Mantener la ilusión

Patricia Martín
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'Los diez lugares' de Guillermo San Juan, concejal de Podemos en el Ayuntamiento de Segovia.

Mantener la ilusión - Foto: Rosa Blanco

Guillermo San Juan Benito (Segovia, 1981) es diplomado y graduado en Educación Social por la UVa. Máster en Tratamiento y Prevención de la Violencia y experto universitario en Violencia de Genero y en Maltrato Infantil por la Universidad de Extremadura. Desde 2011, trabaja como técnico en Inclusión social y Prevención de Desahucios que, desde esta primavera, lo compatibiliza con la actividad institucional en el Ayuntamiento de Segovia como concejal de Podemos-Equo. Ha trabajado como educador de Familia, educador Social en Inserción de exreclusos, dinamizador Juvenil y también en la hostelería segoviana.

1. La Copa Bruja y el Café Clandestino. Estos dos establecimientos han formado parte de su historia vital y de la banda sonora de lo que denomina «mis años mozos», pero en los últimos tiempos y por su confesada afición ‘freaky’ por un buen café cortado con una sola gota de leche, confiesa divertido, que el bar La Oja Blanca, en la Plaza Mayor, es ya una parada obligatoria. 

2. Frutería El Huerto de San Lorenzo. Explica que por desgracia sus actuales ritmos profesionales e institucionales le impiden ir más a menudo, pero siempre que va a esta frutería de San Lorenzo, le hacen sentir como en casa por su el ambiente familiar y la atención personalizada que sólo se vive en el pequeño comercio de barrio. 

3. Las estaciones de ferrocarril. Le encantan las estaciones de tren. Siempre que viaja a alguna ciudad fuera de España, procura ir a visitarlas. Le apena especialmente el estado de abandono en el que se encuentra la estación convencional de tren de Segovia, la de toda la vida, pero aún en estas circunstancias, le encanta. Todavía tiene el recuerdo de una de las primeras veces que montó en tren para ir a Madrid, acompañando a su abuela Loren para ir a ver a su hermano que precisamente era operario en Renfe-Chamartín. 

4. La plaza de la pirámide del barrio de San Millán. Este punto concreto de San Millán tiene algo de fetiche generacional al ser uno de puntos de quedada y de encuentro en su primera adolescencia. La plaza donde terminaba, junto con sus amigos, muchas tardes después de habernos gastado las 200 pesetas de propina en echar unas cuantas partidas a los futbolines y en los recreativos del inolvidable Láser 3.

5. La Alameda del Parral. Segovia cuenta con un estupendo espacio verde como es la Alameda del Parral. En especial, le gusta ir a un pequeño mirador que se eleva sobre ella, detrás de la Casa de la Moneda y que tiene unas vistas impresionantes de esta parte del recinto amurallado de la ciudad. 

6. Los Jardinillos de San Roque. Al recordar su infancia, el lugar que le viene a la cabeza sin dudarlo un momento son los jardinillos de San Roque, aunque ya no esté el carrusel ‘Babi Pilarín’. Cuando era pequeño, sus padres le llevaban «a montar en los caballitos» y a tomar un batido de chocolate o una horchata en el chiringuito.

7. La Alhóndiga (Azcúa Zentroa), en Bilbao. Hace pocos meses descubrió uno de los espacios culturales más funcionales y accesibles que más le han impactado. Una idea que Segovia debería de importar. Está en el centro de Bilbao y tiene un nombre muy reconocible para los segovianos: La Alhóndiga. Se trata de un espacio cultural municipal, en el que se puede disfrutar de la última película más taquillera; del mejor diseño industrial de emprendedores locales; tomarse un buen café; estudiar en la biblioteca o ir un rato al gimnasio. Añadir lo mejor del entretenimiento de un centro comercial y un espacio cultural en un edificio histórico rehabilitado, accesible y abierto para todos los públicos, participativo e interactivo y que sirve al mismo tiempo de escaparte de la innovación y de talento local. 

8. El noroeste de la provincia. Hay mil rincones para perderse: los pinares de Navafría, el Acebal de Prádena, Sepúlveda o Maderuelo. Los descubrió en la época en la que estuvo trabajando en Servicios Sociales en toda esta zona y guarda un recuerdo precioso de su paisaje y de sus gentes.

9. El entorno de Valsaín. Para hacer una escapada cercana y desconectar se queda con el entorno de Valsain, especialmente en el invierno y cuanta más nieve mejor que mejor. Le gusta pasear por la pradera y recuerda que le encantó una visita fugaz que hizo hace algunos años, con Héctor y Noelia de la Librería Ícaro de La Granja, para conocer los restos de la batalla de La Granja, de la Guerra Civil, que se encuentran en los alrededores del CENEAM de Valsaín. 
10. La Plaza de San Lorenzo. No esconde que en esta respuesta «hay poca objetividad y grandes dosis de patriotismo de barrio». Le sorprende lo poco conocido que es para la gente de fuera, pero tiene que reconoce que no lo puede evitar. La Plaza de San Lorenzo es una parada obligatoria para todos los amigos y compañeros que vienen a visitar Segovia. Su plan perfecto para ellos es primero invitarles a tomar un café en Casa Paco o donde Avelino y después dar un buen paseo siguiendo la r la Senda de los Molinos. Asegura con orgullo que el vínculo emocional que le une con estas calles y espacios de San Lorenzo noo se puede explicar fácilmente con palabras, así que hace suyo el concepto de un famoso grupo de rap para decir que lo suyo es un claro ejemplo de ‘barrionalismo’.