"Si hay confinamiento, habrá aulas online en el medio rural"

David Aso
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El director provincial de Educación asegura que ningún centro de la provincia se quedará sin conectividad si un rebrote obliga a suspender la enseñanza presencial

Diego del Pozo, director provincial de Educación de la Junta, en su despacho. - Foto: Rosa Blanco

Diego del Pozo (Segovia, 1977) atiende a El Día a primera hora del pasado miércoles, minutos antes de reunirse con los directores de Primaria y después de que el día anterior hiciera lo propio con los de Secundaria. La Consejería de Educación ha fijado el inicio del curso para el 9 de septiembre y arrecian las dudas en todos los centros, que no van sobrados de tiempo para diseñar protocolos y readaptar instalaciones de cara a una vuelta a las aulas extraordinariamente compleja. Mascarilla obligatoria desde segundo de Primaria, grupos que pueden desdoblarse para asegurar ratios y distancias; horarios de entrada y salida, recreo y comedor por definir; cómo actuar si hay un positivo, un plan b que depurar por si toca reconfinarse... Mucho trabajo por delante y sobre todo incertidumbre porque el principal condicionante no depende exclusivamente del control de la Administración o los centros: la evolución de la covid-19.

 

Sobra decir que lo vivido en los últimos meses del curso pasado ha sido tan histórico como complejo…

El curso 2019/20 no se nos olvidará a profesores, padres, alumnos… Sobre todo el tercer trimestre, con las clases online y la necesidad de adaptarnos a esta nueva realidad que nos ha pillado con el pie cambiado.

 

¿Qué ha sido lo más complicado? 
Yo creo que lo más complicado ha sido lo que se ha vivido en las casas. Mantener encerrados durante tantos meses a niños y adolescentes ha sido especialmente complicado, y si a eso añadimos que además de estar encerrados tenían que mantener el día a día del curso, la complejidad aumenta. En este sentido, yo creo que todo el profesorado ha tenido un comportamiento excepcional, ha trabajado mucho más allá de lo que su horario les marcaba contestando emails, haciendo videoconferencias, intentando que ningún alumno se quedara atrás por culpa de la situación que vivía cada uno. Cierto que ha habido alumnos con dificultades de conexión a internet que la Consejería ha intentado paliar con el reparto de tarjetas SIM de datos y teléfonos móviles y demás. 


Toca seguir haciendo historia ahora con el arranque de un nuevo curso que también se presenta extraordinariamente complejo.

La opción por la que se ha decantado la Consejería es una vuelta a las aulas de manera presencial siempre que la evolución de la enfermedad lo permita; y la otra solución posible, en caso de que la situación se complique, es la vuelta a la enseñanza online. Pero en principio la vuelta en septiembre será a las aulas, presencial, con alumnos y profesores de la manera más normal posible dentro de lo que es la nueva normalidad: distancia de seguridad, mascarillas, geles hidroalcohólicos, etc.

 

La consejera de Educación ha anunciado que se reforzarán los centros públicos con «una horquilla inicial de entre 550 y 600 docentes», aparte de que se haría cargo de contrataciones en concertados que lo requieran, ¿cuántos para Segovia?

La consejera anunció la contratación de entre 550 y 600 nuevos docentes en centros públicos de Primaria y Secundaria para que los grupos cumplan con las ratios y el espacio que se marcan, y que se puedan desdoblar algunos. El número para Segovia aún no lo tenemos porque debemos tener en cuenta cómo queda finalmente la matrícula, pero el estudio de las dimensiones de las aulas está hecho y en función de todo esto se nos adjudicará un número para garantizar la mayor seguridad posible.

 

¿Harán falta más docentes en muchos centros de Segovia?

Esta medida se habilita para aquellos centros donde, por número de alumnos y espacio, se vea necesario garantizar una distribución en grupos más pequeños. El estudio aún se está haciendo, pero los problemas en principio los podemos tener en algún centro concreto de la ciudad, que es donde hay más población matriculada. En la zona rural no porque allí los espacios suelen ser grandes y los alumnos pocos. 

 

Todos los centros deben preparar planes específicos de apertura para adaptar el protocolo de la Consejería a sus propias circunstancias, ¿qué tal lo llevan los de Segovia?

El 31 de julio deben presentar todos los centros un plan de inicio de curso y en éste se recogerán las medidas de cada uno para adaptarse a la nueva realidad. Los tiempos de los recreos, los de las entradas y salidas, por dónde entrarán y saldrán, dónde colocan los geles hidroalcohólicos, las papeleras, el uso de la mascarilla, cartelería, indicaciones en los pasillos, los baños… Un montón de cuestiones que deben tener en cuenta todos los centros, contando además con que cada uno tiene sus particularidades en cuanto a distribución de espacios, entradas, etcétera. El Andrés Laguna tiene cuatro posibles puertas de entrada, por ejemplo, mientras la Casa de los Picos es un palacio del siglo XV, sus espacios son como son y sólo tiene una entrada, por lo que tendrá que adaptarse de forma diferente.

 

¿Habrá que desdoblar grupos en algunos centros de Segovia,  trasladando clases a salas no habituales o reformando instalaciones?

Los espacios que tienen los centros son más que suficientes para la duplicidad de algunos de sus grupos. Lo que es evidente es que si se tienen que usar clases de apoyo, como pueden ser aulas de informática, de dibujo o la propia biblioteca, para reubicar a un grupo concreto, se usarán. Pero aún no sabemos cuántos grupos se tendrán que desdoblar.

 

¿No habrá que acometer obras entonces para ello en ningún centro?

Las obras que se llevan a cabo ahora son las RMS (reforma, mejora y sustitución) que se planifican todos los años para el verano y ninguna tiene que ver con esto. No hay un paquete de obras para adaptar centros a esta nueva realidad, entre otras cosas porque no hay tiempo material para ello, pero tampoco existe necesidad de momento. Donde no se pueda garantizar el metro y medio ya se ha dicho que el uso de mascarilla es obligatorio y lo que se quiere evitar son grandes aglomeraciones. Por tanto, si es necesario desdoblar grupos en las aulas pues se desdoblarán si es posible. Donde no será obligatorio el uso de la mascarilla es en los grupos estables de convivencia, los ‘grupos burbuja’, que son los de Infantil y primero de Primaria, y a partir de segundo de Primaria y hasta final de Bachillerato, el uso de la mascarilla será obligatorio siempre y cuando no se pueda garantizar el metro y medio de separación.


¿Cuáles cree que van a ser los mayores retos de adaptación para profesores, alumnos y padres?

Pues yo espero, es mi deseo, que el curso sea lo más normal posible, que no se tenga que volver a ningún confinamiento y avancemos dentro de una relativa normalidad mes tras mes, trimestre tras trimestre. Si hay que volver a un confinamiento, a diferencia de la otra vez, los centros sí que tienen que tener claro un plan de contingencia, un plan B para garantizar que no se repiten errores o cuestiones que no salieran bien. Otro reto será el de una mayor coordinación; y también neutralizar la brecha digital, que en ese sentido la propia Consejería se ha puesto las pilas y a comienzos del curso que viene todas las escuelas de la provincia estarán dentro del programa Escuelas Conectadas. Tendrán banda ancha ultrarrápida con 100 megas por segundo, lo que garantiza la posibilidad de las aulas virtuales y el mantenimiento de la enseñanza virtual, en caso de necesidad, sin que se caiga el sistema. Y por otra parte, también la Consejería va a hacer acopio de ordenadores portátiles, llegando a los 10.000, por si hubiera que repartirlos entre los alumnos más desfavorecidos para garantizar la conectividad. Cada centro deberá tener un listado de alumnos con dificultades de conexión y, en caso de necesidad, tiraremos de esos listados para facilitarles la herramienta que garantice que puedan continuar con su proceso de enseñanza.

 

¿Tendrán también los centros mascarillas a disposición del alumnado?

En teoría, alumnos, profesores y demás trabajadores tienen que venir con la mascarilla desde casa, pero los centros van a tener una dotación suficiente para aquel alumno al que se le rompa la mascarilla que lleve, por si se le ha olvidado o por otro tipo de cuestiones. 

 

Los centros estarán ahora en pleno proceso de preparación de los planes de readaptación y apertura.

A los directores y equipos directivos les tengo que agradecer el trabajo de estos meses. Han trabajado mucho, han tenido una labor de coordinación enorme durante los meses de confinamiento, siguen trabajando porque muchos de sus compañeros están de vacaciones y ellos siguen al pie del cañón, organizando los centros y preparándolos para la vuelta con las medidas que hablamos de señalización, cartelería, cómo se van a estructurar los espacios, etcétera, y la realización de ese plan de inicio de curso que decía antes. 

 

¿Cuáles son las principales dudas que le plantean los directores? 

Ayer (martes 14) tuvimos la reunión con los de Secundaria y hubo muchísimas preguntas; hoy (miércoles) la tengo con Primaria y será más de lo mismo. Están relacionadas con la organización de espacios, comedores, transporte escolar, entradas y salidas… Las preguntas que podemos contestar las contestamos, pero hay otras que ni teniendo bola de cristal podríamos. Yo en este tiempo les he dicho que hay que ir poco a poco, y en función de cómo evolucione la enfermedad se tomarán las decisiones que se tengan que tomar. No sirve de nada adelantarnos y empezar con ‘si pasa eso’ o ‘pasa lo otro’ porque yo creo que la evolución de la enfermedad será la que marque los tiempos y cualquier anticipación, o cualquier cuestión que se quiera adelantar, lo único que puede hacer es crear más confusión.


Una de las principales dudas será si un positivo manda a casa a toda una clase, un colegio, a un grupo pequeño de alumnos de una clase…

Si un profesor, empleado del equipo de limpieza, conserje o alumno tiene síntomas no debe acudir al centro, sino ir al médico, y esa es la primera norma, fundamental. En segundo lugar, por si un niño que está en clase tiene síntomas, todos los centros deben tener un aula vacía preparada para llevarlo allí hasta que venga su familia a recogerle. Quien tenga síntomas lógicamente deberá ir al médico y entonces se activará el protocolo de Sanidad. El médico hará el test oportuno, la encuesta para conocer los contactos personales, laborales, afectivos y demás, y valorará la peligrosidad o el nivel de riesgo de esos contactos. Si por ejemplo un profesor ha estado guardando la distancia de seguridad, se ha lavado las manos correctamente, no ha tenido más contacto que dar su clase y volver, y comienza a tener fiebre, el resto del grupo no tiene por qué verse afectado. Otra cosa es que la autoridad sanitaria, que es en última instancia la que tiene la última palabra, considerase otra cosa, y en ese caso hay un protocolo marcado por la propia Consejería de Sanidad sobre el aislamiento de los contactos, etcétera. Pero en condiciones normales el protocolo es este.

 

En el caso de un alumno se presume que entre sus contactos estarán todos sus compañeros, ¿no se determinará automáticamente el aislamiento preventivo, como poco, de todos los alumnos de esa clase? 

Esa medida la tendrá que determinar en cada caso la autoridad sanitaria si así lo considera. Será la que disponga qué se hace con los contactos, si son de riesgo o no, y es la que decide. El médico de cabecera determinará el riesgo de los contactos aplicando las pautas que indica Sanidad. Y en función de eso, el centro actuará en consecuencia, pero vuelvo a repetir que quien abre o cierra centros es la autoridad sanitaria, en ningún caso Educación.

 

Puede resultar llamativo que el protocolo no preestablezca si un positivo en una clase conlleve o no el aislamiento preventivo de su clase. 

Nuestro protocolo acaba donde empieza el de Sanidad, y el de Sanidad empieza una vez que el niño, el profesor o el trabajador del centro va al médico con los síntomas. El médico determina qué hay que hacer después, y lo que determina se hace. Yo creo que está todo muy medido, Sanidad tiene su protocolo, que es muy exhaustivo, y según cómo vea cada caso hará lo que tenga que hacer, pero una persona positiva o con síntomas no significará con carácter general cerrar el centro. Sanidad puede indicar que se hagan las pruebas a todos, que se cierre el aula, que se cierre el centro o que no se haga nada porque considere que el riesgo es bajo o no existe. Por eso son tan importantes las medidas de seguridad, porque si todo el mundo se las aplica se minimiza cualquier riesgo.

 

Para terminar, ¿algún consejo a padres, alumnos y profesores de cara al nuevo curso?

El mayor consejo es que estén tranquilos, que desde la Administración se está trabajando y preparando todo para garantizar que el curso empieza en septiembre de la manera más normal posible dentro de esta nueva normalidad a la que todos debemos adaptarnos.