¿Segovia perdió 'sólo' 131 negocios y 100 empleos en un año?

D. A.
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La EPA sólo reduce de 71.600 a 71.500 los ocupados en 2020 y las empresas de alta en la Seguridad Social sólo bajan de 5.464 a 5.333, pero el paro sube en 2.000 personas sin contar miles de asalariados y autónomos en ERTE o cese de actividad

Polígono industrial de Hontoria. - Foto: Rosa Blanco

Analizar la evolución del desempleo y las empresas aún en plena pandemia raya la temeridad si con ello se pretende sacar conclusiones. Toca coger la lupa y dejar cualquier dato en cuarentena hasta que todo pase. Al menos hasta que la crisis sanitaria se acabe y esa esperada luz al final del túnel alumbre las dimensiones de un agujero económico y laboral de proporciones todavía difíciles de calibrar, contando además con que las ayudas extraordinarias de los ERTE están ligadas a una cláusula de mantenimiento del empleo hasta seis meses después de que estos expiren. Mientras, traducir los datos macroeconómicos a la realidad que se vive a pie de calle se antoja un ejercicio de riesgo tan manipulable por quienes quieran ver la botella medio llena como por aquellos que la vean medio vacía.

De momento, ya es un hecho que en Segovia se acumulan 761 ERTE tramitados desde octubre (con 550 de hostelería) y una afección potencial de 3.246 empleados, según datos de la Junta actualizados con fecha 28 de enero. Valladolid (8.314), Burgos (7.598), León (6.831) o Salamanca (4.784) acumulan más empleados, pero quedan muy por debajo Palencia (2.219), Ávila (2.196), Zamora (1.844) o Soria (1.814).

Además, si se ponen estas cifras en proporción con el tamaño del ámbito laboral privado de cada provincia, resulta que los citados 3.246 empleados regulados en Segovia representan un 8,23% de los que suman en total sus empresas inscritas en la Seguridad Social, el porcentaje más alto de la Comunidad, por delante de Salamanca (7,6%), Burgos (7.09%), Ávila (6,79%), Soria (6,67%), León (6,43%), Zamora (5,29%), Valladolid (5,19%) o Palencia (5,02%). Es decir, que Valladolid debería tener unos 5.000 trabajadores más en ERTE, casi tantos como los que emplea Renault allí, para verse con un boquete del tamaño del de Segovia.

También es un hecho que Segovia acabó 2020 con 8.830 parados en las oficinas de empleo, 2.110 más que un año antes. Un alza del 31,4%, el porcentaje más alto de Castilla y León, donde la media fue del 20,6%. No en vano, en España (22,9%) sólo lo superaron Huesca (41,7%), Baleares (37,9%) Málaga (32,1%) y Girona (31,6%). Asimismo, Segovia sumó 161 parados más en enero (1,8%), si bien el incremento interanual se redujo a 2.019 (28,96%) porque el incremento de enero de 2020 fue aún mayor (+252, 3,75%). 

Sin embargo, como apuntan sindicatos y empresarios, esta provincia, con miles de asalariados y autónomos en ERTE o acogidos al cese de actividad que no computan como parados ni como bajas, tiene demasiadas incógnitas como para medir ya el tamaño real de su crisis.

CIFRAS QUE SORPRENDEN. La estadística de empresas inscritas en la Seguridad Social refleja que Segovia ‘sólo’ perdió 131 el año pasado: de 5.464 a 31 de diciembre de 2019 a 5.333 en esa fecha de 2020 (en tales cifras se excluye la actividad de Administración Pública y Defensa, entre otras). En términos relativos supone una merma de sólo el 2,39%, pese a ser una de las provincias más castigadas por la covid no sólo a nivel sanitario sino económico, dada su fuerte dependencia del sector más afectado, el de servicios, donde se integran comercio y hostelería, cuyas crisis están aún embolsadas en un limbo estadístico por los ERTE y las ayudas de cese de actividad.

De hecho, ninguna otra provincia de Castilla y León refleja menos porcentaje de empresas perdidas que Segovia. A nivel regional la estadística dice que se perdieron un 4% (de 68.038 a 65.345, 2.693 menos), con León a la cabeza con un 4,5% (565). Y a nivel nacional un 3,33%, con el dato de Segovia como el decimosegundo menos negativo. Por sectores, pierde 15 empresas agrarias (de 639 a 624), 5 de construcción (de 590 a 585) y 116 de servicios (de 3.716 a 3.600). La industria incluso gana 5 (de 519 a 524), tercer mejor dato del país en términos relativos y absolutos, sólo tras Ceuta y Melilla (computan como un único territorio que pasa de 110 a 118 empresas en ese sector) y Palencia (de 424 a 431).

Asimismo, las 5.333 empresas de la provincia suman 39.409 asalariados, sólo 580 menos que un año antes. El sector servicios es el que más pierde (de 27.883 a 27.200, 683), por delante de la construcción (de 2.487 a 2.342, 145) y la industria (de 7.098 a 7.084, -14), mientras gana el agrario (de 2.521 a 2.783, 262).

Por otro lado, la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2020 da 71.500 ocupados a Segovia, solo 100 menos que en ese periodo de 2019; y una bajada de 2.600 parados (de 9.000 a 6.400), pero con un matiz enorme. Toca mirar la cifra de activos, que cae en 2.700 (de 80.600 a 77.900) por las personas que se quedaron sin empleo y no han podido ni ponerse a buscar otro. El propio Instituto Nacional de Estadística, que aplica el mismo criterio que otras fuentes como Eurostat, aclara que definirse como parado a efectos de la EPA requiere estar en búsqueda activa de empleo, y para ser activo se debe dar el perfil estadístico de ocupado o parado, algo imposible para buena parte de esos 2.700 activos que se pierden «por estar cerradas las empresas que podrían contratarles», porque «no han podido incorporarse a un hipotético trabajo que les fuera ofrecido por tener que permanecer en casa cuidando de las personas dependientes de la familia»; o, en el caso de autónomos, por estar «imposibilitados de ejercer su actividad».

Con semejante shock estadístico, la EPA atribuye a Segovia la mejor evolución del país en cuanto a su tasa de paro, al bajar del 11,11% en el cuarto trimestre de 2019 a un 8,21% en el cuarto de 2020. La tasa regional sube del 11,20 al 11,61%; la nacional, del 13,78 al 16,13%, y esta provincia pasa así del vigésimo puesto al tercero, sólo tras Guipúzcoa (7,02%) y Soria (7,67%).

REACCIONES. El secretario provincial de CCOO, Álex Blázquez, incide en el hecho de que las empresas en ERTE y sus asalariados, así como los autónomos acogidos al cese de actividad, integran «un limbo que hace que los datos parezcan menos malos de lo que son». «Sólo cuando ese limbo se acabe y unos y otros deban retomar la actividad se empezará a ver la situación real, según cuántos consigan mantenerse y cuántos acaben cerrando o perdiendo su empleo». «Por eso debemos ser cautos y esperar un periodo razonable para tener un mapa real de situación, y hasta entonces, poner todos los datos en cuarentena porque ahora vienen como vienen», concluye.

El portavoz de UGT Segovia, Miguel Ángel Mateo, por su parte, también rechaza cualquier lectura en positivo. «Lo que sí se ve ya con claridad es que tenemos a casi 9.000 parados inscritos, y que aparte hay miles de empleados y autónomos en ERTE o en cese de actividad hasta sumar más de 13.000 personas cobrando prestaciones por desempleo, una cifra que no se había alcanzado ni en la peor época de la crisis anterior», advierte. «Pero el gran problema de Segovia es el de siempre, que seguimos con el ‘monocultivo’ de los servicios, sobre todo en la capital».

«En el momento en que falla ese sector vienen los problemas, y las soluciones pasan prioritariamente por crear tejido industrial», continúa Mateo, que mira hacia la oportunidad que se presenta con los fondos europeos para la reconstrucción. «Tenemos que ser hábiles para saber captarlos, instar a los empresarios a ponerse las pilas e involucrar a la clase política de Segovia y sus instituciones para ayudar». En ese sentido, destaca que «se está avanzando con el acuerdo que ya se ha alcanzado en la Mesa de Diálogo Social del Ayuntamiento de la capital (integrada por la propia Administración local, CCOO, UGT y la Federación Empresarial Segoviana) para apoyar al máximo en esta cuestión», e insta a la Diputación a seguir la misma línea. «Los proyectos que se presenten avalados por el Diálogo Social van a tener una puntuación adicional del 15 o el 20% de cara a la captación de ayudas, pero la Diputación no ha convocado todavía su Mesa para hablar de esto y debe hacerlo con urgencia», reclama.

El presidente de la FES, Andrés Ortega, por su parte, advierte de que «la situación es muy preocupante y no sólo por los sectores que ya se sabe que están sufriendo una barbaridad por las restricciones, sino por lo que repercute la caída general del consumo y, además, por la cantidad de bajas por covid que están teniendo todas las empresas, sobre todo desde que empezó el año». 

«En 2020 se ha vivido en una burbuja con los ERTE y es a lo largo de 2021 cuando van a venir los cierres reales, incluso en el primer semestre», augura Ortega; y si eso se cumple, ya no habrá estadística capaz de maquillar la nueva crisis.