El Brexit vuelve a estancarse

SPC
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Conservadores y laboristas suspenden la negociación para llegar a un acuerdo que pueda ser aprobado en el Parlamento por la falta de consenso sobre forjar una unión aduanera con la UE

El Brexit vuelve a estancarse - Foto: POOL

Falta menos de una semana para que se cumpla el tiempo dado por la UE para que, o se aprueba el Tratado de Retirada, o el Reino Unido se verá abocado a un divorcio abrupto, fijado para el próximo viernes. Y, lejos de intensificarse los trabajos en Londres, la negociación entre el Gobierno conservador de Theresa May y el principal partido de la oposición, los laboristas de Jeremy Corbyn, se ha estancado.

El acuerdo del Brexit sigue, por tanto, sin avanzar y, según aseguró ayer el Ejecutivo, es por culpa de los progresistas, ya que desde Downing Street insistieron en que May afronta el diálogo sin líneas rojas y con «la mente abierta». Sin embargo, desde el otro bando aseguraron que la premier no está dispuesta a ofrecer «un compromiso», por lo que decidieron suspender, al menos de manera temporal, las reuniones que se venían sucediendo durante esta semana.

A pesar de todo, el ministro de Economía, Philip Hammond, se mostró optimista respecto a la posibilidad de llegar a un consenso con la oposición que facilite la ratificación en el Parlamento del acuerdo firmado el pasado noviembre con la UE. La portavoz laborista de Interior, Diane Abbott, enfrió sin embargo esas perspectivas al asegurar que el Gobierno no parece dispuesto a modificar la declaración política que acompaña al Tratado de Retirada.

La principal demanda del partido de Corbyn es incluir en ese documento, que delinea la futura relación bilateral entre Londres y Bruselas, planes para forjar una unión aduanera con el resto de países comunitarios tras el Brexit. Esa solución permitiría suavizar la necesidad de controles fronterizos en Irlanda del Norte, aunque limitaría al mismo tiempo la capacidad del Reino Unido para negociar acuerdos comerciales con terceros países.

El sector euroescéptico del Partido Conservador ve en una unión aduanera problemas similares a los que considera que provocaría la controvertida salvaguarda para evitar una frontera entre las dos Irlandas. Ambas posibilidades, argumentan, dejarían al Reino Unido integrado en las estructuras comunitarias y pondrían trabas a su autonomía comercial.

 

Pasaportes no europeos. Mientras las negociaciones con los laboristas se mantienen atascadas, a May se le acaba el tiempo para cerrar un plan B que justifique la nueva prórroga que ha solicitado a la UE y que deberá explicar al resto de líderes comunitarios en la cumbre extraordinaria del próximo miércoles.

Eso sí, sin tener aún nada concreto sobre si habrá o no salida o cuándo se podría producir, el Reino Unido ha comenzado ya a expedir pasaportes británicos sin las palabras Unión Europea en su portada. Lo hace desde el pasado 30 de marzo, cuando se esperaba que el país hubiera sellado el divorcio, según confirmó ayer el Ministerio del Interior. Los nuevos documentos tienen el mismo color y un diseño similar al de los antiguos, si bien han eliminado la referencia a la UE.

Una portavoz del Gobierno indicó que el nuevo diseño se va a mantener de aquí en adelante, aunque todavía quedan partidas de pasaportes antiguos que se continuarán utilizando hasta que se terminen las existencias. «No habrá diferencias para los ciudadanos, ya utilicen el pasaporte que incluye las palabras Unión Europea o el que no las lleva. Ambos diseños serán igualmente válidos para viajar», agregó.