"Parón radical" de las reservas por los contagios

David Aso
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Instituciones y partidos han cancelado casi todas sus comidas o cenas navideñas y, según advierte la asociación Hotuse, «el tirón que se esperaba de última hora se ha parado por completo», con excepciones como las de José María o Cándido

Cándido López abre los ventanales de un salón del mesón antes de empezar a recibir comensales. - Foto: Rosa Blanco

La hostelería segoviana vivió un prometedor arranque de noviembre que, en vistas de la cantidad de reservas que estaban entrando incluso para navidades, hacía prever un sobresaliente final de año. Pero repuntaron los contagios y, ya desde finales de mes, el teléfono dejó de sonar con tanta frecuencia. Las llamadas para pedir mesa empezaron a alternarse con las cancelaciones, y ahora la situación es ya de «parón radical». Sobre todo en cuanto a comidas o cenas de empresa, pero también de grupos de amigos, según el presidente de la Asociación de Alojamiento, Hostelería y Turismo de Segovia (Hotuse), Jesús Castellanos. Con excepciones como Cándido, que sigue trabajando «igual o más que antes de la pandemia», asegura; o el Restaurante José María, todavía trabajando «muy bien» y «lleno» en teoría para los días más señalados, aunque su directora, Rocío Ruiz, reconoce que «se han parado las reservas de menús navideños».

El caso es que, aparte del aumento general de la incidencia, tampoco han animado precisamente a juntarse, ni en Segovia ni en ningún sitio, sucesos mediáticos como el macrobrote de trabajadores de un hospital de Málaga por una comida navideña celebrada el 1 de diciembre que ha dejado un centenar de contagios (eran 174 comensales). O episodios políticos como el de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con la dirección nacional de su partido, un pulso que ha amplificado la difusión de la circular que Génova envió la semana pasada a sus formaciones provinciales para aconsejar que suspendieran cenas navideñas o eventos del estilo.

En Segovia, el PP aún valoraba días atrás recuperar su tradicional comida o cena de cargos con afiliados y simpatizantes. Antes de que la pandemia cambiara la vida de todos, en torno a estas fechas llegaba a congregar a más de 300 personas, pero finalmente, «en vistas de la incidencia», y coincidiendo con el consejo del PP nacional, la ha descartado. También el PSOE ha convocado vinos multitudinarios en otro tiempo y a estas alturas solía empezar a moverse para ir preparando algo, pero de momento no lo ha hecho.

A nivel institucional, la Delegación Territorial de la Junta suspendió hace unos días el tradicional acto de entrega de distinciones a funcionarios por cumplir ciertos años de servicio o llegar a la jubilación, que estaba programado para el jueves de esta semana. Sus jefes de servicio solían celebrar una comida en la misma fecha y la anularon, y también se han suspendido las de la Dirección Provincial de Educación, la Gerencia del ECyL y los servicios territoriales de Medio Ambiente, Fomento y Sanidad para sus plantillas.

La Diputación sí ha mantenido su acto de reconocimiento a funcionarios jubilados, celebrado justo el jueves en el Teatro Juan Bravo. Pero organizaba por estas fechas un vino con sus empleados y otro con alcaldes en el patio de columnas del Palacio Provincial, y este año, como el anterior, no lo hará finalmente.

Tampoco se organiza nada en la Subdelegación del Gobierno para el conjunto de su plantilla, a diferencia de años prepandemia (en los cuales cada cual se pagaba su cubierto). Claro que, tal y como matizan fuentes oficiales, eso no quita que trabajadores de algunos departamentos puedan decidir (o no) juntarse por su cuenta, matiz extensible a cualquier otra institución.

Por otro lado, cursada una pregunta similar al Ayuntamiento de Segovia, sobre si organiza comidas o cenas con sus trabajadores, ya sea por concejalías o de manera conjunta, desde su gabinete de comunicación responden que preparan una de los miembros del equipo de Gobierno y algunos técnicos, aunque asegura que no suele pasar de «15 ó 16 personas». Y respecto a la que suele celebrar la alcaldesa con los periodistas que cubren la información municipal, se suspendió este jueves tras consultarles.

Entretanto, en el hospital, que no deja de ser una 'empresa' con más de un millar de trabajadores, la Gerencia ha aprovechado la última edición del boletín informativo que difunde a nivel interno (publicada con fecha 9 de diciembre) para pedir especial prudencia. «Ante la proximidad de las fiestas navideñas y posibles comidas o cenas de los diferentes servicios o equipos, como es bien sabido, no hay restricciones por parte de las autoridades sanitarias en el momento actual, pero sería muy recomendable estar atentos a la evolución de las cifras al alza de la incidencia», advierte, ante la posibilidad, ahora ya evidente, de que se produjera «una mayor transmisión comunitaria, y por tanto un riesgo incrementado de contagios sociales y familiares».

Asimismo, ya de paso desde la Gerencia del hospital «se incide de nuevo» en la indicación de «minimizar» en cafetería el número de profesionales sanitarios por mesa, y que no coincidan más de uno o dos sin mascarilla en la parte de los «office».

Por otro lado, entre las empresas del sector privado destaca el caso de Verescence: sus trabajadores solían celebrar una por su cuenta a la que acudían unas 300 personas. El año pasado la suspendieron y esta vez contaban con recuperarla, ya que además la empresa les ofrecía test, pero se han echado atrás.

GRUPOS MÁS PEQUEÑOS. Resumiendo, el caso es que «la ralentización de reservas que se veía hace unas semanas se ha convertido en parón radical», apunta el presidente de Hotuse. «Pensábamos que este año podía ser de muchas peticiones de última hora porque muchas empresas y grupos de amigos podían esperar a ver cómo iba todo, pero ese tirón se ha parado completamente».

«La idea que tenemos, queriendo ser positivos, es que pensamos que lo que vamos a perder en cenas de empresa igual lo podemos compensar en parte con cenas de amigos. Que igual no vienen los 40 de una empresa, pero sí 20 de ellos en dos grupos, por ejemplo. Pero eso lo digo intentando ser positivo, porque la verdad es que el parón ha sido muy grande», incide.

Castellanos lamenta especialmente que se produzca esta situación cuando, en sus propias palabras, «este año la Junta lo está haciendo bien, después del desastre de restricciones del año pasado». «Entonces provocó que todas las reuniones fueran en domicilios, a pesar de ser los restaurantes mucho más seguros por tener ventilación natural y artificial, entre otras cosas, y hubo familias enteras que terminaron en el hospital», continúa. «Poniéndome otra vez optimista, si esta vez no ha tomado medidas drásticas, a pesar de ser una de las administraciones más rigurosas del país, quiero pensar que algo podremos disfrutar las navidades».

Sobre la presidenta de la Comunidad de Madrid y su pulso con el PP nacional por las comidas y cenas, por cierto, valora que «es digno de agradecer que todavía quede algún político que diga lo que piensa y no lo políticamente correcto». «Ayuso ha vuelto a romper una lanza a nuestro favor, y ella sabe mejor que nadie que, sin haber tomado apenas medidas contra la hostelería, Madrid no ha tenido más incidencia que las demás comunidades», opina.

Desde el Restaurante José María, mientras, Rocío Ruiz coincide en destacar que «en noviembre hubo mucho movimiento y la gente estaba ilusionada», y ahora lo que hay es «miedo». «Las reservas de menús de Navidad se ha parado tanto para comidas o cenas de empresa como de amigos». No obstante, «lo positivo es que, de momento, anulaciones no estamos teniendo, salvo algo puntual», matiza, por un servicio ya suspendido que tenía para unos 30 comensales este viernes. El martes, en cambio, sí pudo atender a un grupo de 50, el miércoles a uno de 30… La semana pasada llegaron a tener incluso uno de 80. «Pero se hace difícil trabajar así a la hora de comprar el género y organizar al personal, y el temor es que lleguen cancelaciones de última hora para días como Navidad, Nochevieja o Año Nuevo, que se supone que estamos completos por reservas desde el mes pasado y hemos tenido que decir no a muchos», añade.

ASIÁTICOS A CUENTAGOTAS. Parecidas sensaciones transmite Cándido, que también ha servido a grupos grandes, de hasta más de 80. «Contamos con reservas confirmadas y estamos trabajando con normalidad, como antes de la pandemia o mejor», asegura. Sobre todo por cómo está funcionando la terraza, «algo impensable hace dos años en pleno diciembre».Por allí ya se han visto asiáticos en estos días, «no de China sino de países como Singapur o Malasia», aunque matiza que «son muy pocos, grupos muy puntuales»

Por otro lado, «atendemos empresas locales y también de fuera, sobre todo de Madrid, aparte de grupos de amigos o familiares. Sí que es cierto que los clientes te piden garantizar distancias, abrir balcones para ventilar… La gente está muy concienciada y desde luego nosotros también», recalca. De hecho, aunque no haya restricciones, cita de ejemplo que las mesas de diez las deja para seis. «Vamos a ver si podemos seguir así», aunque al final, más allá de excepciones, ya se sabe que la situación general del sector va a depender de la evolución de los contagios, y hoy por hoy van a más.