Un museo bajo tierra en Segovia: la cueva de los Enebralejos

DS
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La Cueva de los Enebralejos, junto al pueblo de Prádena de la Sierra, es la más importante de las conocidas en la provincia de Segovia. Desde su entrada, la cueva nos presenta la belleza de sus salas y galerías, adornadas con un espléndido conjunto de concreciones calcáreas: estalactitas, estalagmitas, columnas, coladas y banderas se suceden a medida que nos internamos en ella. Nos encontramos también con numerosas muestras del uso de la cueva como necrópolis por nuestros antepasados del calcolítico en forma de pinturas y grabados que han sido datados aproximadamente del año 2500 A.C. 

Esta maravillosa cueva, aunque redescubierta en 1932, cuenta con 40 millones de años de antigüedad y muestra espectaculares formaciones de estalactitas y estalagmitas, pudiendo ser visitadas tres de sus salas que comprenden 600 de sus 3.670 m.

Posee atractivas figuras, inspiración de quienes la visitan, viendo en ella la Sala de los Enterramientos, la del Santuario y la formación de la Cascada, el Fantasma y la Pared de los Colores, como alguno de los espectáculos visuales más interesantes, y si los colores y formas no nos han sorprendido lo suficiente, podemos contemplar en las alturas El techo de agujas, Río Arriba, Parto y Tortícolis como parte de otras galerías.

Una cueva que, además, ha sido refugio de nuestros antepasados durante la Edad del Cobre, usándola como necrópolis y decorando sus paredes de pinturas y grabados reconocidos como Bien de Interés Cultural. Ya en tiempos más recientes, la tradición oral de los habitantes de Prádena cuenta que se cerró por orden de la Inquisición, pensándose que era refugio de judíos.