Mientras Manuel y su mujer disfrutan de una cerveza sin perder de vista a sus nietos en una terraza de San Rafael, su hija –que prefiere no revelar su identidad– no levanta la cabeza del ordenador. «Tenemos casa aquí y estoy teletrabajando. Durante este verano iremos y vendremos de Madrid», cuenta. Ni siquiera insinúa la posibilidad de empadronarse en San Rafael, pero ella podría ser uno de los objetivos potenciales de la novedosa campaña que se plantea poner en marcha el Ayuntamiento de El Espinar.

Los datos que proporcionó la Junta de Castilla y León al principio de la pandemia sobre el número de ciudadanos de otras Comunidades Autónomas que habían solicitado desplazar su tarjeta sanitaria a nuestra región dieron una pista acerca del éxodo de madrileños a Segovia que empezaba a producirse. Un aumento de población que ya comienza a reflejarse en el padrón de algunos municipios. Es el caso de El Espinar, que ya empieza a creerse la posibilidad incluso de superar la barrera de los 10.000 habitantes, algo que no ha ocurrido en toda la serie histórica (1996-2019) que se puede consultar en el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Hay motivos para el optimismo porque de diciembre a esta parte se ha incrementado el número de empadronados en 400, lo que situaría a El Espinar en el entorno de esos 10.000 vecinos que se ansían. El récord se encuentra en el año 2010 con 9.755, pero desde entonces la sangría de población no había cesado hasta tocar suelo este mismo año con 8.986, la cifra más baja desde 2007. «Ahora mismo estamos recibiendo entre 40 y 50 solicitudes al mes. Desde el 1 de abril hasta ahora se han empadronado 98 personas, 50 de ellas procedentes de Madrid», remarca su alcalde, Javier Figueredo.

El Espinar aspira a subir de 10.000 vecinos censados

Esa ‘fiebre’ por vivir en el municipio espinariego hace que estudien poner en marcha una campaña para incentivar el empadronamiento en los cuatro núcleos de población que lo componen (El Espinar, San Rafael, La Estación y Los Ángeles de San Rafael). «Es que estar por encima de los 10.000 habitantes supone pasar a otra categoría. Lo estamos mirando porque quizás nos sirva para recibir más fondos y, de esta forma, podamos introducir nuevos servicios para los vecinos», explica.

Al cierre de 2019, el Ayuntamiento espinariego contaba con alrededor de 9.600 vecinos censados, según informan fuentes municipales. Los datos más recientes del INE (8.986) hacen referencia a un año antes. A la cifra habitual que se maneja habría que sumar los 400 que se han inscrito en esta primera mitad del año pero habría que restar también todos aquellos extranjeros que tienen la obligación de renovar su inscripción en el padrón municipal pero no lo hacen, algo habitual. En cualquier caso,su alcalde espera un crecimiento notable en las cifras que publicará el INE a finales de año. «Aparte de esas solicitudes de empadronamiento que hemos recibido en el Ayuntamiento, tenemos constancia de que las inmobiliarias del municipio están trabajando muchísimo. La gente está buscando sobre todo chalets para alquilar».

Preguntados otros alcaldes si han percibido el mismo fenómeno,  el del Real Sitio de San Ildefonso, Samuel Alonso, cuenta que «precisamente el otro día consulté a la secretaria y me dijo que se estaba poniendo a ello porque lo había tenido aparcado durante el estado de alarma, pero que no sabía si las solicitudes de empadronamiento habían aumentado un dos, un tres por ciento o nada». Mercedes Otero y María Jesús Sanz, de La Losa y Ayllón, respectivamente, explican que no han detectado nada extraordinario en este sentido, mientras que Francisco Roque, de Marugán, sí que confirma un aumento del censo en estos meses de entre 50 y 60 personas.

«Hubo gente que se escapó de Madrid y se empadronó aquí, pero ha sido ahora sobre todo. Hay ‘freelance’ y autónomos dispuestos a quedarse a vivir aquí porque tienen miedo a un rebrote y luego tienen las ventajas fiscales que tienen que tener», cuenta ese último alcalde. Precisamente a esos beneficios, como el menor coste del impuesto de circulación, quiere apelar el regidor de El Espinar en esa campaña de empadronamiento que se plantean llevar a cabo.

Superar la barrera de los 10.000  habitantes no supone, sin embargo, la asunción de nuevas competencias, de acuerdo a la Ley de Bases del Régimen Local. Sí que aumentarían de 13 a 17 los concejales que formarían parte de su Corporación y, claro está, aumentarían los ingresos municipales, aunque se trata de poner fin a una anormalidad. Que un pueblo con casi 9.000 viviendas tenga incluso menos habitantes censados que esa cifra.