"Igual que vamos al gimnasio, debemos saber gestionar la mente"

Javier Villahizán (SPC)
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Si hay una característica de este consultor metido a narrador es su capacidad de escuchar y de situarse en la condición del otro. Su experiencia y su talento por adaptarse hacen que Alex Brune se convierta en un perfecto compañero de viaje

"Igual que vamos al gimnasio, debemos saber gestionar la mente"

Consultor de éxito, emprendedor insaciable y trabajador con talento. Pero Alex Brune (pseudónimo), además de haber tocado el éxito con sus dedos también ha rozado la hiel de la amargura. Por eso, este escritor novel ha decidido plasmar en una especie de manual, 20 cosas que aprendí siendo millennial (Caligrama), una guía de supervivencia para las nuevas generaciones.


¿Por qué un libro sobre millenials?
Debido a mi trabajo, siempre hay un gran debate en torno a generaciones: millenials, la Y, los boomers. Siempre hay un debate generacional en el sentido de cómo vender a cada segmento.  
Yo, siendo millenial, he visto por mi trabajo muchos estudios de este tipo y me dije ¿por qué no escribir desde la perspectiva del millenial mis experiencias?

 

No es un libro de autoayuda, repite hasta la saciedad, pero ofrece un montón de consejos.
Y no lo es, aunque tenga mensajes potentes y ciertas moralejas o consejos. Tan solo intento exponer mis vivencias y si alguien puede aprovechar un poquito mi experiencia, con eso me doy por satisfecho.  

 

¿Cuál es el gran problema de nuestra sociedad?
Se ha hablado mucho de la pandemia, pero para mí la pandemia que me preocupa de verdad es la de la salud mental y creo que será el gran problema de nuestra generación.  Igual que vamos al gimnasio, debemos de tener nuestra mente en forma y saber dirigir y gestionar nuestros pensamientos, aceptar la frustración o disfrutar del éxito.

 

¿Qué es el éxito?
Hay que diferenciar que el éxito no es igual para todo el mundo. Hay gente que es feliz con un trabajo y un sueldo modesto pero una vida personal mucho más plena; y hay gente que tiene otras prioridades.

 

De hecho tiene muchos capítulos dedicados a la salud mental: la depresión, ir al terapeuta, los cenizos... ¿Hay que cuidar la sala de maquinas?
Esta es la parte que más me ha costado escribir porque yo siempre me he considerado optimista y de repente entre en un bucle. Me diagnosticaron depresión y dije, no puede ser, eso es de débiles, porque las enfermedades mentales están estigmatizadas a nivel social. Yo reconozco que me comí mi enfermedad en solitario y no se lo recomiendo a nadie. Tengo una frase en el libro que es muy significativa: Aprendiendo a vivir disfrazado de alguien a quien todo le va sobre ruedas. Y eso es lo que me pasaba a mí.


¿Cómo tiene que ser nuestra vida para ser feliz? ¿Hay que tener una existencia de notable para alcanzar ese umbral?
La gente aspira a una vida lo más plena posible y la vida nunca es o nunca va a ser perfecta. La perfección absoluta no existe y cuanto antes nos demos cuenta más felices seremos.

 

Cita a un tal Andrés, un discapacitado intelectual que rebosa felicidad. ¿Es el ejemplo a seguir?
Yo tenía un perjuicio hacia la gente con discapacidad y cuando conocí a Andrés descubrí que contaba con una vida social plena. Y me di cuenta que Andrés poseía muchas de las cosas que yo no tenía. Al final la felicidad depende de cada uno.

 

De hecho, casi todo el mundo ansía que le toque la Lotería. Pero, ¿el dinero da la felicidad?
Sí que da la felicidad, pero hay que valorar otras cosas y ahora con la pandemia la gente lo ha puesto en contexto.
Está comprobado que a partir de cierto baremo el incremento neto de felicidad por cada euro de más no varía. El dinero da la felicidad, pero hasta cierto punto, hay gente que tiene mucho dinero y está muy sola.

 

El trabajo ocupa un tercio de nuestra vida y es sustancial para desarrollarnos y contar con ingresos, sin embargo da la sensación de que las nuevas generaciones no valoran tanto este valor.
Que tú estudies no significa que vayas a tener el trabajo de tu vida. Lo que no puedes pretender es estar en la cima de la montaña cuando todo el mundo ha escalado siempre.

 

Habla también de talento y de suerte, pero el talento se consigue con trabajo y disciplina, ¿no?
El talento sin trabajo no da resultados a largo plazo. Pero también hay que desmitificar algunas cosas como, como por ejemplo que si trabajas mucho vas a conseguir algo. Cada uno tiene unos talentos que explotar y para que tenga plenamente éxito debe mezclarse con trabajo.


¿Cómo explicaría la relación éxito sin estudios?
Los estudios, obviamente, ayudan, pero hemos pasado de una generación que no estudiaba habitualmente una carrera a otra que si no estudiabas habías hecho algo mal. Hay gente que monta una empresa y tiene una visión empresarial sin tener estudios. Lo cierto es que a nivel de triunfar en el mundo empresarial se exigen otras muchas variables. Tendrás que saber tratar con gente, ser empático y también ser consciente de tus limitaciones.

 

Como residente en Cataluña, ¿cómo observa la situación política en esa comunidad?
A nivel político creo que estamos en una época de hooligans. Me da rabia, porque muchas de las cualidades que se me piden en mi posición de trabajo a nivel humano como ser empático, escuchar, adaptarme a la situación para llegar a acuerdos, no lo veo en la política. No creo que haya mucha diferencia entre los hooligans de determinados equipos de fútbol y algunos políticos.


¿Por qué utiliza tantas palabras en inglés?
Es una extrapolación a causa de mi trabajo y tiendes a deformar un poco el lenguaje. También es un rasgo del personaje, de Alex Brune.


¿Qué moraleja final ofrecería?
Que nos tenemos que dar cuenta de la gran fragilidad de nuestra propia existencia y si la COVID no nos ha enseñado eso no sé qué más tenemos que hacer. Tenemos que vivir el presente, tratando de ser felices y de hacer felices a la gente que nos rodea. Pero hay que hacerlo hoy porque el mañana es borroso. Por ejemplo, si tienes a tu madre, dala un beso cuando la veas, y si ves a un amigo, dile que te ha ayudado; no tengas pudor.