Barrio, Delegación Segoviana de Ciclismo». Le habían ‘hackeado’ el correo electrónico. Alertado puso una denuncia en la Comisaría y avisó a través del ‘whatsapp’ a todos los que creía que les podía haber llegado el mail de la trampa. El objetivo de los piratas era engañar a los contactos de Barrio y hacerse con la cantidad económica que estos entregaran pensando que estaban ayudando al delegado provincial de Ciclismo.

Por una situación idéntica pasó también este verano la secretaria del Ayuntamiento de Chañe, que vio cómo, además de que se utilizaba su nombre para una estafa, multitud de expedientes municipales que tenía almacenados en el correo electrónico, con nombres de proveedores y empresas prestadoras de servicios al Consistorio, habían pasado a estar en manos de delincuentes que se desconocía que uso podían hacer.

Ni en el caso del delegado de ciclismo ni en el de la secretaria de Chañe existe constancia de que la estafa se haya llegado a materializar, pero ambos confirman la presencia de una amenaza latente de la que ya advertía el comisario jefe provincial de Segovia, Manuel Antonio de la Fuente, durante la celebración de la última fiesta de la Policía Nacional. «Una tipología delincuencial que crece de manera exponencial pero que es poco visible para la ciudadanía es la ciberdelincuencia. Hasta el punto de que en la Comisaría Provincial de Segovia son los delitos por los que más denuncias se tramitan a lo largo del año», señalaba en su discurso ante el resto de autoridades.

Los datos también le dan la razón. Según el Portal Estadístico de Criminalidad que gestiona el Ministerio del Interior, la ciberdelincuencia ha aumentado en Segovia un 125 por ciento en los últimos cinco años. Un hecho de este tipo fue conocido al día durante el pasado año 2017 por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, que se tienen que actualizar de forma constante para no perder el paso respecto a los malos. Los delitos cometidos a través de la red adquieren múltiples formas, aunque los más habituales son las estafas con tarjetas de débito o crédito.

Si recibe un correo electrónico de su entidad bancaria o de grandes marcas como Amazon demandándole datos personales desconfíe. Constituye una de las tácticas que utilizan los ciberdelincuentes para sus apropiaciones indebidas. Estos envían un correo electrónico a su víctima suplantando la identidad de su banco o de plataformas de compras ‘online’ muy populares, a través de una imitación de su logotipo y de otros elementos de su imagen corporativa, y exponen al cliente que se ha registrado un problema con su cuenta y que es necesario que pinche en un enlace que incluyen y que introduzca sus datos personales. Si lo hace está perdido ya que le pueden hacer un agujero en el bolsillo.

No sólo los ciberdelitos sino que también se han multiplicado las víctimas, entre ellas pequeñas, medianas y grandes empresas que han sufrido el denominado ‘fraude del CEO’. «Un empleado de alto rango o el contable de la empresa, con capacidad para hacer transferencias o acceso a datos de cuentas, recibe un correo, supuestamente de su jefe, ya sea su CEO, presidente o director de la empresa para una operación financiera confidencial y urgente. Si el empleado no se diera cuenta de que es un mensaje fraudulento –por ejemplo, corroborando que la dirección origen es correcta– podría responder a su supuesto jefe y picar en el engaño», señala el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) sobre una variedad de estafa que en ocasiones también se vale para su ejecución de los proveedores de las empresas mediante una investigación de sus datos disponibles en fuentes abiertas, principalmente las redes sociales. Dos empresas gallegas lo han sufrido recientemente y, en el caso de una de ellas, perdió 20.000 euros.

La lucha contra este tipo de delitos choca con las dificultades para llevar hasta el final las investigaciones. Según los datos del Ministerio del Interior, apenas un 25 por ciento de estos hechos consiguieron ser esclarecidos en 2017. Los escondites que ofrece la red a los delincuentes les permite operar en un país desde cualquier parte del mundo. Incluso la Guardia Civil ha alertado esta semana en el Parlamento de que existe un «riesgo crítico» de ciberterrorismo.

De momento los ciudadanos tienen en su mano protegerse de los enemigos conocidos, entre los que figuran también las páginas piratas que imitan la apariencia de plataformas de pago seguras como PayPal o los riesgos que entrañan las actuales tarjetas de crédito y débito dotadas de un chip que hace que no sea necesario introducir el número secreto en compras inferiores a veinte euros. Tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil cuentan con decálogos de consejos de seguridad que conviene seguir para prevenir estos ataques.