Al calor del alivio de las medidas de confinamiento, numerosos segovianos han aprovechado para fotografiar los campos de cereal, que esta primavera han lucido un espectacular y prometedor verde. Todos los agricultores anuncian una muy buena cosecha «si el granizo nos respeta en estas semanas», pero algunos se atreven a hablar de «la cosecha del siglo». Unos y otros divergen acerca del alcance final que tendrá una producción que no ha estado condicionada en el proceso de cultivo por el coronavirus.
Como sector esencial, el campo no ha dejado de trabajar en estos casi tres meses e incluso ha atendido labores «que habitualmente tenemos más descuidadas, como la mecánica», según reconoce el secretario general de Asaja Segovia, José María Llorente, que confirma las buenas previsiones existentes en torno a la próxima cosecha aunque rechaza hablar de rendimientos históricos. «Aparentemente viene bien pero ¿comparada con qué? No va a ser la cosecha del siglo», apunta. En los últimos datos de avance de la superficie sembrada y la posible producción que aparecen publicados en su portal digital, la Junta de Castilla y León preveía un rendimiento de 2.599 kilos por hectárea en el trigo, de 2.500 en la cebada y de 2.200 en el centeno. Estas cifras supondrían un incremento del 18, del cuatro y del 26 por ciento, respectivamente, comparado con la cosecha del año pasado.
«Pero esas previsiones de la Junta de Castilla y León están por debajo de lo que esperamos», aseguran fuentes de Unión de Campesinos (UCCL). Su presidente en Segovia, Juan Manuel Palomares, señala que se puede hablar de una cosecha «buena». «Desde mediados de mayo hemos tenido un cuadro calor importante y eso ha acelerado la maduración en las cebadas y seguramente habrá merma de kilos por ahí. También estamos observando un aumento de vegetación y de malas hierbas debido al exceso de humedad, y también hemos tenido problemas con el hongo de roya, que pueden afectar al trigo. Pero años lluviosos como este suelen redundar en una buena cosecha», argumentaba la pasada semana en declaraciones a El Día.
¿La cosecha del siglo?Llorente, de Asaja, coincide en ese análisis: «Ha venido una primavera muy suave, con buena temperatura y mucha humedad, y además está siendo larga. Está beneficiando que los cultivos, sobre todo los grandes cultivos, los cereales o el girasol, estén cuajando bastante bien. Los calores que hemos tenido en mayo estaban empezando a repercutir negativamente, pero hay que reconocer que la cosecha lleva buena perspectiva. De 165.000 hectáreas que se han cultivado aproximadamente en la provincia de Segovia, calculamos que vamos a pasar de las 500.000 toneladas de producción, un 40 por ciento más que el año pasado».
Ante esas felices previsiones, las preocupaciones de los agricultores se centran ahora en los precios. «Están muy bajos, en niveles de hace 25 años», destaca el secretario general de Asaja. «Traducido a pesetas, estamos hablando de la cebada a 24 pesetas, que era un precio que había antes del cambio de siglo. No tiene mucha explicación. España es deficitaria en cereales –importamos casi lo mismo que producimos– y se habla que fuera tampoco hay un exceso. Nos tememos que puede haber una dosis de especulación que no es razonable. Lo que íbamos a ganar con la buena cosecha que se espera, lo vamos a perder por los precios».
Por eso, su colega de UCCL reivindica que se respete la modificación que se llevó a cabo de la Ley de la Cadena Alimentaria, que prohibe vender por debajo de los costes de producción: «A ver si va a ser el cereal el primero en el que sucede esto. Hay una presión de la intermediación para empezar a firmar contratos a la baja y una psicosis generalizada de que va a haber una caída de precios importante. Y también estamos a la expectativa de lo que sucede a nivel global porque también han tenido un invierno y una primavera anormalmente seca en el centro y este de Europa. Pero vamos a vigilar que se cumple la ley no se vende por debajo de costes».
Estos días comenzarán a cosechar. En este sentido, el secretario general de UPA Segovia se muestra todavía más optimista que las otras dos organizaciones agrarias. «Hay que esperar y rezar para que nos acompañe la climatología en estas próximas semanas, como hasta ahora, pero va a ser de las mejores que hayamos conocido», remarca. El debate está abierto. «Yo aprendí de mi padre que hasta julio no entramos con las máquinas a cosechar», bromea el presidente de UCCL en torno a una campaña que además va a dejar numerosos forrajes, una buena noticia para la ganadería, muy golpeada por esta crisis de la Covid-19.