Desafíos de la innovación en la era post COVID-19

C.A. (SPC)
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El coronavirus ha puesto de manifiesto la oportunidad que representa el uso de nuevas tecnologías para realizar consultas remotas, poner en contacto a pacientes aislados con sus familias o para monitorizar camas fuera de las UCIs. Son aspectos claves para mejorar el sistema sanitario, pero se han implantado de forma improvisada y ahora el desafío está en incorporar estas herramientas de forma ordenada. Para ello, será clave una mayor inversión en salud y la colaboración público-privada, tal y como se concluyó recientemente en un encuentro virtual sobre innovación tecnológica organizado por la Universidad Politécnica de Madrid y la Fundación Pfizer. Solo así será posible que mecanismos como la telemedicina formen parte del día a día. 

Para Sergio Rodríguez, presidente de la Fundación, el incremento de las nuevas tecnologías «ha revolucionado» el sistema sanitario y aboga porque esta colaboración entre las empresas y las instituciones «no quede en algo puntual» sino que forme parte de la nueva normalidad de las relaciones, permitiendo así que «la innovación se convierta en el motor de la sanidad».

Los expertos mantienen que hacer realidad estos cambios será todo un reto, porque no solo requiere de medios materiales, sino que también hacen falta nuevos protocolos y formación para médicos y pacientes. Esta transformación va a ser beneficiosa para todos pero será complicada para los facultativos, ya que tendrán que cambiar totalmente su forma de trabajar. También traerá cambios para los pacientes, porque de ellos se espera que sean más participativos a la hora de facilitar sus datos personales de lo que lo eran antes de la crisis.