Hoces del Riaza: el Refugio de Rapaces cumple 45 años

Fidel José Fernández
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Artículo de Fidel José Fernández y Fernández-Arroyo, presidente del Fondo para el Refugio de las Hoces del Riaza, sobre la historia, pasado y presente de este emblemático enclave natural

Buitre leonado y alimoche en el Refugio de Montejo - Foto: Juan José Molina Pérez

El 13 de enero se cumplen 45 años de la inauguración simultánea de los refugios de Montejo y del embalse de Linares (administrados respectivamente por WWF España y la CHD), de los primeros espacios protegidos en Castilla y León. Aquí, en las hoces del Riaza, hemos registrado 333 especies de vertebrados, como publiqué en la Hoja Informativa 51 sobre el Refugio. El seguimiento realizado, recogido en docenas de miles de páginas, abarca todas las especies, como en pocos espacios naturales; puede verse en www.naturalicante.com, y también en un USB, gracias a los trabajos altruistas del informático Raúl González, el biólogo Manuel de Andrés, y otros. 

Comienzo a escribir estas líneas una noche invernal en Sierra Morena, bajo un cielo sin estrellas (por las nubes), oyendo cencerros lejanos de cabras y ovejas. Hace 50 años, dediqué aquí  muchas jornadas a la fauna. Cuando recorría en solitario estos montes, soñando con una reserva perfecta, no podía imaginar que aquella utopía iba a hacerse realidad junto al límite de tres provincias de Castilla; en un paraje que no fue saqueado porque no era conocido, por los muchos extranjeros que recorrieron España para estudiar y robar sus tesoros faunísticos.

En 1973, ante el declive de los buitres, escribí una larga poesía que terminaba así: “Nuestros nietos no verán al gigante; /  pero el día en que en las sierras de España / haya muerto ese ave impresionante, / habrá muerto con ella la montaña.”  Aunque entonces casi todo parecía perdido, Félix Rodríguez de la Fuente había guardado durante décadas el secreto de “la misteriosa y lejana ciudad de los buitres”, que le enseñó José Antonio Valverde, quien anotó en 1953 que toda esa zona “debe de ser la mejor región buitrera de España”. En febrero de 1974, Félix, alarmado ante el descenso de grandes rapaces también allí, pensó en crear  “la reserva de los buitres”, y recuerdo el entusiasmo con que nos lo dijo. El 31 de mayo de ese año, Francisco Ortiz de la Torre, entonces Secretario General de ADENA, nos reunió a los jefes de todos los grupos juveniles de WWF en Madrid, para detallarnos el increíble proyecto del Refugio de Rapaces, que me llenó de esperanza.

Buitre leonado en el Refugio de MontejoBuitre leonado en el Refugio de Montejo - Foto: Juan José Molina Pérez

Dos guardas de Montejo, Jesús Hernando y su padre Hoticiano, han sido esenciales para mantener el Refugio (defenderlo fue mucho más difícil todavía que crearlo), así como el comedero de buitres de WWF, y para lograr la colaboración de cientos de personas (de los pueblos y de fuera), que dedicaron a estas tierras gran parte de sus vidas; sin olvidar a otros guardas o agentes (en la última Asamblea General del Fondo respaldamos la continuación de la patrulla del SEPRONA en Ayllón), ni a los naturalistas cuya entrega desinteresada es asombrosa. El ejemplo extraordinario del gran ornitólogo suizo Daniel Magnenat, cuya placa hemos renovado entre todos, muestra hasta dónde puede llegar ese sacrificio generoso, que no ha sido el único. Los libros de firmas, encuadernados por Antonio Ruiz, con dibujos de Jesús Cobo y grafías de Américo Cerqueira, recogen casi un millar de dedicatorias, reflejando las voluntades que ha movido el Refugio.

Cuando lo visité por primera vez, invitado por ADENA, comprendí que era mucho más hermoso aún de lo que imaginaba, y su propia historia contribuía a ello. Necesitaba saber si era eficaz para detener el retroceso de las rapaces. Tenía que averiguar cada año dónde estaban los nidos, cuántos pollos salían adelante en cada peña. Empecé mis censos en 1975, y los he realizado estos 45 años, dedicándoles 47.981 horas de campo. No conozco en España ninguna otra gran población de rapaces rupícolas que haya sido estudiada de esa forma, durante tanto tiempo.

He comprobado que en las hoces del Riaza los buitres leonados y los alimoches han criado con éxito en 954 y 88 nidos distintos, respectivamente; con un máximo de 313 pollos de buitre volados en 2017, y 19 de alimoche en 1988. El nido campeón de los buitres ha sido usado con éxito 37 años, y 22 años el nido campeón de los alimoches. En el extremo opuesto, para las dos especies ha habido algún nido con 35 o más años de “descanso” entre dos reproducciones con éxito.

Buitre negro en el Refugio de MontejoBuitre negro en el Refugio de Montejo - Foto: Juan José Molina Pérez

En 2019 destacan los resultados de la reproducción del cernícalo; sobre todo gracias a las cajas nido (para el control biológico del topillo) y otras actuaciones de GREFA, con apoyo de WWF, en Montejo y Maderuelo y cerca, como indican Fernando Garcés y Carlos Cuéllar en la circular 23 del Fondo. Y la campaña de SEO-Segovia para proteger los aguiluchos, como expone Jorge Remacha en la misma publicación.

Sorpresas de 2019 en la comarca son un nido nuevo de búho chico (descubierto por Manuel Jesús Sahagún), otro de alcotán (por Fermín Redondo y otros), fotos de dos águilas perdiceras jóvenes (por Manuel Segura y Coral Jiménez respectivamente), nuevas citas en el embalse de garcilla bueyera (por José Luis López-Pozuelo) y de cigüeñuela (por José y Mario Liarte, y Ricardo Ramos), y en los páramos del sisón (por Antonio Fernández y Ricardo Arroyo), dos críalos fotografiados (por Xavier Parra), un único registro nuevo de collalbas negras (por Jesús Cobo), etc.

En nuestros censos de otoño han participado altruistamente 815 naturalistas. Estoy revisando los informes parciales del último, coordinado por el agente forestal Juan José Molina (Vicepresidente del Fondo); en el que también han participado los guardas Jesús Hernando (WWF) y Juan Francisco Martín (CHD), además de David Muñoz (de la Casa del Parque); con la amable colaboración de las citadas entidades, el Ayuntamiento de Montejo, la Asociación Cultural de Villaverde, la dirección del Parque Natural, habitantes de ocho pueblos, etc. Entre las novedades, pueden adelantarse los 425 buitres leonados registrados en Peña Portillo por el biólogo Félix Martínez, el récord de la historia del Refugio para una sola peña. Cuando la situación mundial de los buitres es desastrosa, y la ganadería extensiva atraviesa serias dificultades en España, estos datos arrojan esperanza.

Vista general del refugio de las hoces del Riaza.Vista general del refugio de las hoces del Riaza. - Foto: Fidel José Fernández

En mi relato “Prisionero del nido” (2019; publicado en “Argutorio”, Naturalicante, la circular 23 del Fondo, y los demás medios indicados allí), señalaba que el pollo del buitre, en su primer vuelo, “veía un mundo más variado aún de lo que nunca imaginó”; y “contemplaba también, cerca de su nido, el alto páramo, pedregoso y llano, donde habitaba un fantasma, la alondra ricotí, entre otras criaturas capaces de soportar esas condiciones tan extremas”. La fauna rupícola y esteparia del Refugio ha merecido importantes trabajos; también de zonas cercanas, como el páramo de Corcos, donde la Fundación Alondra Ricotí intenta conservar el último reducto en Burgos del “fantasma del páramo”.

Muchos estudios reflejan el valor natural de estas tierras; desde las 51 Hojas Informativas (9.989 páginas) y otras monografías sobre su fauna, hasta los Anuarios Ornitológicos de Burgos, o el libro de Juan Luis Hernández “Dónde y cuándo ver aves en el sur de Soria” (editado en 2019 por la Diputación provincial). El propio Refugio, o los trabajos o filmaciones realizados allí, ha recibido 25 premios, y 18 títulos o figuras de protección para la zona (desde ZEPA hasta Parque Natural); ha aparecido en 55 congresos científicos (19 internacionales), 17 tesis doctorales (acaba de publicarse la de Iván García) y distintos trabajos fin de carrera (en 2019, se añade “The feast” -“El festín”-, realizado por Adrián Díaz, como Trabajo Fin de Máster sobre documentales de naturaleza en la Universidad  de Salford en Manchester, Inglaterra, disponible en filmeeway.com), 1.496 trabajos o informes naturalistas (sin contar los de censos, que son muchos más), varios cursos (incluidas las tres Jornadas sobre Buitres de la UNED), 333 charlas o conferencias, 4.586 publicaciones impresas de todo tipo, 270 programas de televisión y 794 de radio, múltiples filmaciones (entre ellas, el DVD terminado en 2019 por Javier Alcalde), sitios de Internet, etc.

Damián Arguch escribió en 2005 que el Refugio es “una escuela de ilusión”, generadora de ilusión durante décadas, “ejemplo de conservación y estudio”. “Lo que ha hecho que tanta gente dedique cantidades ingentes de tiempo y esfuerzo por no hablar de dinero es la cualidad de lo inalterado, de lo genuino, de la verdad que emana de los espacios solitarios, de los grandes espacios, de todo eso que debería conservarse (…)” Y añadía que, además de la labor de ADENA y otras entidades, “estas tierras se han mantenido así gracias (…) también a cientos de personas (…), muchos vinieron a estos espacios de niños y las vivencias inolvidables marcaron su futuro (…).”.

Esperamos que los actuales campamentos de WWF, en el albergue 'Sendas del Riaza' (de la Cooperativa Gredos San Diego, en Valdevacas), ayuden a mantener ese entusiasmo.

En una entrevista publicada en “El Adelantado de Segovia” el 11 de junio de 1974, Félix Rodríguez de la Fuente dijo que el Refugio de Rapaces “dentro de muy poco será una realidad que nos va a enorgullecer (…) a todos los españoles”. A pesar de las dificultades e incomprensiones sufridas, ha sobrevivido con múltiples esfuerzos continuados y generosos, a menudo anónimos. Ha inspirado estudios y proyectos en muchos más sitios. Deseamos que este Refugio de vida salvaje, la generosidad que lo hizo posible, lo que motivó y lo que representa, sigan siendo una realidad.