"En Star Wars hay valores cristianos"

Sergio Arribas
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Profesora de Religión en Palazuelos, la carmelita Cristina Ruiz es un espíritu inquieto: toca la guitarra y el órgano, canta en el coro y se maneja como nadie entre los fogones. Y le encanta Masterchef, pero no participaría "por timidez"

"En Star Wars hay valores cristianos"

Sáqueme de dudas.  ¿Qué prefiere? ¿Monja, sor, religiosa o hermana?

Religiosa. O hermana, que es como nos llamamos entre nosotras. Monja, que es un término más de clausura o monacal, puede ser como más despectivo. «¡Oye, monja!». Pero que conste que no me molesta.

Le veo con la indumentaria que acredita su condición. El hábito no hace al monje... ni a la monja.

No, pero ayuda. Ayuda a que, externamente, otras personas te identifiquen con lo divino, con lo religioso, con lo trascendental. Y yo llevo el hábito con mucho orgullo.

Es el segundo entrevistado/a, tras el Vicario de Evangelización, Juan Cruz Arnanz, al que no le puedo preguntar sobre su vocación frustrada.

Antes de ser religiosa quería ser pediatra o puericultora de niños. Ejerzo de lo que siempre quise ser y además desde muy jovencita. Entré al convento con 16 años.

La llamada del Señor no es de teléfono. ¿Cómo se detecta?

No me identifico con estos santos que tienen un fogonazo, como San Pablo, que se cayó del caballo. Para mí la llamada es algo continuo, como una sorpresa, algo que brilla. Me llamó mucho la atención, cuando, siendo muy niña, llegaron las hermanas carmelitas a mi pueblo. Vi su alegría y su capacidad de entrega y servicio a los niños. Eso me hice preguntarme: «¿y por qué yo no?»

¿Cómo se tomó su familia la decisión de enfundarse el hábito?

Pues hubo un poco de todo (sonríe). Mi madre, bien. No tuve ninguna pega, de hecho yo agradezco mucho a mi familia que ellos,  desde siempre, me hayan apoyado en mi vocación. 

¿Son religiosos?

Sí, más mi madre. Son religiosos, pero no practicantes. La religiosa de la familia soy yo, pero tampoco son renegados; bueno, mi hermano un poco más (se ríe). De hecho se sienten muy orgullosos de mí. Soy la pequeña de tres hermanos y tenían como la esperanza de que yo fuera, no sé, médico. Decirles «¡quiero irme de monja¡», les encogió un poco el corazón. La vocación no es para los padres, es mía. 

Natural de San Clemente (Cuenca). Un topónimo muy religioso.

Es un pueblo de La Mancha, precioso, el tercero de Cuenca, con unos 9.000 habitantes. Y tiene muy buen queso y muy buen vino.

Nueve años ejerciendo en Segovia. ¿Qué se pierden los conquenses que no conozcan esta ciudad?

¡Oh, muchas cosas! Me siento ya muy adoptada por Segovia. El Acueducto es impresionante. Ahora bien, la Catedral me tiene enamorada.

Su congregación, las Esclavas Carmelitas de la Sagrada Familia. ¿Por qué optó por esta comunidad?

Cuando ingresé, en mi pueblo había tres conventos. Luego cerró uno. Y luego está un colegio de religiosas, de las Hijas de la Caridad. A mi me llamaron la atención las hermanas por su vida activa, por su trato con los niños y los jóvenes. Las otras congregaciones, pues como están encerradas, son de clausura, me paraba un poco más... pero te tiran los tejos (se ríe). Ahora ya no, claro. Hice mis votos perpetuos en el año 2002.

Esclavas, siervas… Me chirría el vocabulario, lo siento. ¿No precisa una actualización del lenguaje?

Sí. Quizá suena fuerte lo de la esclavitud, en el sentido de falta de libertad. Pero en nuestra congregación la palabra esclava se identifica más con la disponibilidad de María. ¡He aquí la esclava del Señor! Es como que lo mejor que tengo, mi  libertad, lo entrego.

Profesora de Religión, de Infantil y Primaria, en Palazuelos. Un ‘truco’ que utilice en sus clases para conseguir la atención de los niños.

La serenidad, el afecto, el escucharles, el preguntarles… todo eso hace que ellos entren en un ambiente de serenidad y tranquilidad.

Colabora pastoralmente en la Parroquia de San José Obrero. Da catequesis, anima el coro, enseña guitarra, canta… ¿Inquieta?

Sí, sí, lo admito. Reconozco que tengo muchos dones que Dios me ha dado y que tengo que agradecer. Por ejemplo, el don de la música, porque además estoy sorda de un oído, aunque por el otro, casi oigo de más (se ríe). La música acerca mucho a Dios.

‘Sister Act: una monja de cuidado’ ¿Entre su filmografía favorita?

Es muy divertida. La he visto un par de veces. Deloris, que interpreta Whoopi Goldberg, es una mujer inquieta, con muy buen fondo. También se ve en esa película la conversión y como también Dios tiene sus planes para encaminar a las personas. Dios escribe recto con renglones torcidos. Es más que una comedia, encierra un mensaje. Se esconde en el convento, pero también es capaz de dar lo mejor a una comunidad que anda un poco perdida.

Siete pecados capitales ¿El suyo?

La pereza. Me cuesta mucho levantarme por las mañanas. Para hacer las cosas no, pero ¡¿madrugar?! ¡Ay! Ya me lo decía mi madre «¿monja tú? ¿lo has pensado bien? ¡Que duermes muchísimo!». Soy muy dormilona. 

¿Qué le resulta divino?

El cariño de las personas. En la mirada y en los gestos de los niños encuentro a Dios. Los niños me sorprenden mucho. 

¿Qué le lleva por el camino de la tentación?

Los dulces, la tarta al whisky… Todo lo que lleve nata, me chifla, más que el chocolate.

Famosos son los campamentos temáticos de verano de su congregación para atraer a los niños. El último inspirado en ‘Star Wars’. ¿Se han entregado las monjas al lado oscuro de la fuerza?

El motivo principal de nuestros campamentos es evangelizar. Por nuestros campamentos, en la sierra de Cuenca, pasan todos los veranos unas 700 personas. Estoy de monitora, aunque también tengo turnos como jefa de cocina. Con el equipo, cocinamos para 250 personas. Buscamos una temática que motive a los chavales. Y el año pasado fue ‘Star Wars’ para hablar de esa fuerza que hay en nosotros y en Dios.

¿Hay valores cristianos en la saga de George Lucas?

Si, claro. También en ‘El Señor de los Anillos’ o en ‘Las Crónicas de Narnia’, que fueron temas del campamento otros años.

Cada vez hay menos feligreses en las misas. ¿Nota la merma también en la catequesis?

Los niños son reflejo de sus padres, en muchas ocasiones. Es verdad que en la catequesis luchas para que los niños vengan a misa y participen de la eucaristía, que es algo muy hermoso. A veces el niño quiere venir, y los padres no les traen. El pecado no es del niño, sino de los padres. Es complicado. Para eso hay que pedir un poco de coherencia.

¿Participó en algún acto del 8-M?

No participé públicamente, pero por supuesto me parece muy importante el papel de la mujer en la iglesia, la sociedad y el mundo. Jesús tiene mucho que ver en este estilo. El primero que rescató a las mujeres fue él. Su primera aparición fue a una mujer. Y ahí tenemos a María como algo ¡boom! Todavía queda mucho por recorrer, pero sí que es verdad que creo que el hombre y la mujer estamos para complementarnos; para eso está la primera vocación, la de amar.

¿Conforme con el patriarcado de la iglesia?

Es cierto que la Iglesia es jerárquica, pero yo la veo desde la parte del servicio. Es como en una familia, el padre y la madre sirven.  Pero, ¿y el que manda? No sabemos quien es.

Antes ha comentado que en los campamentos era jefa de cocina. ¿Cuál es el secreto del éxito de la repostería conventual?

En nuestra congregación no hacemos dulces porque no tenemos tiempo. Nuestro carisma es evangelizar. Me gusta la cocina y hago unos bizcochos muy ricos. ¿Secreto? Supongo que el cariño y la dedicación.

¡Dios está entre los pucheros! Lo dijo Santa Teresa de Jesús.

Siempre le pido a Dios que no deje que me aburra, que no pierda esa capacidad de asombro y de aprender. Cuando uno tiene esa capacidad de asombrarse y de aprender, encuentra a Dios en muchos sitios, hasta en lo que más duele.

¿Cuál fue el último concierto al que asistió? No vale de música sacra.

Pues entonces a ninguno (se ríe). No, no, déjeme que piense. Fui a un concierto de un grupo religioso en la JMJ, en Cracovia. Nunca he ido a un concierto pagano. De hecho, me gané el primer cachete de mi padre porque quería ir a un concierto de Marta Sánchez. Era muy pequeña y no me dejaron.

¿Artistas favoritos?

Escucho mucho Cadena 100. Soy muy enamoradiza y algunas canciones que escucho ponen palabra a lo que yo no se decir o a lo que siento.

Toca la guitarra y...

El órgano. Pero mi sueño es tocar la flauta travesera. Pero cuesta mucho.

¿Y su programa de televisión favorito?

Masterchef. No veo mucho la tele, solo el telediario y algún domingo  algún programa de Masterchef, en RTVE.

Teniendo en cuenta su afición y práctica entre fogones, ¿participaría?

Aunque creo que podría hacer un buen papel no participaría porque a veces son crueles y yo soy sensible y un poco tímida. 

Tiene perfil en Facebook, ¿se puede evangelizar desde las redes sociales?

Sí. Creo que hoy en día es un método de evangelización nuevo que hay que aprovechar.

¡Menuda polvareda con la estatua del diablillo! ¿Qué tiene que decir al respecto?

Conozco la polémica. No lo veo ni bien ni mal. Si lo ves como tradición, ahí está…

No hay mal que por bien no venga. ¿No se arrepiente de haber concedido esta entrevista?

Me costó mucho venir a Segovia y estoy muy agradecida. No me arrepiento. Y sobre esta entrevista, pues se lo diré cuando la vea publicada y la lea (se ríe).