Confinamiento sin calefacción

SPC
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Cruz Roja destina más de 93.000 euros al pago de suministros en el año 2020 en la Comunidad, con 714 entregas económicas a 407 personas distintas

Vicenta Jiménez, junto a los paquetes de pellets que tiene en su domicilio. - Foto: Ical

Acaba el invierno y con ello el frío, que aún se resiste a dejar paso a la nueva estación de la primavera. Un invierno que ha sido el de la pandemia de la covid, marcado por el confinamiento domiciliario durante varios meses y la limitación de los movimientos, lo que ha obligado a los ciudadanos a permanecer el mayor tiempo posible en sus casas. Pero hay situaciones de vulnerabilidad social y económica en la Comunidad que impiden que la estancia en los hogares sea cómoda y agradable cuando la temperatura en el interior ronda los diez grados. A falta de una calefacción o una chimenea que permitan caldear las estancias, Vicenta Jiménez ha combatido el frío del invierno con siete mantas en la cama y varios jerseys puestos en su casa de Otero de Navaguantes, una pedanía de Fabero, al norte la provincia de León.

Los 395 euros que cobra de la pensión no contributiva impedían a esta berciana comprar una estufa porque el dinero se destina a hacer la compra, pagar las facturas de la luz, el agua y el teléfono móvil y hacer frente a la contribución. Así que, entre marzo y diciembre del año pasado, esta leonesa de 69 años solo ha podido entrar un poco en calor cuando pasaba a ratos a la casa de su vecino o se acostaba en la cama con numerosas capas. Es por ello que agradece, «de todo corazón», a Cruz Roja que le haya conseguido una estufa de pellets, que lleva instalada en su casa desde enero.

Vicenta es una usuaria de Cruz Roja, donde acude periódicamente para recibir algunos alimentos o productos de higiene, hasta que un día un voluntario de la ONG que acudió a su casa a dejarle comida en Navidad se enteró que pasaba frío en casa y que llevaba meses sin calefacción. Fue entonces cuando se activó el Plan Cruz Roja Responde que atiende las necesidades de las personas vulnerables con las que trabaja la entidad. Gracias al convenio de colaboración suscrito entre Cruz Roja y Naturgy, se consiguió instalar una estufa en su casa. «Está en la cocina pero da calor en la sala donde estoy habitualmente y en mi dormitorio», apunta a Ical.

Vicenta desconoce el término de pobreza energética, que está relacionado con la incapacidad de muchas familias de mantener una temperatura adecuada en los hogares, pero sabe lo que es pasar frío dentro de casa: «La estufa nueva me ha cambiado la vida por que he pasado unos meses muy malos», dice.

93.000 euros para facturas

Una pobreza energética que en una comunidad como Castilla y León, con inviernos largos y fríos, es un verdadero problema que se agrava con las consecuencias económicas y sociales derivada de una pandemia. Cruz Roja destinó más de 93.000 euros al pago de suministros en el año 2020 en la Comunidad, con 714 entregas económicas a 407 personas distintas. Es decir, que la media de las ayudas para hacer frente a los recibos de agua (22), gas o gasóleo (175) y luz (515) ascendió a 130 euros, una cantidad superior al de otros años. Uno de cada tres euros de la ONG fue para las facturas de electricidad y siete de cada diez beneficiarios tuvo rostro de mujer.

Cruz Roja reconoce que la pobreza energética tiene un impacto especial sobre las personas vulnerables con las que trabaja la entidad, hasta el punto que calcula que más de la mitad de las familias atendidas por la organización tiene que elegir entre pagar gastos básicos, como llevar una alimentación adecuada, y calentar sus hogares. La coordinadora autonómica de Cruz Roja, Eva Fernández, asegura que las ayudas para el pago de suministros se ha mantenido aunque no disparado porque muchas personas vulnerables han recibido, a raíz de la pandemia, ayudas para la alimentación y de otro tipo de productos.