La ordenanza de terrazas irá lenta y con tiempo de reflexión

A.M.
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Los cerramientos de los espacios en el casco histórico y el acopio del mobiliario son los puntos que plantean como prioritarios los hosteleros, que ya se han reunido con el municipio

La ordenanza de terrazas irá lenta y con tiempo de reflexión

Se puede considerar que el refrán acierta en el dicho de que, después de la tempestad llega la calma. Parece que se reduce la tensión que se registró este mes de agosto, a raíz de que la alcaldesa,Clara Luquero, afirmara que no quería «ranchitos» privados y que la respuesta del presidente de la Agrupación Industrial de Hosteleros Segovianos (AHIS), Roberto Moreno, lanzara la posibilidad de llegar a la huelga patronal.

Moreno, partidario del diálogo, reconoce que se calentó tras escuchar las palabras de Luquero, lo que el concejal de Obras, Servicios e Infraestructuras, Miguel Merino, encargado del área, interpreta como una figura literaria de las que le gustan a la alcaldesa pero aclara que «tampoco sirve que nos indignemos tanto y luego planteemos un órdago, que estamos hablando de algo más serio que una partida de cartas».

En el programa de La 8 Segovia ‘Enfoque de Actualidad’ Moreno y Merino se movieron en un clima de entendimiento, aunque hay algunas discrepancias que habrá que limar de cara al nuevo texto, iniciado ya en el enterior mandato. Lo que parece que une más a ambos es que no existe prisa por modificar la actual ordenanza. Las partes ya han celebrado la primera reunión en el consistorio.

Merino dijo textualmente que «toda la legislación debe ser viva, porque las circunstancias vitales de toda una una ciudad pueden ir evolucionando, o puede haber una demanda social de determinadas modificaciones, estamos en un periodo de reflexión,  ¿consideremos que en este momento tenga que ser inminente para el mes que viene?, no...».      

Moreno sigue sin comprender cómo ellos, después de acudir a sucesivas reuniones, durante más de dos años y medio, ahora no se les aporte el borrador del documento. Merino argumenta se trata de un documento interno que no será público, por lealtad institucional hasta que no lo tengan visto todos los grupos políticos y aprobado inicialmente.  

Mientrtas que el concejal sostiene que «una institución pública tiene que velar por mantener un equilibrio del dominio público, compartiendo el espacio con peatones, vehículos y personas con capacidad reducida, el presidente de los hosteleros subraya que jamás han hablado de unos cerramientos herméticos y pide acuerdo para que se autoricen una especie de cortavientos o vallas que se puedan montar y desmontar diariamente, incluso con ruedas.  Pero el centro del debate parece que se encuentra en ver la forma en que se lleva a cabo el acopio del mobiliario, imprescindible dejarlo fuera del establecimiento para la mayoría de los que explotan las 70 terrazas del recinto histórico, de las 178 autorizadas, la gran mayoría contratadas para todo el año. 

Al planteamiento, Merino anuncia que, «en algunos aspectos seguro que llegamos a acuerdos y en otros tendremos alguna discrepancia porque, al final, hablamos de intereses de un sector concreto y de una institución que tiene que garantizar el bien del interés general». 

¿Y el ciudadano afectado por ocupaciones excesivas, ruidos o consumiciones en la calle?. Moreno, que insiste en la necesaria colaboración entre los hosteleros y la ciudad, para determinados eventos,  hace un llamamiento a todos sus compañeros «para que seamos muy sensibles y que intentemos evitar que se beba fuera de nuestros recintos (...) pido disculpas si en algún momento se molesta a la ciudadanía porque no es nuestra intención, todo lo contrario».

El Ayuntamiento, de acuerdo con el concejal, asegura que «hay inspecciones rutinarias con informes que emite la Policía, cuando hay quejas se hace una inspección y se apercibe, si son reiteradas se abre la denuncia, hay algunas relacionadas con la limpieza del entorno de las terrazas, la accesibilidad, el exceso de ocupación o ruidos , lo que se controla, hay veces que está dentro de la liencia y otras que se excede, entonces se da aviso al establecimiento y se trata de poner en orden».

El resumen consensuado es que ambas partes están ‘condenadas a entenderse’ para intentar mantener un equilibrio entre tener una ciudad en la que haya turismo y hostelería pero que se pueda vivir. Sin olvidar la parte del negocio...