El Villarrobledo entra en la leyenda negra de la Segoviana

Nacho Sáez
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Los azulgrana caen eliminados del 'play off' tras un ejercicio de impotencia de cara al gol.

Asier recibe el consuelo de un aficionado al final del partido. - Foto: Juan Martín Gimnástica Segoviana

Villarrobledo forma parte ya de la leyenda negra en los ‘play off’ de la Segoviana, que se queda a las puertas de la final por el ascenso tras una dolorosa aunque digna derrota. Al equipo con dos de los mejores delanteros de la categoría le condenó este sábado, paradójicamente, la falta de gol. Esta vez la portería se les hizo muy pequeña a Mika o Agus Alonso. O se agigantó Javi López, portero del equipo y héroe de una tarde con sabor al mejor fútbol.

La Albuera se llenó confiada en una remontada que el técnico gimnástico, Manu González, quiso cimentar a partir de un arranque de partido afilado, como hace quince días ante el Churra. Sin embargo, al contrario que entonces, Agus Alonso no embocó la primera ocasión y emitió la primera señal del tortuoso partido que iba a vivir la Segoviana de cara al gol.

Dani Arribas, que fue uno de los elegidos por Manu para suplir la baja de Dani Calleja y la falta de tono físico de Álex Conde y Asier (suplentes de inicio), encontró las grietas al lateral izquierdo manchego e hizo acariciar a su equipo el anhelado 1-0. Por contra, Mika completó uno de sus partidos más desdibujados como gimnástico, siempre demasiado alejado del área, quizás por la preocupación que generaba la banda derecha del Villarrobledo. 

Además, el ritmo y la continuidad del choque se desplomaron a la media hora para felicidad de los visitantes, poseedores de esa pizca de fortuna que resulta clave en estas eliminatorias de ‘play off’. Nada más comenzar la segunda mitad, a Manu se le escapó por dos palmos ese gol que hubiera sacudido los nervios. Un disparo suyo desde el centro del campo en el casi único error del meta del Villarrobledo estuvo a punto de hacerle cantar bingo.

Después, en cambio, se cumplió uno de los principales temores de la Segoviana. Un salto mal medido por Rubén permitió al mejor jugador rival, Nacho Huertas, controlar el balón con la portería de frente y Juanma Montero, que ha sido el talismán de los manchegos con tres goles en la eliminatoria, lo puso lejos de Facundo. Aunque todavía quedaba media hora por jugarse, la Segoviana quedó demasiado escocida.

Ni los cambios ni su arranque de orgullo le salvaron porque el fútbol a veces es caprichoso y hoy no quería que pasase la eliminatoria. Lágrimas, un conato de pelea entre las aficiones y gloria para el Villarrobledo, que ya figura con él Lealtad, Villa de Santa Brígida o Villanovense en la parte más fatídica de la historia gimnástica. Toca levantarse.