Cándido ampliará el mesón y creará un auditorio en el hotel

D. A.
-

El mesón tendrá una segunda zona de bar y nuevos salones comedor con la anexión del edificio de al lado, y en el hotel se levantará una nueva edificación de 800 metros cuadrados, además del salón de actos, con 450 butacas, que será subterráneo

Plano de fachada del mesón y el edificio que anexionará, del que desaparecerán una puerta auxiliar del antiguo restaurante La Criolla y la entrada y escaparate de la antigua tienda de recuerdos El Aqüeducto. A cambio, habrá una tercera ventana en el - Foto: Usuario

Cándido prepara «el mesón del siglo XXI» con la anexión del edificio colindante, el del antiguo restaurante La Criolla (cerrado hace tres años), que casi le permitirá duplicar su superficie, y una ampliación del hotel por la que ganará 1.300 metros cuadrados. Con la primera intervención abrirá un segundo bar que tendrá entrada por Teodosio El Grande, así como nuevos salones comedor, al tiempo que mejorará de forma notable en equipamiento y accesibilidad; y la segunda incluye un salón de actos (congresos o convenciones, principalmente), tipo auditorio, con unas 450 butacas en planta subterránea, y una nueva edificación de 800 metros cuadrados con un salón de eventos más otra cocina.

Según avanza Cándido López a El Día, los dos proyectos están ya «prácticamente redactados», a falta de retoques, y el objetivo es presentarlos en Urbanismo «en cuanto sea posible». El de la ampliación del mesón está a la espera de la entrada en vigor del Peahis en próximas fechas y el del hotel, de una modificación puntual del PGOU que ya está en trámites (el Ayuntamiento la aprobó de manera inicial el 24 de octubre) para poder ejecutarlos a partir de 2020. Tocará esperar unos cuantos meses hasta obtener las licencias, mientras que los plazos de ejecución, aún estimativos, son de año y medio para el mesón y de un año para el hotel.

El proyecto del mesón viene de lejos, dado que la familia Cándido compró el edificio de La Criolla hace ya más de 15 años, aunque no ha sido hasta ahora, una vez aprobado el Peahis (Plan Especial de Áreas Históricas), cuando se ha previsto abordar su tramitación y puesta en marcha. «Pretendemos el mesón del siglo XXI porque se trata de adaptarlo a estos tiempos, a la modernidad», pero «respetando su espíritu, historia y cultura», matiza. «Estamos hablando de una empresa familiar con cuatro generaciones y en Cándido se debe seguir respirando el mismo ambiente del mesón castellano de siempre», subraya, aparte de que la propia normativa urbanística limita de forma notable cualquier intervención sobre la histórica casona que ocupa en la actualidad, protegida desde 1941.

Planos del salón de actos, para congresos, convenciones u otras citas. Tendrá unas 450 butacas y será subterráneo, a diferencia del salón de eventos, que sí irá en una edificación nueva.Planos del salón de actos, para congresos, convenciones u otras citas. Tendrá unas 450 butacas y será subterráneo, a diferencia del salón de eventos, que sí irá en una edificación nueva.

No obstante, el encanto de las instalaciones actuales, elevadas prácticamente a museo-restaurante, es tan evidente como las barreras arquitectónicas que presenta para personas con movilidad reducida o que lleven carritos de bebé, difícilmente superables en las condiciones actuales debido al grado normativo de protección estructural del histórico edificio, limitando por ello cualquier intervención sobre este. Pero la situación cambiará con la incorporación del bloque colindante, dado que «casi permitirá duplicar la superficie construida disponible» y facilitará redistribuir espacios, ampliar capacidad («de los 400 comensales actuales a unos 500») y, «lo más importante», ganar servicios tanto para el público (sobre todo por la mejora de accesibilidad) como para los propios trabajadores (por equipamiento y movilidad).

El arquitecto redactor de ambos proyectos, Alberto López, del estudio Arquialia, describe la intervención prevista en el Mesón como «muy ambiciosa» no sólo por la anexión del bloque aledaño, que incluye el bajo y las dos plantas, sino porque además se hará excavación para habilitar un sótano que hoy no existe, lo cual, por otro lado, también elevará la compleja ejecución del proyecto, con el preceptivo seguimiento arqueológico. «Ese espacio será para uso exclusivo de los trabajadores», ya que acogerá cámaras de refrigeración, zonas de almacenaje y vestuarios, principalmente, mientras que el público dispondrá de «la parte principal de la planta baja, primera y segunda» del edificio de La Criolla, «la que da al Acueducto». La mejora de accesibilidad para los clientes la propiciará sobre todo la instalación de un ascensor y la construcción de una nueva escalera, mientras los trabajadores contarán también con otra nueva para su uso exclusivo, evitando así buena parte del trasiego de camareros entre comensales; y un montacargas por donde podrán subir y bajar servicios. Asimismo, la cocina se ampliará a «más del doble» de su superficie actual, habrá nuevos aseos y se renovará toda la instalación eléctrica.

La mayoría de las obras se centrarán por tanto en el edificio que se anexiona, dado que el actual del mesón «no admite mucha intervención por su grado de protección estructural», confirma el arquitecto. «Habrá trabajos en el actual a nivel de ordenación de instalaciones, protección contra incendios o insonorización para que no haya reverberaciones, pero no mucho más», resume, aunque sí tocará intervenir también para unirlo al nuevo mediante «una conexión puntual» que autoriza el Peahis, pero «sin abrir grandes huecos», de forma que la obra sea reversible y las parcelas de uno y otro bloque se mantengan bien diferenciadas.

Imagen actual del Mesón de Cándido y el edificio que anexionará, el del antiguo restaurante La Criolla. Imagen actual del Mesón de Cándido y el edificio que anexionará, el del antiguo restaurante La Criolla. - Foto: Rosa Blanco

En cuanto a la imagen exterior del edificio que se anexiona, un vistazo al plano de fachada del proyecto ya permite comprobar el tapiado de la entrada y escaparate de la vieja tienda de souvenirs y de una entrada auxiliar de La Criolla, tres elementos sustituidos por un tercer ventanal del tamaño de los dos que ya hay, mientras la entrada principal se mantiene a la misma altura.

Doble obra en el hotel. La intención de ampliar el hotel también viene de lejos. Empezó a tantearse hace más de 12 años, pero fue al inicio de éste cuando tuvo lugar la firma un convenio por el que el Ayuntamiento reconoció un aumento de edificabilidad de 1.300 metros cuadrados a la parcela del complejo, mientras la propiedad aceptaba la cesión de casi 400 como espacio público para trece plazas de aparcamiento y jardines junto a la calle Comunidad y Tierra de Segovia. «El Hotel Cándido está muy orientado a empresas y para nosotros es muy importante contar con ese salón de congresos que también estará a disposición de la ciudad para cualquier acto», destaca Cándido López. «Tenemos 180 habitaciones, piscina, spa, gimnasio… contamos con servicios de un nivel extraordinario, pero la guinda será esta».

Entrando más al detalle, el arquitecto Alberto López explica que el proyecto del hotel contempla básicamente dos intervenciones: por un lado el salón de congresos, convenciones o reuniones de empresa; y por otro, el de eventos. 

Imagen de la parte de atrás del Hotel Cándido. A la izquierda se puede ver una carpa blanca que suele usarse para bodas y que será sustituida por la nueva edificación que acogerá el salón de eventos.Imagen de la parte de atrás del Hotel Cándido. A la izquierda se puede ver una carpa blanca que suele usarse para bodas y que será sustituida por la nueva edificación que acogerá el salón de eventos. - Foto: Rosa Blanco

El salón de congresos tendrá unos 500 metros cuadrados y capacidad para unas 450 butacas, pero será «polifuncional» y, por tanto, divisible para encuentros más pequeños. «Estará bajo rasante», de modo que no supondrá ningún impacto estético exterior. De hecho, sobre esta instalación, ya en superficie, se prevé además una terraza.

Mucho más llamará la atención el futuro salón de eventos. Desaparecerá la carpa de bodas actual que ocupa la trasera del complejo, de lona blanca, y «más o menos» en el mismo lugar se levantará una nueva edificación ya de carácter permanente. «Muy abierta con cristales, pero absolutamente insonorizada cuando esté cerrada», prosigue el arquitecto. Quedará adosada al complejo actual, lo que también permitirá aprovechar más que ahora el jardín, que también será rediseñado.

Plazos. Los cauces y tiempos administrativos de los proyectos del mesón y del hotel podrán coincidir o no, pero son distintos. El primero depende del Plan Especial de Áreas Históricas (Peahis), que se aprobó definitivamente en el Ayuntamiento el pasado 6 de septiembre y entrará en vigor en breve con su próxima publicación en boletín oficial. «Esperamos presentar el proyecto a Urbanismo en cuanto esté ese trámite», señala Cándido, y tocará aguardar entonces el visto bueno del nuevo comité creado por el Ayuntamiento y la Junta para la gestión de licencias en áreas reguladas por el Peahis, lo que puede conllevar varios meses. Una vez obtenida la licencia, con el plazo de ejecución estimado en año y medio, el «Mesón del siglo XXI» que señala Cándido estaría listo hacia mediados de 2021, en el mejor de los casos. 

El hotel, por su parte, no está afectado por el Peahis, pero sí pendiente de una modificación puntual del PGOU vigente para corregir defectos en materia de usos hoteleros, un trámite al que ya se comprometió el Ayuntamiento con la firma del convenio por el que reconoció el aumento de edificabilidad de la parcela. La aprobación inicial de esa modificación tuvo lugar en el pleno del pasado 24 de octubre y ahora falta la aprobación definitiva, que va bien encaminada, pero puede conllevar varios meses por el requerimiento de informes sectoriales y a la espera de que se pronuncie la Comisión Territorial de Urbanismo. Será entonces cuando se pueda presentar el proyecto para solicitar la licencia y, una vez obtenida, el plazo de ejecución se estima en un año. «No será fácil, pero lo ideal sería que pudiéramos ofrecer las nuevas instalaciones a los clientes a partir de los primeros meses de 2021», afirma Cándido López. Así que el tiempo dirá pero, de momento, tanto este proyecto como el del mesón ya están enfilados para empezar a materializarse en 2020.