"La investigación médica de Segovia merece la pena"

Aurelio Martín
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El nuevo director de la Fundación Científica del Colegio de Médicos, José Mariano Hernández, habla de sus proyectos.

Convencido de que en Segovia hay muchos proyectos de investigación que merecen la pena, «más de los que la gente se cree», el director de la Fundación Científica del Colegio de Médicos, José Mariano Hernández Martín, habla en esta entrevista de sus proyectos en torno a tres aspectos fundamentales:  la formación, la investigación y la conexión de la profesión con la sociedad. Recién jubilado –su último puesto fue el de jefe del servicio de Hematología del Hospital general de Segovia, donde presidió la Comisión de Investigación– reconoce que existen grandes riesgos de olvidar el aspecto humanista de la medicina  «cuando estamos en la vorágine del trabajo, absorbidos por una presión asistencial bastante fuerte».

Al llegar a la dirección de este órgano del Colegio de Médicos de Segovia ha hablado de la necesidad de proporcionar a los colegiados una formación continuada,  tanto en sesiones científicas como en el aspecto humanista de la medicina, ¿qué competencias tiene la Fundación Científica?.

La fundación es un instrumento que, hace doce años, se dio el Colegio de Médicos, para gestionar mejor las labores que competían fundamentalmente a la formación de los colegiados, la investigación y la conexión con la sociedad.  En la formación hay una parte que podríamos llamar puramente científica, que es fundamental, pero no debemos descuidar aspectos humanistas de la medicina. Hay cuestiones como las de conocer la historia de la medicina, que proporciona una perspectiva diferente de los problemas actuales, sin olvidar los problemas éticos y deontológicos porque, en estos tiempos, los avances científicos nos proporcionan cada vez más retos.  De hecho el Colegio ha organizado con gran éxito, este año, un congreso sobre deontología.

¿En cierta manera piensa que se ha perdido este aspecto humanista en la medicina?

No del todo, pero es cierto que tenemos grandes riesgos de olvidarlo cuando estamos en la vorágine del trabajo, absorbidos por una presión asistencial bastante fuerte. No se ha perdido de ninguna forma porque, desde hace dos decenios, se ha propugnado la existencia de comités asistenciales de ética que han aportado muchísimo a la práctica diaria, aparte de que los ensayos clínicos han sido regulados por comités éticos de investigación que analizan, no solo el aspecto científico de éstos, por ejemplo, sino también el ético. 

La vicepresidenta primera del Colegio y vocal de médicos de Atención Primaria, Marina de la Infanta, se preguntó en una intervención durante una fiesta patronal, hace dos años, «¿cuándo comenzó a considerarse la relación médico-paciente una acuerdo mercantil?»,  ¿realmente nos encontramos en este punto?

El problema es que, a pesar de que haya un aspecto de relación con un patrono [la Administración sanitaria],  éste entienda que el servicio prestado por el personal sanitario tiene una dimensión especial y que el médico luche por mantener esa relación directa con el paciente. La medicina en España ha avanzado a raíz de que se extendió y fortaleció el sistema de sanidad pública, evidentemente a costa de que los médicos y todo el personal sanitario dependieran de un organismo público pero eso no quiere decir que haya que perder el lado ético y humanista. Y  lo mismo es aplicable a la relación laboral con entes privados. No creo que el problema sea la dependencia de alguien, lo mercantil, sino que viene cuando hay una excesiva presión en la relación laboral donde no se tiene en cuenta que hay que reservar un tiempo del personal sanitario, no solo para la asistencia, sino también para la formación continuada y para la investigación.   

¿Qué puede decir de la respuesta de algún paciente con agresiones a los facultativos y personal sanitario?.

Es un fenómeno muy complejo, hablo a nivel personal, es posiblemente una consecuencia indirecta de la funcionarialización de la medicina que ha existido durante muchos años, de que se ha vendido la idea de que el médico era un funcionario que tenía la obligación de…, lo cual es cierto, pero, al mismo tiempo, se ha olvidado que la población entendiera que hay que contemplar otros aspectos en la relación médico-paciente. Eso unido a que, si uno aumenta el porcentaje de población sujeta a asistencia, en la misma medida debe crecer el porcentaje de personas que se dedican a ello y eso no siempre ha ocurrido, sobre todo en los últimos años con la crisis y los recortes. Es notorio el desequilibrio de la ratio entre personal sanitario y la población a asistir. Todos éstos son aspectos   que inciden en que hayan podido incrementarse las agresiones. 

¿Cuáles serán los objetivos en cuanto a formación?

Algo tan sencillo como llevar a cabo una formación continuada de los colegiados,  lo que le da un aspecto diferente es que en el Colegio hay todo tipo de médicos, tanto de asistencia pública como privada, atención hospitalaria y primaria… Tenemos una amplia diana a la que dirigirnos. Hay que tener en cuenta que es el sistema sanitario, el empleador de los médicos, sea público o privado, quien tiene el derecho y el deber de proporcionar la formación continuada, no obstante nosotros  también tenemos esa obligación, pero no estamos para competir sino para complementar los posibles déficit que se puedan registrar.  Me gustaría hacer un llamamiento a los médicos, en primer lugar,  para que cooperen en estos aspectos, que son las funciones de la Fundación Científica, de la que me hago responsable, y asimismo llamar la atención a organismos públicos y privados, para que nos tengan en cuenta, para que trabajemos juntos, aún sabiendo que también tienen escasos recursos. 

Otro de los pilares de su trabajo es la investigación, que ya ha advertido que muy cara y los medios son limitados…

Hay que ser realista, una fundación científica no puede dejar de lado la investigación.  Hay distintos tipos, por un lado, la investigación clínica en un sentido amplio, que se basa simplemente en los datos clínicos del paciente, y luego existe una investigación biológica que debe ser traslacional, son resultados que se apliquen a la práctica asistencial, que es tremendamente cara y lógicamente hay que limitarla a centros muy concretos para conseguir la máxima rentabilidad de los medios empleados. En Segovia se puede hacer perfectamente investigación, por un lado en el campo puramente clínico-epidemiológico porque, aunque somos una población pequeña que no alcanza los 160.000 habitantes, eso propicia que pueda ser más estrecha la relación entre la atención hospitalaria y la primaria y, por tanto,la recogida de datos sobre el seguimiento del paciente pueda mejorarse. El otro campo donde no se puede dejar de trabajar es en la cooperación con los grandes grupos, hacer investigación cooperativa. La investigación no es ya dependiente de la idea de un único brillante investigador aislado en un pequeño laboratorio,  necesita de la actividad de todo el equipo para recoger los datos clínicos humanos, las enseñanzas que nos transmiten los enfermos, día a día, que se deben recopilar y unirlos a datos biológicos estudiados por el mismo u otros equipos  porque necesitamos grandes cantidades de datos para poder sacar conclusiones válidas.   

Como antiguo presidente de la Comisión de Investigación del Hospital General, teniendo en cuenta también que ustedes conceden premios en está área a los colegiados,  ¿cuál es el nivel de los profesionales de la medicina? 

Una de las aspiraciones del Colegio es poder conseguir algunos medios más para poder ampliar la aportación a esta cuestión. Ahora la única forma son los premios al mejor artículo y a las dos mejores comunicaciones del año anterior, así como al mejor proyecto de investigación, con 1.500 euros. Esto está muy bien pero es claramente insuficiente, mi aspiración es poder incrementarlo, no para que podamos hacer una investigación compleja, pero sí para ayudar a proyectos que valen la pena, que hay muchos en Segovia, a pesar de lo que se cree. Teniendo en cuenta el medio en que nos movemos, insisto en la presión asistencial diaria,  hay un nivel encomiable porque hay muchos profesionales dándole vueltas a la cabeza como para poder sacar partido a su trabajo. Eso es lo que hay que premiar y estimular. Ya es investigación cuando cualquier médico, simplemente, se limita a registrar los resultados de su actividad; si eso se elabora, se publica posteriormente y aporta algún dato, ya es investigación.  Cuando hablamos del tema siempre pensamos en las noticias a las que dedican grandes titulares. Claro que eso es investigación, pero también lo es saber y medir qué se está haciendo con nuestros pacientes y qué se puede mejorar.  

Su tercer objetivo es ser correa de transmisión entre los médicos, la sociedad segoviana y las necesidades que esta tiene en cuanto a educación sanitaria y a reflexión sobre los problemas sanitarios ¿qué tienen ustedes que decir al respecto?

Dado el gran ámbito del Colegio de Médicos, creo que es obligado que se cuente con él  en cualquier foro en el que se vaya a tratar sobre educación sanitaria o, simplemente, reflexionar sobre las influencias del medio o de la nueva sociedad en la sanidad.  Debe estar si se va a tratar sobre salud, en general, desde el punto de vista de cooperación y aportando lo que pueda.  Buen ejemplo es la reciente colaboración entre los Colegios de Arquitectos y de Médicos, con unas jornadas ejemplares. 

¿Desde su óptica, cómo se encuentra la situación de la atención sanitaria en Segovia, tanto especializada como primaria? 

A lo largo de los años se han conseguido cotas muy altas de calidad en cuanto a la asistencia. Otra cosa es que, sobre todo últimamente,  se hayan registrado descensos puntuales en la calidad de algún caso concreto. He tenido contacto con médicos de otros países y no es un eslogan, es cierto, todo eso que se dice de que no tenemos nada que envidiar. La calidad de la sanidad pública española es absolutamente homologable con cualquier otra del mundo. Sirva como ejemplo el caso oncológico en el que me he movido en mi vida profesional. Repito, no hay nada que envidiar, nuestro nivel es muy alto a pesar de haber tenido que remar contra muchas tempestades, en los últimos años. 

¿Este aspecto cree que lo comparten los pacientes?

Mi impresión personal es que hay que diferenciar el nivel científico de disfunciones como las listas de espera, pero no que se dilate la atención en casos graves, hay mecanismos para que no sea así.  El ejemplo es el servicio de urgencias, que suele estar absolutamente saturado, donde lo primero que hacen los médicos es clasificar a los pacientes para que a quien llegue con algo serio se le atienda de forma inmediata, sin espera. No son lo mismo las cifras globales de gestión sanitaria que los índices que tienen en cuenta la gravedad, se diferencia entre lo que es demorable y lo que no. No obstante, es el precio a pagar porque tenemos una sanidad pública y universal –ahora parece que por fin va a serlo–, y porque hemos tenido una crisis y una disminución de recursos importante.