La Euro de la COVID

Diego Izco
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El torneo arranca 364 días después de la fecha marcada y con fuertes medidas sanitarias, con un 38 por ciento de los aforos de los estadios

El emblemático estadio de Wembley acogerá la final de la Eurocopa - Foto: ANDY RAIN

Cuando el capitán francés (el favorito), o el portugués, o el inglés, o el alemán, o el italiano e incluso el español (por qué no) levante el trofeo Henri Delaunay en Wembley, realmente lo hará con 364 días de retraso. Esta Eurocopa se terminaba el 12 de julio de 2020 cuando fue diseñada con demasiada ambición hace tiempo por Michel Platini, hoy suspendido por la FIFA y arrestado en 2019… y no precisamente por el demencial diseño multisede de la competición, sino por prácticas corruptas en, poca sorpresa, la adjudicación del Mundial de 2022 a Qatar.  
En efecto, con un año de retraso arranca la XVI Eurocopa de la Historia, la que tuvo que parar en seco por culpa de una fatal pandemia y ahora reanuda el paso aún con miedos y restricciones: un mes de torneo, del 11 de junio al 11 de julio, en el que el fútbol pondrá a prueba los primeros pasos de la nueva normalidad en los estadios. La idoneidad de celebrar un torneo con tanto movimiento de selecciones y aficionados por todo el continente (11 sedes en 11 países por primera vez) es otro debate, probablemente perdido de antemano ante el poder de la UEFA, la institución que este año ha sobrevivido a ese golpe de estado llamado Superliga.

 

Con público

De los 11 estadios, solo uno de ellos, el Puskas Arena de Budapest, tendrá su graderío de 61.000 personas lleno al 100 por 100 (Hungría tiene controlada la cuarta ola y en la región de Budapest la media es de apenas 35 casos diarios). A partir de ahí, se ha restringido la asistencia a los estadios desde el 50 por ciento que admiten en el Olímpico de Bakú (Azerbaiyán) o el Saint Petersburg Stadium (Rusia) hasta llegar al 22 por ciento, por ejemplo, que permitirá Alemania en el Estadio Olímpico de Múnich.
El Estadio de La Cartuja será finalmente la sede de España (y donde la selección jugará sus tres encuentros de la fase de grupos) después de que Bilbao se negase a admitir el porcentaje de público (33 por ciento) que pedía la Federación Española de Fútbol -a través de la UEFA- debido a la situación sanitaria. En Sevilla entrarán 19.800 espectadores sobre una capacidad de 60.000. Wembley, que será la sede de tres partidos del Grupo D, dos de octavos, los dos de semifinales y la gran final, solo admitirá una ocupación del 25. ¿En qué se traduce finalmente ese sueño multisede de Platini pasado por el filtro del coronavirus? En que de una audiencia física de 3,1 millones de espectadores se capará al 38,6 por ciento de media hasta 1,2 millones, y que los 28,3 millones de entradas solicitadas apenas se podrán vender (entre 50 y 185 euros) un 5 por ciento. Descafeinada, pero Eurocopa...

 

Seis grupos

La diversificación sobre el terreno trajo también la consolidación del modelo de seis grupos en lugar de cuatro y billetes para los cuatro mejores terceros: o sea, 51 partidos para colar octavos, cuartos, semifinales y final como sucedió en Francia’16 (donde, por cierto, la campeona Portugal pasó como mejor tercera). Serán 22 días de competición y nueve de descanso. Esta ampliación a 24 selecciones clasificadas conlleva que, salvo debacle, todas las favoritas lleguen a la fase final. De hecho, de todas las campeonas del torneo continental, tan solo Grecia, sumida en un monumental declive desde hace tres lustros, faltará a la cita.