Así mata el coronavirus

Agencias
-

Paradójicamente, el SARS-CoV-2 causa el fallecimiento de la persona por una reacción exagerada y letal del sistema inmune del contagiado en la progresión de la enfermedad

Con 292.000 muertos por la COVID-19 en todo el mundo -casi como toda la población de La Rioja-, de los cuales más de 27.000 corresponden a España, todavía hay mucha gente que se pregunta qué es lo que realmente causa el fallecimiento de una persona contagiada. 

Paradójicamente, el coronavirus mata principalmente por una reacción exagerada del sistema inmunológico, cuya función es precisamente combatir las infecciones.

En un nuevo artículo de revisión, dirigido explícitamente personas no especialistas en la materia, que publicó ayer la revista Frontiers in Public Health, un equipo de expertos de la Universidad de Medicina de Zunyi (China) revisa la epidemiología, la vía de la enfermedad, los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento actual de la COVID-19 grave. Destacan el papel clave de una reacción exagerada potencialmente letal del sistema inmune en la progresión de la enfermedad.

Los expertos explican en el informe lo que se sabe hasta ahora sobre el virus, es decir, cómo infecta las vías respiratorias, se multiplica dentro de las células y, en casos graves, hace que las defensas se sobrepasen con una tormenta de citocinas. Este tsunami es una sobreactivación de los glóbulos blancos, que liberan cantidades demasiado grandes de citocinas, moléculas estimulantes de la inflamación, en la sangre.

«Las citocinas aumentan rápidamente y atraen un exceso de células inmunes como los linfocitos y neutrófilos, lo que provoca una infiltración de estas células en el tejido pulmonar y, por lo tanto, causan lesiones pulmonares», explica el autor, el profesor Daishun Liu.

Esta tormenta de proteínas acaba causando fiebre alta, goteo excesivo de los vasos sanguíneos, coagulación de la sangre, presión arterial extremadamente baja, falta de oxígeno y exceso de acidez de la sangre, así como acumulación de líquido en los pulmones.

Los glóbulos blancos están mal dirigidos para atacar e inflamar incluso el tejido sano, lo que lleva a la insuficiencia de los pulmones, el corazón, el hígado, los intestinos, los riñones y los genitales, lo que provoca un fallo multiorgánico.

El profesor Liu explica cómo, en ausencia de una cura antiviral, el objetivo del tratamiento debe ser combatir los síntomas y reducir la tasa de mortalidad mediante el mantenimiento intensivo de la función del órgano. Así como otros métodos para complementar o reemplazar la función pulmonar.