Segovia, sin pistolas en casa

D. A.
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En la provincia ya no queda nadie con licencia de pistolas para autodefensa. Vox quiere que cualquiera sin problemas mentales ni antecedentes pueda acceder a ellas, pero en cinco años sólo hubo tres peticiones de segovianos denegadas

Segovia, sin pistolas en casa

Vox ha provocado en las últimas semanas un debate más que recurrente en Estados Unidos, pero insólito en España: la tenencia de pistolas o revólveres para autodefensa. «Hace falta un cambio radical urgente en la ley, no solo para que los españoles sin antecedentes y en pleno uso de sus facultades mentales puedan disponer de un arma en su casa, sino para que puedan usarla en situaciones de amenaza real para su vida sin tener que enfrentarse a un infierno judicial, a penas de cárcel o incluso a indemnizaciones a los familiares de los delincuentes que les asaltaron», defendía su líder, Santiago Abascal, en una entrevista publicada el pasado 19 de marzo por la web Armas.es.

Con su apuesta por flexibilizar la ley para facilitar la concesión de licencias de tipo B (las relativas a pistolas y revólveres para uso particular), Vox ha arrastrado a los demás partidos a dar su opinión al respecto. Ha conseguido distinguirse del resto (para bien o para mal) al mostrarse como el único que defiende esa postura; y de paso, ha puesto sobre la mesa un asunto con múltiples derivadas que le van a seguir dando juego político y electoral, empezando por la seguridad ciudadana en España. Una cuestión que, por cierto, va en la línea marcada por Salvini y Bolsonaro en Italia y Brasil, ahondando así en los paralelismos que se vienen atribuyendo a estos líderes y sus partidos, considerados mayoritariamente de ultraderecha. 

¿Pero es la tenencia de pistolas o revólveres en casa, aparte de la revisión del concepto de la legítima defensa, la solución a un problema que no existe en España más que de manera puntual, siendo este uno de los países con menos delincuencia del mundo, según la estadística oficial?, ¿o acaso lo que plantea Vox supone anticiparse al problema?, ¿inventa o previene?, ¿resolvería esto algo o serían mayores los daños colaterales? La disparidad de opiniones deja abierta la respuesta pero, mientras tanto, el partido de Abascal sigue sin dejar indiferente a nadie y captando titulares sin necesidad de exponer a su líder a entrevistas en medios de comunicación convencionales.

Por otro lado, aunque haya sido Vox el generador del debate, coincide que un senador del partido nacionalista valenciano Compromís, Carles Mulet, cursó una pregunta parlamentaria a finales de 2018 sobre las licencias de armas tipo B; y la respuesta del Gobierno, emitida el pasado 28 de febrero, aporta cifras que ayudan a hacerse una idea de la situación de la tenencia de pistolas o revólveres en España.

En todo el territorio nacional se contabilizaban 8.459 licencias de armas de tipo B con datos actualizados a 20 de diciembre de 2018, y Segovia, según el cuadro estadístico que incluye la respuesta parlamentaria, nunca ha tenido más de dos al menos desde 2013. En 2017, el último dato que se analiza detallado por provincias en esa documentación, Segovia tenía el mismo número que Teruel o Soria, dos. Las siguientes eran Las Palmas con ocho, Huesca con nueve, Cuenca con diez… Llama la atención que en Valladolid ‘sólo’ hubiera 23 licencias de tipo B vigentes ese año, la mitad que en Ávila (46) y ocho veces menos que en León (188). Y destaca sobre todo el caso de Madrid que, con 2.426, copa casi un tercio del total de licencias tipo B de España, muy por delante de Barcelona (358), que curiosamente tiene menos que Murcia (437), la segunda provincia más armada de España con revólveres y pistolas. Entre los titulares de estas licencias, fuentes del sector apuntan que suele haber joyeros, armeros, jueces, políticos, militares en la reserva, policías y guardias civiles jubilados.

Pero hoy en Segovia ya no queda una sola licencia vigente de tipo B, según confirman a El Día fuentes oficiales de la Guardia Civil. Ni la hubo ya en 2018 ni la hay ahora.Cero.

ley «restrictiva». Las licencias las concede la Dirección General de la Guardia Civil, que a su vez requiere informe vinculante de la Subdelegación del Gobierno, y tienen una vigencia de tres años. Según se recoge en el texto normativo, «el interesado hará constar en la solicitud los motivos que, a su juicio, justifican la posesión de un arma corta, y acompañará los documentos que considere oportunos». Se añade que «la razón de defensa de personas o bienes, por sí sola, no justifica la concesión de la licencia B», y su expedición «tendrá carácter restrictivo», así que «se limitará a los supuestos de especial riesgo». 

Por eso apuesta Vox por flexibilizar la ley, aunque, por otro lado, las cifras aportadas por el Gobierno en su respuesta al senador Mulet también revelan que son muy pocas las solicitudes que se deniegan: en España no llegaron a las 300 por año entre 2013 y en 2017; y en Segovia, una en 2013, una en 2014, una en 2015 y ninguna desde 2016. Otra cuestión es si la demanda se contiene de antemano a sabiendas de las dificultades para conseguir licencia de pistola o revólver, o que creciera si cambia la ley.

Entretanto, la única arma de autodefensa legal en España para su uso por cualquier adulto es el spray de pimienta, también llamado de defensa personal o antiviolador. Son asequibles, ya que según la marca y el tamaño oscilan de 10 a 18 euros, y las dos armerías de Segovia coinciden en apuntar que sus ventas van en aumento. «Esto funciona un poco por psicosis. Un mes normal igual vendes cuatro o cinco, pero luego tienes picos de 15», señala Luis San Miguel, de la armería San Miguel. «Si se produce alguna noticia de alguna violación, desaparición o sucesos de ese tipo, la gente se inquieta y las ventas suben, y también viene gente que ha sufrido agresiones en primera persona o en su entorno». 

Entre los clientes que compran spray de pimienta es habitual encontrarse con madres o padres que lo compran para sus hijas, «pero también porteros de discoteca, prosigue SanMiguel; «y senderistas, por si se encuentran con perros asilvestrados o algo parecido», añade Julio Jiménez, de la armería Prieto. «Nosotros recibimos cajas de 30 unidades y antes con una teníamos para todo el año, mientras que ahora vamos casi a una por mes», destaca. 

Cuánto crecería la demanda de armas de fuego si la ley fuera menos restrictiva es algo que está por verse pero, de momento, Vox ya ha conseguido que se hable de ello.