Tormenta en el PP

Pilar Cernuda
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El fracaso estrepitoso de los populares en las elecciones catalanas ha provocado, junto al anuncio del cambio de sede, un terremoto en los mismos cimientos de la formación con un líder cada vez más discutido

Tormenta en el PP - Foto: Zipi

No hay una sola insinuación entre los miembros más destacados del PP de que es necesario relevar a Pablo Casado. Cosa distinta es la confesión de que es necesario hacer cambios, con Teodoro García Egea como centro de las críticas. 

Esta periodista no ha escuchado ni una palabra en defensa del secretario general del PP, ni una. Todo lo contrario, le hacen responsable de los males que aquejan al partido, que son muchos, y de los que quedan por llegar si Teo, como le llama todo el mundo, continúa en el cargo. Le reconocen un único mérito: fue quien negoció, junto con Javier Maroto, los acuerdos con Ciudadanos y Vox que permitieron al PP gobernar en un buen número de gobiernos regionales y municipales. Pero desde entonces, dicen unos y otros, lo único que ha hecho es desbaratar el PP.

En Génova se vivió una tormenta la noche del 14-F. Ni en sus peores momentos barajaron tres escaños en el Parlament. Pero esa tormenta fue un tsunami el pasado martes, cuando Casado anunció que el partido abandonaba la sede del PP porque, según explicó, había albergado una corrupción de la que el PP actual, el PP renovado, quería marcar distancias.

En la reunión de la directiva, los barones más importantes, excepto Ayuso, reaccionaron con un sonoro silencio. Los pocos que hablaron con periodistas se muestran leales al presidente, pero reconocen que es un error el abandono de Génova 13. Porque con ese anuncio se asume que la corrupción ha sido una seña de identidad del PP, lo que da munición a Sánchez. 

Respecto a la insistencia de Casado y Egea en declarar que en la dirección no hay nadie de la época anterior... Claro que hay. Empezando por el propio Casado y siguiendo por Ana Pastor, Elvira Rodríguez, Javier Maroto y el tesorero Sebastián González. Como decía un miembro destacado, «Se debe tener cuidado cuando se hacen declaraciones tan categóricas». Por no mencionar, añadía, que el palentino ganó las primarias gracias a un pacto con Cospedal, porque fue Soraya quien venció en la primera vuelta. Y la exsecretaria general es una de las personas que investiga la Policía por el caso Bárcenas. 

 

Metedura de pata

El castellano y leonés no ha salido bien parado del desafío catalán, y eso que se volcó en la campaña. Conocido el pésimo resultado, Casado y Egea pusieron el acento en que lo que importa son las generales y que las elecciones en Cataluña no se asemejan a ninguna otra por sus especiales características, las exigencias independentistas y cómo afectan esas exigencias al Gobierno central y al resto de España. Sin embargo, esa reflexión de que para el PP no era tan relevante se viene abajo al recordar que Casado se implicó a fondo en la campaña -con alguna importante metedura de pata- y que además dio instrucciones de que la dirección se trasladara a Cataluña los últimos días para sumarse a la campaña y pedir el voto para el PP. Y allí estuvieron todos.

El próximo reto del binomio Casado-Egea es, en primer lugar, tomar una decisión sobre la sede. Una vez que la directiva nacional apruebe el traslado, llega el momento de los números y ver si es mejor vender o alquilar. Segundo, en pocas semanas se celebran los congresos provinciales, y ahí esperan los barones al secretario general, que se ha empeñado en cambiar a los responsables provinciales para colocar a personas de su cuerda... y empezar a mover la silla a los presidentes regionales.

Feijóo ha advertido que no va a admitir que meta la mano en Galicia, y como es el barón indiscutible, que además gobierna con mayoría absoluta, en principio nadie va a tocar a ninguno de los dirigentes gallegos. Mañueco ya ha puesto el grito en el cielo porque Egea pretende deshacerse de presidentes provinciales que son referentes en su circunscripción, y la batalla entre el presidente regional castellano y leonés y el murciano va a ser a muerte. Otros presidentes, entre ellos Juanma Moreno, ya han advertido a Génova que si Egea no negocia con ellos los cambios, se puede encontrar con que no le va a ser fácil convocar los congresos. Es decir, los líderes regionales son leales a Casado y quieren seguir siéndolo, pero el silencio con que recibieron el anuncio del cambio de sede durante su discurso, ya apuntaba que no iban a resignarse a aceptar todo lo que llegara del número dos por la simple razón de que ocupa la Secretaría General. 

Hablaron la mayoría de los barones entre sí después de la reunión, y estos últimos días telefónicamente. Y es unánime la crítica hacia cómo se toman las decisiones en la sede nacional. En contra de lo que han dicho distintos miembros de la dirección, las elecciones de Cataluña sí eran importantes para el partido, por lo que es preocupante el catastrófico resultado. Más todavía teniendo en cuenta que es también unánime el comentario de que Alejandro Fernández era un buen candidato. El resultado lo achacan por tanto a la pésima campaña, incluido el desembarco masivo de la cúpula, como a la falta de estrategia de comunicación, que es queja habitual desde que Casado lidera el partido.

 

Fusión con Ciudadanos

¿Qué va a ocurrir ahora? Los rumores se disparan, algunos pintorescos -así lo define una persona del círculo más próximo a Casado- como la supuesta iniciativa del palentino de fusionar el PP y Ciudadanos, idea en la que Rivera jugaría un papel importante. Esa persona cercana a Casado afirma que el presidente del PP mantiene buenas relaciones con Arrimadas y Rivera, pero el nombre de Rivera solo se menciona en los despachos de la séptima planta -la importante de Génova- porque asesora al PP en cuestiones legales, ya que desde que dejó la política trabaja en un bufete de abogados.

Otro rumor apunta a que Alberto Núñez Feijóo prepara su desembarco en Génova. No parece que esa sea la intención del presidente de la Xunta de Galicia, aunque desde que decidió no presentar su candidatura a la Presidencia sigue recibiendo recaditos de personas que le presionan para que dé el salto. El orensano gana puntos día a día, más aún desde que revalidó la mayoría absoluta, pero está volcado en su región y en la lucha contra la pandemia. Cómo se plantea su futuro, solo él lo sabe; o quizá no lo sabe. Actuará en función de cómo se desarrollen las cosas. 

Ahora mismo, lo que más importa a los dirigentes nacionales y regionales del PP, lo que más les preocupa, es cómo potenciar el partido. Y eso no se soluciona renunciando a la simbólica sede, convocando una convención en otoño o cambiando dirigentes provinciales. La solución pasa, y es comentario que se escucha permanentemente, por conseguir que Casado comprenda que si no hace cambios en su equipo actual, el PP no ganará las elecciones generales.