«El GPS es ese amigo del que siempre te fías y te falla»

Sergio Arribas
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Natural del barrio de San Lorenzo, aunque lleva «media vida»en San Cristóbal, Jesús de Andrés lleva 32 años al volante de un taxi, profesión que no le impidió hacer carrera en la universidad, donde se licenció en Filología Hispánica.

Jesús de Andrés Trujillo, taxista y filólogo.

Del buen uso del lenguaje, del correcto empleo del castellano... de Cervantes, Shakespeare... Con Jesús de Andrés Trujillo una conversación en su taxi toma tintes de conferencia. Humilde y «majo», conoce las calles de Segovia como la palma de su mano.

Las preguntas tontas no tienen respuesta, me decían de pequeño. Espero que me pueda responder a todas.
Hasta los políticos llegan a decir que la respuesta no es la inadecuada, sino la pregunta.

Esperemos no derrapar. ¿Cuántos años al volante del taxi?
32 años con licencia propia. Antes estuve trabajando con mi padre, sobre todo los  veranos. Cuando quedó libre una licencia de un taxista que se jubiló, la cogí yo.

Pero usted es filólogo. Cambió el uso de la lengua por el uso del taxímetro…
El taxi siempre fue mi medio de vida. Empecé a estudiar cuando ya trabajaba en el gremio. Quería acercarme al ambiente universitario y fue muy motivador. Aquella etapa de la universidad es inolvidable. 

La Filología, en este caso Hispánica, estudia, entre otros aspectos, la evolución de la lengua castellana. ¿Hablamos mejor que escribimos? ¿O es al revés?
La norma escrita exige, la lengua hablada es espontánea y menos formal. La comunicación no es solo el habla, sino los gestos. Cada vez es más necesario escribir bien para evitar malentendidos que en la lengua hablada no aparecen.

Un consejo para hablar y escribir bien…
La lectura es básica. Creo que se lee bastante en ese país. Lo que ocurre es que leemos cosas más cortas.

«El lenguaje es el andamiaje del pensamiento», lo dijo Fernando Lázaro Carreter.
Totalmente de acuerdo. El lenguaje sirve para expresar la forma de ver el mundo. Y el aprender idiomas también te ayuda a comprender la forma de pensar de las personas que hablan ese idioma.

Me dice un pajarito que ahora anda perfeccionando el inglés. ¿Vocación o exigencias del trabajo, por los turistas, me refiero?
Lo mejor es estudiar un idioma cuando a uno le gusta y sobre todo a una edad que ya no te obliga nadie, como es mi caso. Y, claro, es útil para mi trabajo. Cada vez más extranjeros vienen a Segovia, como los estudiantes de IE University.

Y hablando de turistas… ¿cuáles son los principales usuarios?
Mucho británico, alemán, francés… Los asiáticos ya van con visita guiada y en autobús. El turismo americano, que suele ser de gente mayor, usa con frecuencia el taxi, sobre todo al salir del Alcázar.

Para ser taxista en Londres hay que superar el examen conocido como ‘The Knowledge’. Tienen que aprender 320 rutas en un radio de 6 millas, es decir, memorizar 25.000 calles y 20.000 puntos destacados de la ciudad. ¡Qué raros son los ingleses!
Sí, sí, lo sabía.. es un examen duro. Es como una oposición. La licencia no tiene asociado un pago, sino que es como sacar una plaza de funcionario. Tienen que ser los mejores. No veo que la fórmula pueda traspasarse a España.

La radio en el taxi. ¿Tiene peticiones del oyente, en este caso de sus clientes?
Lamentablemente la gente anda ocupada con sus cosas, con su teléfono… Lo que te piden es que bajes el volumen de la radio.. aunque realmente lo que te quieren decir es que la quites. Es una pena que, por culpa de los móviles, se haya perdido esa conversación entre taxista y cliente.

Las tres cualidades que debe tener un profesional del taxi…
Le diré una. Tiene que tener vocación de servicio público y ser consciente de que la labor del taxi es útil.

Imagino que la discreción es ‘norma de la casa’.
Así es. Ver, oir y callar. Las conversaciones en el taxi están protegidas por el secreto profesional. Tienes que estar a lo tuyo, a conducir… como estés pendiente de lo que habla o dice el cliente, te equivocas de calle. 

Y su mejor amigo ¿El GPS?
Es útil. Aunque en Segovia a veces falla. Es ese amigo del que te tienes que fiar y a veces te falla. Es mejor que te fies porque, de lo contrario, puedes dar muchas vueltas. 

El cliente más raro que pasó por su lugar de trabajo, es decir, por el taxi.. No hace falta nombres.
Un hombre que recogí en el Hospital General, en bata, medio desnudo. Al parecer, los de Urgencias llamaron al taxi porque el señor no quería estar allí. Iba desorientado y al final tuve que dejarle en la Comisaría de Policía.

Pongámonos serios, ¿alguna vez pasó miedo o situación de riesgo?
Sí. Una vez tuve que llevar a un cliente que estaba un poco febril, con prisa.. a una zona de Madrid. Luego se disculpó. Lo pasé mal. Antes te pedían ir a ciertos sitios de Madrid, como al Pozo del Tío Raimundo… Pero yo siempre les aclaraba que hasta allí no íbamos a llegar, que les iba a dejar antes.

Si le pregunto por Uber, Cabify… ¿Qué son? 
Multinacionales creadas por inversiones, con aplicaciones muy potentes, que se quieren hacer con todo el transporte. El taxi tiene que tomar nota y hacer una aplicación que sirva para todos los taxis de España. Que pedir un taxi sea tan fácil como pedir un Uber o un Cabify. Tenemos que competir con ellos. 

En el gremio hay ‘buen rollo’ o, como en todas las familias, ¿hace falta más unión?
En el gremio siempre ha habido clanes. Unos piensan de una manera, otros de otra, haría más falta más unión… aunque sí somos una piña en los momentos difíciles.

Robert de Niro protagonizó Taxi Driver (1976), de Martin Scorsese. ¿Qué película le gustaría protagonizar? Siendo taxista, se entiende…
El taxi da para muchas películas. El hombre trabajaba por la noche, con toda la gentuza que encuentra por ahí… pues al final se le va la pinza. 

Típica escena peliculera… Que alguien monte y le diga.. ¡Siga a ese coche! ¿Le pasó alguna vez?
Todo el tiempo, hay gente muy graciosa, no se pierde el humor en este país. Sí, imagine la escena de un grupo de despedida de soltero, que cogen tres taxis. «¡Siga a ese taxi! ¡No le pierda!». Uno se lo toma bien.

El jefe de la Policía Local, en esta misma sección, aseguró que en Segovia no se conducía mal. ¿Discrepamos o nos plegamos a su voz autorizada?
Lo comparto. Pasar aquí una rotonda no tiene nada que ver con hacerlo en Madrid, donde la maniobra puede llegar a ser estresante. La gente en Madrid se arriesga mucho para pasar una rotonda. Aquí se tiene más paciencia.

¿Qué señal de tráfico cambiaría y por qué?
La que prohíbe circular por algunas zonas, prohibiendo incluso la entrada de taxi para, por ejemplo, recoger a un cliente en un hotel. En Madrid el taxi entra en la calle Preciados.

¿Cómo calificaría las obras de desdoblamiento de la variante?
Bufff¡¡¡ Ahora mismo para llegar a San Cristóbal, donde vivo, desde la zona de Nueva Segovia hay que llegar hasta la rotonda de Torrecaballeros, a la carretera de Soria, y dar la vuelta. Un desastre. Están tardando la vida.

¿Es casualidad que viva en San Cristóbal, patrón de los transportistas?
Estoy encantado allí. Nos ha acogido a muchos segovianos, muchos de San Lorenzo… Estaría predestinado a vivir allí (se ríe).

El taxi vacío lleva la luz verde… Y también es el color de la esperanza. La suya es…
Que haya menos desigualdades. ¡Ojo con el cambio climático! Mi contribución ha sido tener tres coches híbridos. Para el eléctrico, aún es pronto, necesita infraestructura. Sería el paso siguiente para contribuir a frenar el cambio climático.

Es gran aficionado al pádel ¡Como Aznar! ¿Con quien no jugaría nunca un partido?
Aznar me ganaría, aunque también lo haría Jimena Velasco, campeona de España de pádel infantil. Tiene 14 años y es toda una celebridad en nuestro pueblo y con la que, por supuesto, me gustaría pelotear un poco.