Ya avisaba la semana pasada la subdelegada del Gobierno en Segovia, Lirio Martín: la mayor afección al tráfico durante los próximos meses por culpa de las obras de conversión en autovía de la SG-20 podría tener como epicentro la rotonda de San Cristóbal. Y así ha sido durante las primeras horas de desvío de todo el tráfico por los ramales de enlace de la glorieta que enlaza con la carretera SG-V-6123. La confusión entre los conductores que llegaban esta mañana a este punto de la carretera de circunvalación era mitigada en buena medida por varios operarios que, con señales en mano, regulaban el tráfico. Ya en hora punta, sobre las dos de la tarde, se pudieron ver las primeras retenciones de vehículos que querían seguir su camino por la SG-20 o acceder a los desvíos hacia San Cristóbal y Trescasas o hacia el barrio de San Lorenzo. Poco después desaparecieron los atascos y también los operarios.
Las obras para corregir la rasante de las calzadas de la variante de Segovia en este punto durarán tres meses. Durante ese periodo estimado los vehículos que circulen por la SG-20 deberán subir por los ramales hacia esa rotonda, y serán estos los que tengan la prioridad, así que los vehículos que ya estén dentro de la rotonda deberán ceder el paso, al contrario de lo que dice la norma general respecto a las rotondas. «Eso es lo que puede originar la mayor problemática, ya que todos estamos mentalizados de que en una rotonda la prioridad la tiene el que está girando y en este caso va a ser al revés, de tal forma que, si se produce allí un atasco, este no termine afectando a la vía principal», explicaba la subdelegada en declaraciones a este periódico. Para prevenir peligrosos despistes se ha reforzado especialmente la señalización.
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