El gran sueño de un pequeño país

SPC
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Croacia no se conforma solo con estar Moscú y aspira a lograr el título

«Mala zemlja. Veiliki snovi». Esas cuatro palabras decoran el autobús con el que la selección croata se mueve en el Mundial de Rusia. «Pequeño país. Grandes Sueños».  Unas ilusiones que el pequeño país balcánico tiene más cerca que nunca tras ganar el pasado miércoles a Inglaterra escribiendo la página más brillante de su historia futbolística. Hasta ahora, porque los futbolistas y la afición quieren más.

«Somos jugadores ardientes, no somos normales. Croacia está en llamas, pero nosotros aún no nos hemos quemado. Todavía tenemos fuerzas», celebró el portero  Danijel Subasic tras el encuentro. Tantas palabras fogosas’ son un poco el reflejo de un país acostumbrado a soflamas nacionalistas, orgulloso de su corta Historia. Nacida en 1991 tras la desintegración de Yugoslavia, la nación vivió los cuatro años siguientes en guerra. De hecho infancia de la mayoría de los jugadores que vencieron a Inglaterra está marcada por las bombas y los disparos. 

Hace tiempo que Croacia dejó atrás el conflicto bélico, pero el poso, ese recuerdo de tanto sufrimiento, sigue ahí. Quizás esas vivencias también forjaron una resistencia tremenda en la mentalidad de los futbolistas croatas. No hay que dar nunca por muerta a esta selección. No obstante, es la primera vez que alcanza la final de un Mundial después de tres prórrogas. Siempre se levanta: en octavos, se recuperó después de que Modric fallara un penal en la prórroga; en cuartos acariciaba el triunfo y recibió el 2-2 en los minutos finales de la prórroga; y en semifinales re