Resonancia con Disney

A.M.
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El Hospital General confía en recuperar con un nuevo equipo, el tercero que existe en España, a un centenar de pacientes reacios a practicarse una prueba por claustrofobia

Franciso Javier Rodríguez Recio, jefe del servicio de Radiodiagnóstico, muestra el nuevo equipo, más ancho que los anteriores. - Foto: Rosa Blanco

Un nuevo equipo de resonancia magnética, instalado en el Hospital General de Segovia, donde también estrena ubicación, el tercero de sus características que se encuentra en España, aporta novedades en relación a los anteriores que pueden acabar con la sensación de claustrofobia de algunos pacientes, hasta ahora necesitados de sedación, aparte de contribuir con la mejora del medio ambiente por su menor consumo energético y de helio, un gas necesario para refrigerar la máquina que se extrae a partir del gas natural. 

Con un coste que supera los 1,4 millones de euros, el primer paciente fue examinado este 15 de junio, pocos días antes de que visitara la instalación la consejera de Sanidad Verónica Casado. Ahora el reto del Servicio de Radiodiagnóstico, cuya jegfatura la ostenta el doctor Francisco Javier Rodríguez Recio, es tratar de convencer al centenar de personas que tienen pendiente una resonancia pero que solo podían entrar en el tubo sedadas, lo que ha sido difícil en estos momentos de covid donde los anestesistas han estado pendientes de los pacientes críticos.

El equipo sustituye a otro de hace quince años y su tecnología es completamente distinta, se pasa de la analógica a la digital, lo que redunda en una mayor velocidad de los procesos y la transformación de datos y mejora sustancialmente la elaboración del diagnóstico. 

Un segundo dato aportado por Rodríguez Recio, no menos importante, es la morfología de la máquina, con un ‘gantry’ (espacio donde se sitúa el paciente), que es lo que producía la claustrofobia, más ancho, de 70 centímetros, un 40% más que otros anteriores. Y lo que también va a notar el paciente es el ambiente, lo que influirá en su relajación, porque está estudiado para que la sensación de claustrofobia sea lo menor posible.  

Cuando entre quien se vaya a realizar una prueba seleccionará un espacio donde quiera estar, puede ser acuático o paisajes montañosos, por ejemplo,  en el que se verá inmerso a través de luces, sonido y una proyección que podrá ver cuando está dentro del equipo, proporcionándole una sensación de relajación. Rodríguez Recio subraya que «está muy estudiado por psicólogos para que se aminore lo máximo posible la sensación de claustrofobia». 

Hay material multimedia para niños, en los que se pueden sentir como si estuvieran inmersos en el agua,  mientras que los adultos pueden viajar a la naturaleza, Asia o Europa, por ejemplo, escuchando una música próxima al estilo chill out. Una de las características que tiene esta resonancia es que  el sonido repetitivo cuando se llevan a cabo las secuencias se ha reducido, lo que unido al ambiente que se crea en la sala «vamos a conseguir que el paciente esté más relajado, puede configurar cualquier opción», matiza Rodríguez Recio. Cuando se inauguró el equipo, la empresa Philips, adjudicataria de la contrata,  informó de que había llegado a un acuerdo para que los entornos virtuales puedan ser de la factoria Disney.

Luego va a mejorar algo que el paciente no va a ver directamente, que es su diagnóstico, el jefe del servicio afirma que «tenemos una máquina con una capacidad de realizar más técnicas de las que estábamos haciendo, con mejor resolución y mayor calidad de imagen con lo cual vamos a poder acercarnos mejor al diagnóstico, que es el objetivo del estudio». 

Una resonancia sencilla, de rodilla o columna, tarda unos 25 minutos, mientras que la más compleja, como el estudio del cuerpo completo, se acerca a 50 minutos. Con el anterior equipo se han realizado 4.500 pruebas en un año, con el nuevo se espera superar las 5.000, incluso se podrían alcanzar las 5.500 exploraciones. 

Rodríguez Recio explica que los porcentajes internacionales de pacientes que requieren algún tipo de sedación para poder entrar en el equipo porque no aguantan esa sensación que puede ser un poco cerrada, claustrofóbica, está entre el 5 y el 7%.

Asegura que «hay muchos que dicen que si no están completamente dormidos no pueden entrar en estas máquinas de resonancia magnética, y ahí necesitamos la intervención de los anestesistas». Sin embargo estos profesionales han tenido trabajo acumulado con los pacientes críticos de covid, por lo que, en la actualidad, en el Hospital General hay unos 100 pacientes pendientes de que una resonancia con sedación.

El jefe del servicio se muestra optimista porque, la semana pasada, probaron en el nuevo equipo con un paciente que se había hecho tres resonancias previamente con sedación: «Le explicamos la nueva sensación, lo intentó y salió encantado, es la primera vez que podía entrar sin la angustia y el temor que le da un espacio cerrado». El equipo de Radiodiagnóstico ha mantenido conversaciones con los psicólogos del hospital para comenzar un estudio e  ir llamando a este centenar de pacientes y explicarles que vean el entorno nuevo y comprobar si pierden el miedo, para hacer el estudio sin sedación. Confían en que, al menos, cambie de opinión el 50% de quienes esperan la prueba. 

Al tratarse de un imán muy potente, necesita refrigeración, que se realiza con helio, un gas que no se puede producir y es muy caro, al emplearse desde medicina a tecnología aeroespacial, todo lo que precise criogenia. En la máquina de resonancia magnética que se ha empleado hasta ahora se utilizaban entre 1.000 y 1.500 litros de helio, que se perdían cada vez que se producía una avería. El nuevo equipo tiene un circuito cerrado de helio de siete litros solo y no necesita reposición. Además, el consumo de electricidad baja más de la mitad. 

El servicio de Radiología ya abre mañana y tarde, de lunes a viernes, recuerda Rodríguez Recio pero, como el número de pruebas se incrementa cada vez más, se necesitan más espacios y por eso se va imponiendo la filosofía de abrir sábados y domingos, incluso en algunos hospitales se están realizando pruebas de noche, para gente joven que podría acudir entre las diez de la noche y la una de la madrugada. La máquina de resonancia tiene que estar todo el día encendida, no se pueden parar, hay que aprovechar al máximo su uso, «luego tenemos que buscar el tiempo del radiólogo para informarlo, pero el equipo debemos utilizarla al máximo» admite Rodríguez.