El alimoche Montejo llega a Segovia tras recorrer 850 km

DS
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"Montejo", un alimoche radiomarcado y seguido por GPS, ya campa por el Parque Natural de las Hoces del río Riaza. En la última etapa de su viaje, ha cruzado el Estrecho de Gibraltar y ha viajado por más de media Península Ibérica

El alimoche Montejo llega a Segovia tras recorrer 850 km

"Montejo", un alimoche radiomarcado y seguido por GPS, ya campa por el Parque Natural de las Hoces del río Riaza, tras haber pasado la noche en las cercanías de la localidad de Grajera. En la última etapa de su viaje, ha cruzado el Estrecho de Gibraltar y ha viajado por más de media Península Ibérica recorriendo una distancia de 850 km en 4 días, según publica en su web la ong WWF. 

Tras dejar atrás las zonas desérticas del norte de África, la mañana del jueves, "Montejo" madrugaba para afrontar uno de los momentos más difíciles y cruciales del viaje: el paso del Estrecho.

 

Para las grandes aves planeadoras, cruzar el Estrecho supone siempre un riesgo importante ya que sobre la superficie del mar no se generan las grandes corrientes térmicas ascendentes que estas aves usan para volar, aprovechando la gran envergadura de su alas. Y aunque el brazo mar que separa ambos continentes es relativamente pequeño, unos 15 km, existe otro elemento que complica el salto: los frecuentes vientos laterales que azotan esta zona y que empujan a las aves hacia mar abierto, zona donde se verían incapaces de sostenerse en el aire durante mucho tiempo.

Justamente esa mañana, un fuerte viento de levante, con rachas de 50 km/h, amenazaban con empujarle hacia el océano, alejándole de las costas europeas. Pero "Montejo" es una ave experimentada. Así, tras pasar por las inmediaciones de Chaoui, girar hacia el Este para compensar la direccion del viento, coger altura y llegar a una cota de casi 1.00 metros, se dirigió hacia la costa y entró en el estrecho por las inmediaciones de Alcazarseguir, entre Tánger y Ceuta.

El alimoche Montejo llega a Segovia tras recorrer 850 kmEl alimoche Montejo llega a Segovia tras recorrer 850 km

La travesía dura 45 minutos, tras lo que “Montejo” entra en la península por Punta Paloma, a la que llega con una altura de vuelo de 40 metros sobre le nivel del mar.

Después, se dirige a la localidad de Facinas y cambia de rumbo hacia el noreste para cruzar el Parque Natural de los Alcornocales hasta la localidad de Castellar de la Frontera (Cádiz), donde pasa la noche en las cercanías de su famoso castillo.

A partir del viernes 22 de marzo, su viaje parece trazado con regla y compás, ya que se dirige decididamente hacia el norte para pasar cerca de Ubrique (Cádiz), Écija (Sevilla) y llegar a Fuente Obejuna en pleno valle cordobés de los Pedroches, donde duerme.

Al día siguiente, prosigue hacia el norte para entrar en Extremadura por Almansa, cruzar las Villuercas volando cerca de Guadalupe y su Monsterio y descansar ya en Castilla-La Mancha, cerca del río Tajo, en la localidad de Valdeverdejo (Toledo).

El domingo comienza su última etapa. Cruza el valle del Tajo y se dirige hacia Calzada de Oropesa y entra en la provincia de Ávila, pasando entre Navalcán y Candeleda para continuar hacia Arenas de San Pedro y cruzar Gredos por el Puerto del Pico, volando a unos 1.800 metros de altitud. Acaba de cruzar el último gran obstáculo de su viaje y avanza decidido hacia la ciudad de Avila. Desde ahí prosigue en direccion noreste por la meseta norte volando en paralelo al espinazo del Sistema Central.

Último tramo

“Montejo” ha cogido gran altura y aprovecha para seguir raudo volando sobre las localidades hacia Sanchidrian Bernardos (Segovia) y Lastra de Cuellar, que sobrevuela a casi 2.600 metros del altitud y donde gira ligeramente al Este, para cruzar la autovía A-1 en Fresno de la Fuente y acabar su viaje en Grajera. Ya está en el extremo de su área de campeo.

Solo le quedan una docena de kilómetros para llegar a la zona donde crió en años anteriores, al sur de las Hoces del Riaza. Ahora toca descansar, porque en breve deberá empezar su segundo reto de esta primavera: encontrar a su pareja y reproducirse, pero esa es otra historia.