Los 14 segovianos de Mauthausen

Sergio Arribas
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Una treintena de segovianos, exiliados en Francia, fueron deportados a campos de concentración nazi; la mitad fueron asesinados en Mauthausen y Gusen, según el listado que acaba de publicar el Gobierno en el BOE

El 5 de mayo de 1945 se liberó Mauthausen. Los republicanos españoles recibieron a las tropas estadounidenses con un gran cartel. - Foto: D.S.

El 17 de julio de 1936, al tenerse noticia de la sublevación del Ejército de África, el entonces gobernador civil de Segovia, Adolfo Chacón de la Mata, mandó concentrar en la capital a todas las fuerzas de la Guadia Civil de la provincia. La noticia del ‘alzamiento’ corrió como la pólvora y hasta el Gobierno civil también acudió el sepulvedano Fermín Cristóbal, secretario de la Casa del Pueblo y de la Diputación Provincial. La decisión de ambos resultó fatal. El día 19 por la mañana se produjo la sublevación de las unidades militares de la ciudad, apoyadas por la Guardia Civil. Chacón de la Mata fue detenido por los sublevados. Poco después fue trasladado a Valladolid, juzgado, condenado a muerte y ejecutado. A Fermín se le perdió la pista. 

«Fue al Gobierno civil y jamás volvió a casa», recordaba su nieta Cristina Cristóbal, hace cinco años, en un acto organizado por el Foro de la Memoria de Segovia, con motivo del Día Internacional de la Víctimas del Holocausto. Fermín murió asesinado el 9 de febrero de 1945, a los 50 años, en el campo de concentración de Dachau, a 13 kilómetros al noroeste de Munich, a más de 1.900 kilómetros de Segovia. 

Es uno de los 14 republicanos segovianos que perdieron la vida en los campos de concentración nazis, sobre un total de 5.122 españoles. Eran republicanos que habían cruzado la frontera francesa en los últimos meses de la Guerra Civil. El 80% de los españoles que llegaron a los campos del III Reich fueron hechos prisioneros de guerra por la Wehrmacht cuando invadió Francia en la primavera de 1940. La mayoría fueron enviadas, desde agosto de 1940 y hasta principios de 1942, al campo de concentración de Mauthausen; con el beneplácito del Gobierno de Franco, que acordó con la cúpula nazi el destino de los prisioneros, considerados «apátridas».

El listado de víctimas fue publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), el pasado 9 de agosto, por orden de la magistrada-juez encargada del Registro Civil Central, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. Son los datos de 4.427 republicanos españoles que murieron en el campo de Mauthausen-Gusen, procedentes de aquellos diez tomos que proporcionó Francia y que el régimen franquista arrinconó en un cajón en la sede del organismo y que olvidó a propósito; evitando que los familiares de las víctimas pudieran reclamar compensaciones tanto a Alemania como a Francia. A esos nombres que aparecen en los viejos libros, se han añadido 695 más tras el trabajo de investigación y cotejo con otras bases de datos de un grupo de historiadores, dirigidos por el profesor Gutmaro Gómez Bravo. Los familiares e interesados tendrán la posibilidad de presentar alegaciones y solicitar correcciones en el plazo de un mes, con el propósito de ser incluídos en el registro de fallecidos, estatus que todavía no tenían.

Tren de la muerte. El nombre de Fermín Cristóbal—su hijo Buenaventura fue preso del franquismo durante cinco años—no figuraba en aquellos viejos libros, aunque sí aparece ahora en el listado. Su familia supo de su muerte en julio de 1953, ocho años después de su desaparición, gracias a las gestiones que realizó en Suiza el delegado del comité internacional de la Cruz Roja, que comunicó el certificado de su muerte en Dachau «por causas desconocidas». Era un eufemismo. Todos los republicanos españoles cautivos que fallecieron en los campos lo hicieron por las duras condiciones de vida, donde la hambruna se unia a unos trabajos forzados hasta la extenuación. Aquellos presos que presentaban un estado físico que les impedía trabajar eran fusilados o bien asesinados con gas o inyecciones letales. Fermín pasó por varios campos de refugiados franceses; hasta que en 1944 fue enviado en el ‘tren de la muerte’ a Dachau. De las 407 personas que tomaron aquel convoy, solo llegaron con vida 315 al campo de concentración el 28 de agosto de 1944.

El BOE publica 14 nombres de segovianos fallecidos en los campos de concentración nazis. De ellos, tres nombres no aparecían en los viejos libros. Además de Fermín Cristóbal, la publicación menciona a Eusebio Manzanares, natural de Duruelo, también asesinado en Dachau, a los 59 años; y a Adolfo Marcos, de Ituero, que falleció a los 29 años en el campo de Kôln-Klin-Gelpútz. El Foro de la Memoria de Segovia no tenía conocimiento de la existencia de estos dos últimos. El resto de los segovianos fueron asesinados en Mauthausen-Gusen.

No aparece en el listado publicado en el BOE el nombre de Félix Bartolomé Barrero, de El Espinar, que falleció en Gusen en 1942, según recoge, por su parte,  el libro ‘Memorial. Españoles deportados a los campos nazis (1940-1945)’, editado por el Ministerio de Cultura en 2006. 

Los libros suponen la recopilación de fichas de identidad que realizaban los prisioneros por encargo de los alemanes, de manera que, al trasladar los datos de viva voz, los investigadores avisan de el archivo puede contener errores de transcripción. En este sentido, el Foro también ha observado algunos «errores» en el BOE en relación a los pueblos de origen de dos republicanos asesinados (Sequera del Fresno y Perorrubio). Por otro lado, el Foro, de acuerdo también la obra publicada por el Ministerio de Cultura en 2006, señala que otros 14 segovianos más pasaron por distintos campos nazis (Mauthausen, Dachau o Wöbbelin) y sobrevivieron, al ser liberados por los aliados, todos ellos en 1945. Hace unos años incorporaron otro nombre, Agustín Herrero, de quien se desconoce cual fue su final.

El Foro calcula que fueron 30 los segovianos que pasaron por los campos de concentración de la Alemania nazi: 14 fueron liberados, 15 fueron asesinados —los 14 que figuran en el BOE más el espinariego Félix Bartolomé— y uno más (Agustín Herrero) tuvo un final desconocido.

«Es un avance para la reparación de las víctimas» 

El historiador y presidente del Foro de la Memoria de Segovia, Juan Carlos García-Funes sostiene que la publicación de la lista actualizada de las víctimas supone, por un lado, una «buena noticia» para completar la información de la tragedia de estos españoles que sufrieron dos guerras y murieron asesinados en Mauthausen y Gusen. «Que se haya podido acceder a los libros, que gobiernos anteriores habían denegado, es muy positivo, porque nos permitirá cotejar datos y tener una información más completa de hechos tan atroces».

Por otro lado, razona García-Funes, la investigación para poner nombres y apellidos a los fallecidos en los campos nazis, que se ha nutrido de fondos de asociaciones como la Amical de Mathausen, supone un «avance» para la reparación de las víctimas con efectos jurídicos, ya que podrán ser inscritos como españoles fallecidos en el extranjero. «Podrán acceder a derechos, como víctimas de crímenes de lesa humanidad, que les han sido negados, pese a ser reconocidos por instituciones internacionales», apunta García-Funes, que considera que «queda pendiente una declaración pública e institucional de condena del Gobierno franquista que amparó la deportación y asesinato de estos españoles». García-Funes, autor del libro ‘A recoger bombas. Batallones de trabajo forzado en Castilla y León’, considera que el Gobierno debe dar más pasos, como el declarar «ilegítimos» los tribunales que impusieron condenas a estos españoles que, por esta circunstancia, tuvieron que huir para morir asesinados por los nazis.

 

LOS 14 SEGOVIANOS ASESINADOS EN MAUTHAUSEN-GUSEN

Adolfo Marcos Hernández. Nació en Ituero y falleció a los 29 años (11 de agosto de 1943) en el campo de Kôlm-Klin-Gelpútz. No estaba incluído en los libros entregados al régimen de Franco.
Alejandro del Real Puente. De Valverde del Majano, falleció en Gusen, a los 34 años, el 18 de marzo de 1941.

Andrés Velasco Moreno. Natural de La Granja, falleció el 7 de noviembre de 1941, en el campo de Gusen, a los 42 años.

Antonio Arranz Barrio. Nació en Segovia capital. Murió en Gusen, a los 45 años, un 16 de noviembre de 1941.
Desiderio Aragonés Cubo. Tenía 35 años cuando este segoviano, natural de Vegas de Matute, falleció en el campo de Gusen. Fue un 12 de noviembre de 1941.

Eusebio Manzanares Barrera. Natural de Duruelo, tenía 59 años cuando falleció, un 31 de enero de 1945, en el campo de Dachau. Es uno de los 695 asesinados que no figuraban en los libros.

Fermín Cristóbal López. Sepulvedano, falleció en Dachau el 9 de febrero de 1945. Tenía 50 años. Su nombre no aparece en los viejos libros entregados por Francia al régimen franquista.

Fidel Barrio Carrasco. De Zarzuela del Monte, tenía 33 años cuando fue asesinado en Gusen. Murió el 22 de noviembre de 1941.

Florencio Abad Alberto. De la capital segoviana, su fallecimiento se sitúa un 18 de abril de 1942 en Gusen, a los 38 años.

Joaquín Gil González. Tenía apenas 25 años cuando fue asesinado en el campo de Gusen, un 20 de noviembre de 1941. Era natural de Navafría.

José Herranz Pazo. Falleció en Gusen el 29 de septiembre de 1941. Natural de Perorrubio (el BOE indica, por error, Pradorrubio), fue asesinado a los 21 años.

Marcelino Vela Triviño. Era de Santa María la Real de Nieva y acabó en el campo de Gusen, donde murió, a la edad de 43 años, el 14 de enero de 1942.

Ovidio Pascual Martínez. De Sequera del Fresno también fue asesinado en Gusen, el 22 de enero de 1942. Tenía 31 años. El BOE confunde su pueblo de origen, al que se refiere como Segura en lugar de Sequera.

Teodoro perlado Calleja. Asesinado el 14 de enero de 1941, en Gusen. Natural de Valdevarnes. Tenía 24 años.