Los postes frenan al CD La Granja (2-0)

A. S. G.-Diario de Ávila
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2
Real Ávila
0
CD La Granja
Finalizado
El equipo de Ricardo de Andrés cae en Ávila tras estrellarse tres veces contra los palos.

El Real Ávila se ha convertido en un equipo complicado de descifrar. Capaz de lo mejor y lo peor, sigue racionando las alegrías. Tiene mucho que dar pero lo ofrece a cuentagotas. Ilusiona por momentos y desespera a propios y extraños cuando su conformismo le lleva a especular hasta el punto de terminar pidiendo la hora partido tras partido. Que el rival también juega, aprieta, presiona o muerde es una realidad. Sin embargo los encarnados parecen conformarse con muy poco. Lo hicieron de nuevo ante La Granja, para desesperación del público y su propio entrenador, José Manuel Jimeno, contento con la primera parte de los suyos y disgustado con la segunda. No es para menos. De no ser por la madera –hasta en tres ocasiones se estrelló el equipo segoviano con los postes o el larguero– quizás el cabreo habría tornado en disgusto tras haber podido pasar por encima del rival en una plácida tarde de domingo y sin embargo terminar en sus manos mirando la hora y con el ‘run run’ en la grada de fondo. Y es que sumar es importante, pero los tres puntos no deberían ser el único objetivo.   

No tardaron en desnivelar  el partido a su favor los encarnados. Apenas 15 minutos, los que tardó Domingo en fabricar el primero de la tarde. Amagó en la frontal el regate hacia adentro y se marchó por fuera, en paralelo al área, para servir un buen centro que Rubén Ramiro remataba con una gran volea. A la altura de su zurdazo estuvo la parada de Loren, que suficiente tuvo con desviar el cuero.  Estuvo listo Calderón, cuya rentabilidad cada partido es indiscutible. Cuando juega, marca. Se lanzó a por el cuero de cabeza para poner el 1-0. No hubo belleza en la ejecución pero sí eficacia, que es lo que se le pide a un delantero. Con el gol del ecuatoriano llegaron los mejores minutos de los encarnados.  

Tras un arranque espeso el Real Ávila se volvió liviano. Empezó a circular el balón y empezó a correr Rubén Ramiro, que estaba en todas. Desde fuera del área la enganchó con fuerza, pero se le fue alto. Poco después volvería a tener otra gran oportunidad pero cruzaba en exceso su disparo. Si los encarnados eran ambiciosos La Granja podía salir goleada del Adolfo Suárez. Porque los de Ricardo se ahogaban en tres cuartos del campo. Dani y Ayón eran incapaces de superar a Tena, Marcos y Pascual, los tres centrales en la tarde del domingo. Pudo llegar el 2-0 antes de la media hora y de nuevo a cabezazo de Calderón. Sólo tenía que empujarla en el área pequeña, pero la mando extrañamente fuera.

Dominaba el marcador y el partido un Real Ávila que necesitaba de muy poco para superar a un rival que no tenía claro lo que hacer. Tan poco necesitó el equipo de Jimeno para ampliar su renta que el 2-0 llegaría con la ayuda de Quique, que hacía el segundo en propia puerta. Tras una gran jugada de Calderón por banda, servía el pase de la muerte para que Garrido metiera la guadaña. Trató de despejarla Quique, que despistó a todos, incluido Loren, que veía como su central firmaba el 2-0.   El Real Ávila se marchaba a vestuarios con los deberes hechos y con un rival totalmente en sus manos. Mucho tendrían que cambiar las cosas para ver otro partido en la segunda parte. Y cambió.

Ordenó Ricardo a los suyos subir la presión, jugar más directo. Pero sobre todo dio entrada a Velasco y Lázaro, su mejor jugador. La imagen fue otra. Llegó el primer disparo de los segovianos en el 52’ y no estuvo mal encaminado Ibra, aunque su remate se marchó alto. Era el primer aviso. El Ávila había salido dormido, apático. Yde la apatía al primer susto. Arrancó Lázaro –minuto 55– con fuerza para dejar atrás a todos y encarar a Johan, que desvió de primeras. Dani quiso cazarla de cabeza pero su remate se encontró con el palo. El primero de la tarde. Jugaba con fuego el Real Ávila. Tenía un 2-0 a su favor, pero los encarnados nada tenían que ver con lo visto en la primera mitad. Ni siquiera la entrada de Manu Sánchez sirvió para cambiar el panorama. Ahora era La Granja la que hacía méritos para cambiar el marcador a su favor.

Volvería a sonreírle la suerte de nuevo al equipo encarnado. Esta vez era Dani el que la rompía con fuerza. Su disparo se estrellaba con el larguero, que escupía el que podía haber sido el 2-1. Empezaba a merecer mejor suerte y marcador La Granja ante un Real Ávila que incomprensiblemente había desaparecido del terreno de juego. Se ganaba 2-0 pero el público empezaba a mostrar cierto malestar con los suyos.

Dicen que no hay dos sin tres.Por tercera vez la madera jugaría del lado de los encarnados. Esta vez era Velasco el que remataba –minuto 77– en el área ante un nuevo desbarajuste de los locales. Mantenía Johan su portería a cero para desesperación de los segovianos, que pedirían penalti en un despeje de puños del dominicano. En su salida arrolló con todo, incluido Velasco, que terminó dolorido en el suelo.  

Ya sin tiempo la última oportunidad sería para el Real Ávila, que se pudo encontrar con un 3-0 en una preciosa falta sin apenas ángulo de Sergio Ramos que Loren conseguía a desviar. Hubiera sido un resultado engañoso. Como acabó siendo el 2-0.